Capítulo 14

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Al calmarse un poco el ambiente a pesar que Yannick no estaba muy tranquilo con la actitud tomada por su amigo decide  unirse al resto del grupo para comer y beber con el propósito de pasar un rato agradable.

En la otra punta de la habitación, sentado en un pequeño taburete de madera, Lionel mira con odio a Yannick afilando en una piedra su daga pensando en la forma de encontrarse con Mallori y acabar con su vida para que aprenda a vivir con el dolor de haber perdido a una persona amada como él ha tenido que soportar durante tantos años el haber perdido a sus padres.

Cada día, su odio fue  aumentando hacia la familia Dubois.

Aún podía recordar aquel verano que llegaron a París desde su tierra natal.
Su padre Domenico de Bucchi, un comerciante muy aclamado en Venecia por tener las mejores telas del país italiano decidió emprender suerte en París con la idea de poder esparcir su negocio en la ciudad más elegante y más dinero invertían los ricos.
Su negocio era de telas, las más finas y elegantes de Venecia, de hecho tenía mucha fama su textura, tanto que el mismo emperador le había encargado personalmente varios trajes hechos con sus mejores telas para su esposa.
Lionel, tan solo era un niño de doce años que había llegado a un país muy distinto al suyo junto a su madre y su hermana menor.
La familia se instaló en París y rápidamente fue presentada ante la corte donde Domenico no tardó en hacer amistades para tener más ganancias en su negocio.
En mitad de ese círculo de nobles, conoce Louis Dubois, marqués de Fabry, todo un experto en negocios como buen entendedor del libertinaje.
Ambos hombres comenzaron a trazar una amistad que parecía no romperse nunca.
Sin embargo, la belleza de la mujer de su amigo superaba en todos los sentidos al marqués haciendo todo lo posible por cortejarla comprándole joyas caras y vestidos que ella misma rechazaba por amor y fidelidad hacia su marido.
Aquel gesto descortés no le agradó  en absoluto al marqués acostumbrado a tener toda mujer que se encaprichaba en su lecho.
Pia era distinta a esas mujeres, por lo que siempre rechazaba todo costoso regalo que procedía del marqués dejándole claro a quien ama es a su marido.
Herido su ego de no conseguir tener una aventura con Pía, decide centrarse en Domenico llevando al éxito  su negocio convirtiéndose en su socio y mejor amigo.
Una estrategia que le sirvió para llevarlo a la ruina y al pedirle ayuda como su socio Louis se la negó haciendo que Domenico y su familia se quedaran arruinados viéndose en la necesidad de vagar por las calles hasta que cierto día Domenico se entera de toda verdad a través de otros ricos como llegó a perderlo todo  y aquel hombre que había creído y confiado plenamente en él, no solo lo engañó, lo estafó para quedarse con todo.
Sin dudarlo,  fue a rendirle cuentas al que fue su amigo e impostor.

Lionel esperó toda la noche a su padre sentado en una ventana hecho un ovillo, su madre estaba preocupada puesto que su hermana tenía fiebre y no tenían medios para pagar las medicinas.
Lionel esperó tres días el regreso de su padre, pero no fue hasta el cuarto día cuando venían de enterrar a su hermana pequeña que murió a consecuencia de las altas fiebres, cuando unos hombres vestidos de uniforme avisaron de la trágica noticia.
Su padre había muerto, según le contó aquellos hombres lo encontraron tirado con un disparo, se suicidó. Fue lo único que pudo saber referente a la muerte de su padre.
Tiempo después, su madre comenzaba a desesperarse por no conseguir trabajo para poder alimentarse.
De la nada apareció el marqués ofreciéndole casa, comida y protección para su hijo a cambio de que fuera su amante.
Pía se negó, prefería morir de hambre antes de ser su amante.
Entonces el viudo marqués se ofreció a ser su esposo.
En un principio, Pía se negó ser su esposa, debido al hambre que pasaban y no encontrar trabajo para poder alimentarse no le quedó de otra de aceptar ser su esposa.

Meses después Lionel fue a vivir a la mansión del marqués junto a su madre.
Sin embargo, aquel privilegio no le duró demasiado tiempo dado que el marqués lo mandó con la excusa de que pudiera estudiar a un colegio de hombres.
El marqués se deshizo de él en un colegio donde Lionel conocería con tan solo doce años el tener que valerse por sí mismo luchando en la pobreza en un país lejos del suyo, sin nada ni nadie debiendo de mentir a su madre para no preocuparla.
Años después, formó parte del ejército como soldado, fue la única manera que encontró para poder saldar la deuda pendiente con el marqués y poder liberar a su madre de un cruel hombre al que no amaba y donde se podía desquitar a través del único hijo de Louis.

EL SENTIMIENTO DEL NOBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora