Lauren
Pude escuchar el leve sonido de un par de llaves, moviéndose, entonces, de pronto una puerta se estrello.
Me moví con rapidez, casi cayéndome de la incómoda silla de madera, al parecer no eran mis sueños.
Frote mis ojos con lentitud mientras bostezaba, para luego mirar hacia mi izquierda. De donde provino aquel fuerte ruido, pude encontrándome con una simple y sencilla, Camila.
Hoy se veía mucho mas despampanante, llevaba un jean holgado, roto por las rodillas, el color blanco le sentía espectacular. Un saco color negro cubría hasta la mitad de sus piernas, sin permitirme ver el resto de su vestimenta. Pero sin duda alguna, toda mi atención se la llevaba aquella cabellera larga y rizada, la cual corría por casi toda su rostro.Oficial... Oficial.- Sacudí mi cabeza de un lado hacia el otro, despertándome.
Lo siento, estoy un poco cansada y no la escuche muy bien. ¿Quiere repetirme lo que dijo?- Pude observar desde mi punto de vista, una pequeña mueca en sus labios, lo que parecía ser una sonrisa. Pero luego de algunos segundos, su rostro bajo y sus cabellos lo cubrieron, como usualmente lo hacia. Era algo que aún intentaba comprender en ella, si lo hacía por timidez o por miedo.
No se preocupe, puedo entenderla. Solo quería preguntarle si necesitaba algo, debo trabajar y quería saber si usted se quedaría o...- Sus manos jugaban con el largo y fino bastón entre ellas, mostrando un poco de su nerviosismo.
No, la acompañaré a su trabajo.-Camila levantó un poco la cabeza, asombrada de mis palabras. Quizá eso la haría sentirse aún más incómoda y no quería que aquello pasara.- Solo si usted quiere, creo que sería para su seguridad. Prefiero que en lo posible, un policía la acompañe por el resto de los días, al menos por un tiempo.- La mujer en frente mío trago en seco, no quería empezar el día de esa manera. Solo deseaba que ella no recordara tal episodio, pero eso jamás pasaría, lo que le habían hecho no era algo sencillo de olvidar.
Esta bien, estoy de acuerdo agente.- Camila tocó el picaporte con su mano, una vez más, antes de salir. Verificando que la puerta estuviera bien cerrada, para luego girarse en silencio y caminar por el pasillo. La perseguí con rapidez, caminando detrás suyo, mis ojos cayeron sobre su bastón, ya que para mi sorpresa este no se encontraba dirigiéndola.
Conoce bien el camino, al parecer.- Mi voz la sobresaltó, logrando que su cuerpo se moviese con brusquedad.
Si, conozco los pasos hasta la vereda. Usualmente nada cambia en este edificio, el camino siempre está despejado y nada se interpone.-En mi mente callo la posible idea, de que ella pudiera tropezarse con algo, si el entorno de este edificio cambiara. Pero usualmente es amplio y con todo el camino libre, para sus huéspedes.
Sin dudas, conoce a la perfección este maldito edificio.- Las palabras brotaron de mi, mientras veía como Camila apretaba las teclas del elevador con mucha confianza. Paro de teclear por un segundo cuando la mala palabra llego a sus oídos, claro que mi bocota no podía mantenerse cerrada.
Si, es persistencia.- Se apoyó en la pared de metal, a mi izquierda. Dándome un perfil de su cuerpo, supongo que ella siempre lucia tan sencilla y formal a la vez. Se veía hermosa y me enfurecía internamente conmigo, por pensar aquello.
Me enojaba porque yo la veía atractiva, cuando ella había sufrido muchísimos abusos, tenía miedo de que mi apariencia coqueta pudiera salir y asustarla con ello.
Su mirada se mantenía firme sobre el piso del ascensor, era algo que ella hacía usualmente, para evitar la incomodad en otras personas.
El pequeño pitido resonó en el lugar, avisándonos que el ascensor había llegado a tierra firme. Saludamos con cortesía a la recepcionista antes de salir del inmenso lugar, bajamos los escalones con rapidez. Mi mirada la seguía, por si acaso ella se tropezara, pero sabía que solo eran pequeñas bobadas en mi mente, ya que Camila entraba y salía de este edificio muchas veces por día.
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أدب الهواةDesde niña, mi gran sueño siempre fue ser policía. Mi padre lo era, mi abuelo también, desde luego también lo sería yo. Al principio mucho no les agradó, ya saben soy una mujer. Y para dos personas un poco chapadas a la antigua, aquello no era muy...