Capítulo 6

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Espero que os guste
¡¡¡¡LEMOOOON!!!!
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Entramos en Grey Enterprises y vamos al despacho de mi madre, pero una de las rubias que trabajan para mi padre nos detiene.
-El Sr. Grey no quiere que le molesten, así que les agradecería que se marcharan.
-No nos vamos a marchar-dice Alex avanzando conmigo a la oficina de mi padre, pero la rubia nos vuelve a detener aleteando sus pestañas hacia él.
-No pueden pa...
-¿Qué pasa aquí?-dice mi padre interrumpiéndola, y cuando me ve sabe que algo va mal.
-Querían pasar, pero como usted me dijo que no le molestara nadie...
-Cuando se trata de mi família, no deberías dudar en dejarles entrar, ¿entendido?-dice con su típica voz fría e intimidante.
-Sí, Sr. Grey-responde ella bajando la cabeza, sonrojada.
Mi padre tiene ese efecto en todas las mujeres...
Le seguimos a su despacho y le doy un beso en la mejilla y él me sonríe, pero veo preocupación en sus ojos. Sabe que ha pasado algo, siempre lo controla y sabe todo. Miro a Alex y rectifico, casi todo.
-¿Qué ha pasado?
-De nuevo ese idiota-mi padre se tensa, y Alex rápidamente añade-, pero esta vez no la ha tocado. Pero el joven Grey se ha peleado con él, lo digo por si alguien tiene algún video o foto que pueda vender a los medios.
-Se acabó, hasta ahora me he contenido porque no quería trifulcas, pero se acabó-coge el telefono y llama a alguien-. Welch, pon todo en marcha ahora, vamos a undirle de verdad-y luego cuelga.
Es lo que tiene ser Christian Grey, no tienes porque despedirte.
-¿Y ahora qué? ¿Vuelvo al instituto?
-¿Estás loca?-dice Alex, a lo que papá le mira enarcando una ceja-Lo siento, lo digo por su seguridad. No conviene perderla de vista por ahora.
-Cierto-le responde-, hasta que se solucione todo esto te quedarás en casa con Alex.
-Vale-digo sin poder contener una sonrisa.
-¿Por qué sonríes tanto?
-Es obvio, papi-me acerco a él y le beso la mejilla mientras le abrazo la cintura-. No tendré que asistir a esas aburridas clases.
Voy hacia la puerta y noto como Alex me sigue sonriendo.
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Llegamos a casa, completamente solitaria, y unos segundos después de oír el sonido de la puerta cerrarse, noto unos brazos en mi cintura.
-Así que tú y yo solos, ¿eh?-murmura en mi cuello.
-Mhm-digo mordiéndome el labio, cuando me acerca más a él.
Me giro y lo beso. Me rodea con sus brazos y me atrae completamente a él, haciendo que note su fuerte pecho pegado al mío. Sube una mano a mi cabello y tira de él, provocándome un gemido.
-¿Te gusta que te tire del pelo?-susurra en mis labios.
-Por favor-le suplico. Me ha gustado demasiado.
-Contéstame-habla en mi oído.
-Sí.
Sonrie en mi cuello y lo besa mientras vuelve a tirar de mi cabello. Me acaricia y yo le pego más a mi con los brazos, que están en su cuello. Salto sobre él, sorprendiéndole, ya que se tambalea, pero enseguida vuelve a estabilizarse. Aprieta mi culo con sus manos y vuelvo a gemir en su oído.
Sube conmigo a mi habitación y la cierra con una patada, para luego apoyarme en ella. Se separa y apoya su frente en la mía, con sus ojos cerrados fuertemente, mientras acaricia mi nariz con la suya. Junto nuestros labios en un casto beso, que al separarnos resuena por todo el cuarto. Me suelta en el suelo poco a poco y, con la respiración acelerada, da unos pasos atrás y se deja caer sobre la cama. Intento acercarme a él, pero levanta una mano en mi dirección para que me detenga.
-No te acerques, no podré resistirme.
-No quiero que lo hagas.
-Ya te lo expliqué, Phoebe-dice mirándome a los ojos-. Mira, no sabes cuánto deseo hacerte el amor, que seas completamente mía, pero no puedo. Si lo hiciéramos y te arrepintieras... Me moriría-dice con ojos cristalizados.
Me acerco a él, haciando que levante la cabeza para mirarme. Le acaricio el pelo y el cierra los ojos.
-No me arrepentiré. Hazme el amor-él suspira y apoya su frente en mi estómago. Cojo sus manos y las coloco en mis piernas-. Tócame, por favor.
-Phoebe... Si empiezo... No creo poder parar...
-No quiero que pares.
Entonces empiezo a sentir sus caricias en mis piernas, que suben por mis muslos. Coje el borde de mi camiseta y la levanta, por lo que me la quito despacio ante su atenta mirada. No deja de mirarme por lo que me tapo con la blusa. Él frunce el ceño y me la quita, tirándola a un lado de la cama.
-Eres preciosa-susurra antes de empezar a besarme el vientre.
Suspiro en cuanto sus labios me tocan, echando la cabeza hacia atrás. Sus manos me dan suaves caricias en las caderas hasta llegar al botón de mis pantalones cortos. Lo desabrocha, y luego la cremallera.
-¿Estás completamente segura?-dice mirando profundamente mis ojos, a lo que asiento. Baja mis pantalones hasta que caen completamente en el suelo-. Te quiero mucho Phoebe. Creo que llevo mucha ropa-dice mirándome con la clara intenciín de que le desnude.
Me siento en su regazo, provocándole un gemido al rozar su erección. Le beso apasionadamente, lamiendo sus labios hasta que me dan paso. Voy bajando hasta su cuello, mientras empiezo a subir su camiseta. De nuevo puedo ver su tonificado pecho, y empiezo a acariciarlo mientras le acuesto. Bajo besando su pecho hasta desabrochar sus pantalones, y se los quito, dejándome ver sus sexys piernas. Beso sus piernas hasta llegar a su entrepierna. Con mucha timidez paso mi mano por ella, haciendo que se sobresalte y gima.
-Dios, Phoebe.
Me coje de los hombros hasta quedar a su altura y me tumba en la cama. Besa mi cuello, mordiéndome, haciendo que gima y me retuerza del placer. Me mira a los ojos y me besa, mientras mete las manos entre el colchón y yo para desenganchar mi sujetador. Lo tira a un lado y yo aparto la mirada, pero Alex hace que le mire.
-Eres preciosa, no deberías avergonzante.
En ese momento empiza a acriciar mis pechos, haciendo que arquee la espalda y gima fuerte. Cuando pensaba que no podía haber nada mejor, mete uno de mis pezones en su boca. Lo besa, lo chupa, lo muerde y tira de él, lo que hace que se ponga duro, sin dejar de acariciar el otro. Cuando lo ha dejado rojo e inchado repite el proceso con el otro.
-Oh, por favor-gimo fuerte, tirando de su pelo para que vuelva a besarme.
-Eres tan dulce. Quiero saborearte-dice mientras toca la parte más sensible de mi cuerpo.
Quita la última prenda que cubría mi cuerpo. Abre mis piernas y pone mis piernas en sus homros. Me regala una sonrisa y besa mis piernas sin despegar su mirada de mí.
-Estás adorable sonrojada.
Y en ese momento su cabeza se unde entre mis piernas haciendo que grite. Su lengua me recorre de un lado a otro. Se siente tan intenso, soy tan sensible que empiezo a combulsionarme, pero en ese momento para.
-¡No! ¿Por qué paras?
-Quiero que te corras, cuando esté dentro de ti.
Me besa tiernamente y me mira a los ojos. Vuelve a besarme el cuello.
-Te quiero mucho. Si quieres parar dímelo, siempre puedes decir que no.
-Por favor.
En ese momento siento como entra poco a poco en mí, dejándome sin aliento. Cuando ha entrado por completo él gime y yo hago una mueca.
-¿Estás bien?¿Quieres que pare?
-No, no pares... Por favor...
Me besa y empieza a balancearse suavemente sobre mí, lo que me provoca una pequeña molestia, que desaparece paulatinamente, hasta ser reemplazado por el placer.
-Oh, Alex-gimo en su oído, provocando un gruñido de su parte-. Por favor, no pares...
-No pienso parar-me besa y me mira a los ojos-. Phoebe, te quiero...
-Yo también te quiero... Más, por favor... Más rápido...
Aumenta la velocidad, aumentando a su vez el placer. No puedo parar de gemir y moverme contra él. Me besa y me susurra palabras bonitas mirándome a los ojos. Nuestros cuerpos chocan una y otra vez. Envuelvo mis piernas en sus caderas y le araño la espalda. Alex gruñe y me embiste más profundamente.
-Oh, Phoebe... Vamos nena, córrete conmigo...
Mi cuerpo obedece a su voz y exploto a su alrededor en una última fuerte embestida.
-¡Alex!-grito apasionadamente su nombre, lleno de placer.
Él cae sobre mí agotado. Me aprieta contra el colchón pero no me importa. Sale de mí y se acuesta a mi lado, con su cabeza apoyada en su mano.
-Ha sido fantástico. ¿Te he hecho daño?-dice mi chico acariciando mi cintura y una sonrisa, pero con preocupación en sus ojos.
-No... Dios mío, no sabía que se podía sentir tanto placer...
-Y esto solo es el principio, ahora que te he probado no voy a poder dejarte marchar-dice sonriendo.
-Pues no lo hagas-me acerco de él y empiezo a morderle el cuello.
-¿Otra vez?-asiento con la cabeza-Te vas a volver insaciable. Para, tonta.
-¿Qué pasa?
-Debemos ducharnos, vestirnos ydeshacernos de las evidencias antes de que llegue tu família.
-Aún tenemos tiempo, Alex.
-Llegarán en una hora.
-¿Ya?-digo sorprendida.
Alex sonríe y se levanta completamente desnudo y me tiende la mano.
-Podemos ducharnos juntos.
Me lanzo hacia él, haciendo que me coja en brazos y mientras nos reímos, camina hacia el baño.
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Quiero dar las gracias por tantas lecturas
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Phoebe GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora