¿Los animales tienen sentimientos?
Una pregunta tan difícil
de responder, los huma-
nos tratamos de compren-
der un mundo el cual
nos rechaza.
"Mis instintos saldrán a luz, cuando la amenaza trate de atacarme."
"Todas tus formas son únicas, pero al...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
“El tiempo es oro y tu fuerza el resultado de ello.”
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Keiko era diferente, la mayor parte de su vida se había basado en el entrenamiento para tener un control total a todas sus formas, pero para su desgracia todo se empezaba a ir por la borda.
Luego de aquel preocupante e confuso momento, Aizawa había llegado junto con Yamada. Rápidamente auxiliaron a Keiko tratando de detener el sangrado en su cabeza.
—¿Te sientes débil? — preguntó Yamada quitándose su chamarra para ponerla sobre sus hombros. — Lo mejor será llevarla a un hospital... — opino.
Pero el sonido de un auto estacinandose algunos metros lejos de ellos atrajo la atención de todos. Al instante una bella mujer con un kimono oscuro bajo del auto, corriendo hacia Keiko con los ojos llenos de miedo.
—¡Keiko-sama! — exclamó sujetando su rostro para analizar la heridas. — Lamento llegar tan tarde... Su abuelo me ordenó buscarla.
Del mismo auto tres sujetos descendieron, estos tenían una apariencia extraña dado que cubrían la mayoría de su rostro con una máscara en forma de lobo.
—Keiko-sama, nos haremos cargo de los inconvenientes. Vuelve a casa. — pronunciaron al unísono inclinando sus cabezas.
Hime afirmó y hizo un movimiento con su mano dandole a entender que podían comenzar. Aoi; como se llamaba la mujer as su lado. La levantó con cuidado, sujetando su cintura para ayudarla a caminar.
—Lo siento... — dijo Hime sin mirarlos. — Realmente lamento todo el daño que hice. — suspiró y siguió su camino hacia la camioneta en donde fue acamodada y refugiada.
