¡Es Solo Un Niño! [Mikey×Tú]

CAPITULO 3

— Supongo que no soy el primero con él que vas a hablar sobre Mikey ¿O me equivoco? — Hablo con aquel tono que le caracterizaba al Sensei, mientras tomaba una taza de té.

Se encontraban en una habitación apartada de el resto, así que hablar sobre aquello no causaba problema. La contraria solo suspiró para reír un poco.

— Cierto, primero fue April, después Leo, Rapha, Donnie. —. Empezó a contar lo que había sucedido las últimas 2 semanas. — No se puede negar que todos queremos a Mikey y cada quien lo protege a su manera —. Dijo de manera orgullosa mientras observaba su taza de té.

"Talvez me equivoque pero aún si es 3 años menor, no deberías de darle una oportunidad?". La joven repitió Las palabras de April, el mayor solo asintió dándole una señal de que continuará.

"Sabes perfectamente lo que haces, no quiero forzar nada pero solo ten cuidado con Mikey". Esta vez fueron las palabras de Leonardo.

"[____] espero que tus intenciones sean buenas porque si no...". Para finalizar tronó los huesos de sus dedos con un gesto. Aparte de repetir las palabras de Raphael, le imitó. El maestro Splinter soltó una risa grave, negando con la cabeza, de manera divertida, las acciones del de bandana roja.

"Claro que Mikey aún está en un proceso de crecimiento y pueda a llegar a confundir sus sentimientos pero aún si tuvieras que esperarle ¿Lo esperarías?" Finalmente las palabras de Donnie, estás con el ceño levemente fruncido.

— Talvez... me lo estoy tomando demasiado enserio ¿No cree? O que opina al respecto? —. La humana miró al Sensei después de terminar de hablar para tomar un sorbo de su taza, el mayor solo meditaba mientras  acariciaba su barba.

— ¿Lo esperarías? —. Fue la simple pregunta que se escuchó de los labios del Maestro, la misma pregunta que había hecho Donnie. Así que, por varios segundos [____] observo el líquido de su taza para devolver la mirada al contrario, dispuesta a dar la misma respuesta que la última vez.

— Sí, si a él le gustaría que yo lo hiciera, no quiero solo estar allí con intenciones más allá de una amistad si al final no sucederá nada de eso. —. Respondió, desviando la mirada. El maestro escucho atentamente sus palabras.

— Interesante... ¿Hay algo más que no me hayas contado? —. Dijo con simpleza, [____] solo se rascó la nuca confirmando que aún tenía cosas por contar.

— En... su momento... cuando tenía la edad de Mikey, yo salía con chicos mayores que yo. Y por alguna razón... Temo que Mikey sea igual a mi en ese entonces, y yo no sea nada más que un capricho... —. Confesó jugando con el borde de la taza de manera nerviosa. Cuando el sensei se dispuso a hablar, [____] soltó de manera apresurada.

— ¿Que tal si todo se sale de control y no funciona? —. Suspiró de manera pesada. — Me ha pasado tantas veces pero no sé cómo lo sobrellevaria con Mikey... —. Tomo un sorbo de té.

Al final de todo estaban hablando de una tortuga mutante, como se supone que haga un borrón y cuenta nueva, así como así?

— Deja de darle tantas vueltas, aún ni haz empezado —. Soltó para golpear suavemente la cabeza de la contraria con su bastón —. Aparte... ¿Porque esperarías si no le harías nada? —. Dijo el mayor alzando ambas cejas mientras miraba a la menor, la cual rápidamente se sonrojó.

El maestro tenía razón, porque se mortificaba tanto si no harían nada? Claro que habían otros factores por los que [____] lo había pensado demasiado, más allá de su forma de ser. Pero el Maestro Splinter había logrado hacer que se avergonzará totalmente al referirse a eso, mostrando un color rojo en el rostro de la menor.

Encima de que él se rió fuertemente. Algo que despertó aún más la curiosidad de un tercero que escuchaba atentamente la conversación detrás de la puerta. Una pista de su identidad era su bandana naranja.

— Tus relaciones pasadas no habrán resultado pero eso no quiere decir que les cierres la puerta a relaciones nuevas, es importante aprender de los errores y evitarlos. No tengas miedo de equivocarte. —. Dijo suavemente, sabía perfectamente que [_____] ya lo sabía pero necesitaba que alguien se lo recordará.

— Entonces... ¿Me da permiso de salir con...? —. Guardo silencio cuando se escuchó como la puerta rechino, algo que provocó que ambos mirarán en aquella dirección.

— Sí, solo no te sobrepases con él, toma en cuenta que estamos hablando del menor de mis hijos, [____]. Tú eres la adulta. No lo olvides. —. Finalizó con un tono firme y cierta aura amenazante aunque se encontraba oculta ante su habitual comportamiento tranquilo, era fácilmente notorio para la menor quien solo trago saliva asintiendo.