Capítulo 5

43 3 0
                                    

Lauren

Escucha duende, debes quedarte quieto porque ella se enojará con mamá.- Explique, mientras Nico jugaba con dos princesas sobre sus piernas. Mire hacia arriba, intentando no distraer mi vista del camino.- ¿Escuchaste a mami?

Si, mami. La señorita Camila se enojará contigo, si es que yo me porto mal.- Llevar a mi hijo al trabajo era una locura, lo sé.
Pero estaba sola y solo serían algunas pocas horas, de todos modos el solo jugaría a mi alrededor. La tarde había sido tranquila y sin dudas aquel idiota no aparecería, al menos hasta que llegara la fecha. Mi cuerpo se tensó frente aquel pensamiento, mis manos aprestaron el volante sin poder darme cuenta alguna, de ello.

Te quedarás quieto, quizá podrás jugar con Julieta, la recepcionista. Pero necesito que te comportes Nicolás, es súper importante. Porque este es mi trabajo hijo, no quiero que te comportes mal.- Estaba hablándole de obligaciones y seguridad a un niño, sabía que aquello no tenía sentido. Pero aveces, cuando la única conversación que tienes es con un infante, puedes hablarle de todo tipo de cosas.
Creo que necesito amigos, fuera del trabajo.
Estacione la patrulla en frente del edificio de Camila,  para luego rodear el auto y cargar a Nico entre mis brazos. El apretó las muñecas contra su pecho, mirando con curiosidad hacia todos lados. Nico jamás salía conmigo, salvo que el trabajo sería estar todo el día en la comisaría, sin siquiera salir. Ya que no podía someter a Taylor todo el tiempo, aquella panza estaba por explotar y mi hermana se encontraba bastante agotada. Estaba segura que ya era el momento, de buscar una niñera para mi hijo.

Hola Julieta.- Hablé, mostrándole una sonrisa a la recepcionista, quien tan amable había sido conmigo la noche anterior.

Hola Oficial... Pero que preciosidad.- La recepcionista se ganó la atención de mi hijo, gracias a la enorme sonrisa que le mostraba. Nico le sonrió, mientras estrujaba aún más, las muñecas sobre su pecho.- Hola lindura ¿Cómo te llamas?

Hola... Me llamo Nico.- Habló, con aquella pequeña vocecita.

Se llama Nicolás, es mi hijo.- Ella se acercó con cuidado y dejo un beso sobre su mejilla, provocando una pequeña risilla en el. - Camila, está en el departamento. ¿Verdad?

Si, oficial. Ella llegó y estuvo ahí todo el tiempo.- Anoche tampoco había salido, quizá su vida se basaba. En, desde su casa a su trabajo y viceversa.

Esta bien, subiré. Quizá luego te visitaremos un rato más, Juli.- Ella me sonrío ampliamente, antes de decirme que con gusto podría ayudarme con Nico.
Subimos en el ascensor sin algún tipo de problema, mi hijo miraba hacia todos lados, las luces y el espejo detrás de nosotros.

Hola, otro yo.- Choco los cinco con "su otro el" antes de que las puertas se abrieran, ambos salimos riéndonos por las cosas que se le ocurrían.

Prometiste que te portarías bien, eso harás. ¿Verdad?- Pregunté, una vez que lo colocaba sobre el suelo, para luego acomodar su remera de Frozen, siempre se veía tan tierno y adorable. Bese su mejilla una vez más, dejando dos golpes sobre la puerta de madera.
Mi mente colapsaba, pensando en como Camila podría tomarse la presencia de Nicolás. Sin dudas podría reaccionar de una manera muy mala, era un niño y podría incomodarla. Luego de la pérdida de su embarazo o solo con el simple hecho de que no le gustaran los niños, estaba en todo su derecho de enojarse. Ya que este era mi trabajo y Nicolás no tenía nada de que hacer, aquí.

Hola, Lauren.- Camila apareció por la puerta, está vez con un moño en su pelo. El cual lo recogía a la perfección y dejaba dos pequeños mechones, al rededor de su rostro. Por primera vez, podía ver de este por completo. Y aquello me congelo, ella era preciosa. Su piel bronceada, su nariz puntiaguda, sus mejillas un poco llenas pero justo lo necesario para verse increíble. Su perfil era bellísimo, aquel par de ojos negros, intensos y profundos, se veían increíbles. - ¿Lauren, eres tú?- Sacudí mi cabeza, bajo la atenta mirada de mi hijo. Quien tapó su boca con ambas manos, para evitar que una carcajada saliera.

Descúbrelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora