Prólogo

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Lauren

Lo primero que aprendes en la especialización, sobre abusos sexuales. Es que no puedes tener contacto físico con la víctima, tampoco deberías hacer mucho contacto visual.
Anótenlo, es súper importante.
Jamás olvidaré a la primera, Julia González, 19 años de edad. Salió a bailar con sus amigas, lo normal.
Cuando entonces una persona la agarró del brazo y la condució hacia atrás del establecimiento, dirigiéndose hacia un gran descampado.
Le cubrió la boca y entonces comenzó el abuso, no daré más detalles, desde luego no los necesitamos.
Julia se suicido dos meses después, desmoronando a una familia y dejando a su pequeño de un año, sin madre.
Jamás entenderé lo que vivió ella, por más cerca que estuviera de todas aquellas mujeres, jamás lo viví. Entonces no puedo culparla por su cometido, sin embargo, ella fue la razón por la que empecé a investigar. En cuanto todo comenzó, mas víctimas aparecieron, al principio solo fueron dos o tres. No había forma de que enlazáramos los casos, hasta que encontramos muchas más y descubrimos, que algo similar había en todos ellos.
Él se fumaba un cigarro, luego del acto y lo apagaba sobre el brazo de sus víctimas, más específicamente, sobre el brazo derecho, en la muñeca. Dejando una firma de su cuadro, un cuadro de horror y repugnancia.
Pero cuando creía que eso ya era suficiente, entró ella por la estación de policía, buscándome. Preparada para dar su testimonio, el más desgarrador y macabro de todos.
Aquella pequeña y vulnerable, mujer. Sin dudas era la más fuerte, que había conocido hasta entonces. Tenía mucho por aprender de ella y sobre todo, mucho por protegerla.

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