¿Vida social?
Por supuesto que...
No tengo...Si, a diferencia de otros chicos de mi edad, yo no estaba en fiestas divirtiéndome atiborrada de alcohol; estaba sentada leyendo un libro sola, en mi cocina con dirección a la ventana. No tenía un paisaje de película, (uno dónde puedes observar la ciudad entera en todo su esplendor), pero si podías ver el cemento de la calle aún mojado después de la lluvia que justo acababa de caer junto a los enormes ventanales de la casa de mis vecinos; los cuales, estaban llevando a cabo una fiesta que serviría para restregarme en la cara que una niña de 5 años tenía más vida social que yo.
Agité mi cabeza y volví a mi libro, cada vez se acercaba más y más al clímax hasta que una estruendosa voz sonó a un lado de mí a punto de romperme un tímpano.
-¡Fue el padre!
Y llegó ella, Victoria Makri, mi hermana.
Podría definirse como alguien complicada, o más bien ¿atrevida? Es sin duda bastante versátil, y lo sé por gran experiencia, tendía a cambiar sus gustos cada semana en la mayoría de los aspectos: comida favorita, color favorito, canción favorita, etcétera.
Pero algo que jamás, jamás del jamás cambiaría; es la ropa, la gama de colores en su closet se limitaba a blancos, grises, negros y unas pantuflas de conejo blancas que ahora eran rosas por un pequeño error mío, pero quizá, esa historia sea para después. Extrovertida, con una cantidad de amigos desconocida para la mayoría de personas, pues lograba ganarse amigos y amigas con una facilidad que envidio.
Rodé los ojos en cuanto interrumpió mi lectura, empezaba a hacerse costumbre que cada que yo leía un libro, dijera alguna cosa al azar sobre libros que había leído o inventara algo. Así que me levanté de mi asiento lista para darle un golpe cuando me tropecé con la agujeta de mi tenis y caí al suelo; miré su rostro, y tenía una mueca que expresaba un claro: "eso debió doler". Me recargué en mis antebrazos para poder mirarla directamente, su cabello negro estaba atado en un moño alto despeinado, tenía la misma sudadera negra con una pintura de Van Gogh en el medio que usa cada vez que hace frío, un pans del mismo color junto a sus pantuflas de conejo y una taza con forma de cráneo llena de té.
-Sigo sin entender ¿por qué te gusta el té?
¿Dato curioso? Odio el té
-A todos les gusta el té, tú eres la única rarita- Rodé los ojos ante su comentario y me levanté del suelo- recuerda que tienes que hacer las compras hoy
-¿Qué? Claro que no, es tú turno
-No, hoy es viernes
-Pero...
Y sin dejarme terminar salió de la cocina. Solté un leve suspiro mientras recogía mi libro del suelo y me dirigía a mi habitación.
Teníamos un muy buen sistema para mantener la casa en paz y tranquilidad; y dentro de las cosas a realizar, estaban las compras. Lo dividimos según los días y tiempos libres, así que era bastante funcional.Fui por mi abrigo, tomé mi bolsa con mis llaves, celular y audífonos para poder ir a comprar algunas cosas que faltaban para la cena y salí de mi casa colocándome mis audífonos y dando un clic en uno de ellos, para que Bubblegum Bitch comenzara a reproducirse a un volumen considerable.
Cada vez que salía a algún lugar tenía la manía de escuchar música, y por supuesto que el género variaba según mi estado de ánimo. Solía estar en modo diva la mayoría de veces, era muy raro cuando iba a caminar sola con música depresiva de fondo; si bien tengo una personalidad introvertida, una vez que tomaba la confianza suficiente con alguien hablaba más, obviamente no en una manera exagerada, pero podía comunicarme sin tantos monosílabos y mantener una conversación sin problemas.
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Rain
Teen FictionVerano, esa época del año en dónde el sol y la lluvia se complementan casi a la perfección junto a las vacaciones. Las vacaciones de verano sirven para divertirte libremente, o eso es lo que dicen todos. Isabelle Makri, una chica antisocial amante...