Hogwarts y la segunda Titanomaquia. LIBRO 2

Ellos van a necesitarlos más que yo

POV:

Adam había aparecido en este desierto con lo que quedaba de algunos de los escuadrones que lograron sobrevivir al descenso luego del ataque del Leviatán desde tierra, el cual los había tomado por sorpresa al estar oculto debajo de una tormenta creado por el mismo.

Adam: "Rayos, si solo hubiera vuelto un poco antes".

Pensó Adam, mientras miraba su estado actual, con sus pistolas, cuchillo y todas sus municiones y granadas puestas alrededor de una armadura militar, como la que había visto a través del reflejo en la misión anterior, solo que ahora el si la podía ver y sentir sin necesidad de usar una superficie reflejante.

El se estaba quejando del momento de su aparición, ya que si el hubiera vuelto al momento antes de descender, le hubiera podido advertir a los pilotos sobre lo que se encontraba escondido en esa tormenta.

Pero este no era el momento de llorar por la leche derramada, ya que el peligro aun estaba presente, incluso aunque están fuera del alcance del Leviatán, y a unos 90 km de la ciudad a la cual se dirigían en un primer instante, en su camino se encontraran muchas amenazas, las cuales según sus recuerdos, estas eliminaran un poco más de la mitad de los soldados a su alrededor.

Y la cantidad de soldados sobrevivientes de este escuadrón podrán contarse con los dedos de una sola mano, ya que durante esta semana ellos se verán bajo el constante acoso de algunas hordas de enemigos, con algunos de ellos escondidos bajo la tierra, el ataque de criaturas voladoras, así como un bombardero desde las alturas, resultados de la destrucción de un Leviatán y varias naves de nuestro bando, las cuales caerán sobre la ciudad, con las torretas antiaéreas de esta siendo capaz de deshacerse de la mayor parte.

Pero el verdadero problema reside en aquellos pedazos de escombros que lograran pasar, ya que un par de caídos de alto nivel se adentrarían en la ciudad con estos escombros, los cuales causaran la caída de la ciudad.

Eso se debe a que no eran caídos de un nivel bajo, sino de uno moderado, por lo que tenían la suficiente inteligencia y poder como para pasar desapercibido por la ciudad, o para eliminar y deshacerse de los cuerpos de estos.

Es por eso que aprovechando la lluvia de escombros, un par de estos se adentraran en la ciudad, para aprovechar que todos están ocupados mirando hacia las afueras de la ciudad para repeler los constantes ataques de los caídos fuera de la ciudad, por lo que bajaron la guardia en el interior, lo que permitió que solo un par de estos, que aunque poderosos, normalmente podrían ser derribados con unos 30 soldados bien armados.

Pero nadie se esperaba que ellos ingresaran de esta manera, por lo que nadie supo de la presencia de estos, o por lo menos nadie que los vio vivió para dar la alarma, por lo que estos tuvieron casi paso libre hasta la principal central eléctrica que se encargaba de abastecer los sistemas defensivos de la ciudad, así como la base de repostaje, en la cual se guardaban la mayor parte de munición, así como los vehículos terrestres y aéreos que necesitaban ser cargados de gasolina, armamento y una que otra reparación menor.

Ese ultimo de por si ya sería un grave golpe, pero para rematar, con la perdida de la principal central eléctrica, las fuerzas de defensas de la ciudad quedaron literalmente a oscuras, ya que esto desactivo la mayoría de los sistemas defensivos de la ciudad, sobre todo las torretas antiaéreas, y aquellas que servían para ataques de artillería pesada a largas distancia; lo que hubiera caído de maravillas para el combate, ya que no pudo ser en peor momento cuando se perdió estas, ya que el Leviatán estaba al alcance de tiro de la artillería; y sin estas, no pudieron causarle mucho daño, sin mencionar que la tormenta que trajo consigo dificulto el acierto hacia aquellos pequeños caídos que se acercaron aprovechando la enorme nube de polvo y roca que traía consigo el Leviatán.