Capítulo 3

4K 105 1
                                        

Una vez hemos normalizado nuestras respiraciones, vuelvo al asiento del copiloto. Alex estira el brazo para alcanzar una bolsa y la abre, para sacar una camiseta negra de manga corta y ponersela. Empieza a conducir hacia casa y en ese momento me doy cuenta de que mi padre estará allí, y preguntará por qué llevo la camisa de Alex, y él le contará lo de Lukas y papá se pondrá furioso: se empezará a poner nervioso, a remover el pelo, empezará a reñirme por llevar esta ropa...

-Alex, por favor, no se lo cuentes a mi padre-digo mirando mis manos.

-¿Cómo quieres que no se lo cuente? Se dará cuenta de que ha pasado algo, además, es mi deber informarle de toda incidencia.

-No quiero que me grite.

-Yo estaré contigo, y no creo que te grite. Solo le estrozará la vida a ese desgracido-dice con rugido en su garganta, está furioso-. Me encantaría haberme quedado allí golpeandolo. Ese maldito cabrón, ¿cómo se atreve a tocarte contra tu voluntad? No debería tratar de esa manera a las mujeres y mucho menos a una tan especial como tu.

-Tranquilízate-digo posando mi mano sobre la suya, que está en la palanca de cambios.

-Bésame, Phoebe-dice cuando nos paramos en un semáforo en rojo.

Le obedezco al instante, rozando levemente mis labios con los suyos, creando suaves caricias entre ellos. Solo durante unos segundos, pero eso basta para que él vaya destensándose. Me separo de Alex con una sonrisa, el semáforo se pone en verde y seguimos avanzando.

-Alex, ¿qué se supone que somos?

-No lo sé muy bien. A mi me gustaría que en un futuro no muy lejano pudieas llegar a ser mi novia, pero no podríamos ser una pareja normal. Si tu padre se entera de lo que sentimos, me separaría de ti, y no quiero, y menos ahora que ha pasado esto enttre nosotros.

-Eso no me aclara mucho las cosas.

-Se me ocurre algo. Por ahora empezams a salir, para ver como va, en secreto claro, y luego iremos improvisando. No se me dan muy bien estas cosas. Nunca he tenido una novia, solo... Mira, seré sincero contigo. Siempre he sido un mujeriego-ahí el corazón se me para-, estaba con una chica distinta cada noche. Ahora ya no soy así, he madurado, ya no trato aa las mujeres de esa forma. Solo quiero que sepas esto, no quiero que te enteres por otra persona y te enfades conmigo, quiero que lo sepas todo de mí, y espero que me aceptes tal como soy.

-Me alegra que confies en mí, y me parece bien lo de salir.

-Genial-dice sonriendo, sin apartar la mirada de la carretera.

Alex enciende la radio y suena la canción "Por siempre" de Alex Fernando. Esa canción hace que me sonroje y sonría como una tonta. Me sorprende mucho cuando empieza a cantar flojo. Presto más ateción, pero aún así no logro escucharlo bien, aunque con solo ese gesto, con que cante, por mucho que no lo escuche, apretando fuertemente mi mano, hace que me lata el corazón a mil por hora.

Aparcamos frente mi casa. Él viene hacia mi puerta, la abre y me ofrece una mano acompañada de una sonrisa para ayudarme a salir, la cual acepto de inmediato. Caminamos hasta la puerta, pero no abro, si no que me la quedo mirando, temiendo atravesarla. Alex posa su a¡mano en la parte baja de min espalda, con ese toque me da un poco de confianza y abro la puerta.

Vamos al salón, donde está mi madre. Mi madre me mira extraño, y sé que ya supone que levo la camisa de Alex, porque él antes llevaba una y ahora lleva una camiseta negra. Me mira interrogante, pero sin decir nada, y yo simpplemente le hago un gesto para que noss siga hasta la oficina de mi padre, donde también se encuentra mi hermano.

-Hola-digo en un susurro para que se den cuenta de que estamos aquí.

Los dos se giran hacia nosotros, al principio con una sonrisa, pero al verme así esa sonrisa desaparece. Nos examinan con detenimiento en pocos segundos. Mi padre nos mira intrigaddo y enfurecido y parece que a Ted se le va a explotar la cabeza de lo roja que tiene la cara. Se acerca a grandes pasos y me aparta de Alex porque ha visto que en todo este tiempo no ha apartado la mano de mi espalda.

-¡No toques a mi hermana!-dice histérico, poniéndome tras él.

-¿Qué ha pasado?¿Por qué te han castigado?¿Y por qué llevas su camiseta?-dice señalando a Alex, pero con voz serena, lo que le hace más intimidante.

-Pues a primera hora de la mañana, en clase, una chica me ha pasado una nota de un chico que se llama Lukas. Decía que Ava no estaría siempre para protegerme, porque antes de entrar en clase había intentado besarme, y que me vería en la sala de castigo, aunque no sabía a qué se refería. Luego él ha levatado la mano para que el profesor se dierra cuenta de que tenía una nota y me ha castigado, y luego ha provocado su propio castigo. Cuando a las tres he ido a la sala de castigo, allí solo estaban él y el profesor. Al acabar el castigo intenté salir corriendo pero Lukas no me dejó, atrancó la puerta con la silla... y... y...-no puedo dicirlo, noto como se me llenan los ojo de lágrimas.

-Ha intentado violarala. Gracias a Dios he llegado a tiempo, pero ya la haía tocado-empieza a decir con rabia-. La encontré sin camisa, así que después de golpearle le di mi camisa a Phoebe. Tendría que haber llegado antes, lo siento.

Parece que todos se han quedado en shock. El primero en reaccioonar es Ted que me abraza posesiva pero tiernamente. Después mi madre viene hacia mí, para abrazarme junto a mi hermano.

-¡Joder!-dice gritando, lo que hace que nos separemos sobresaltados-¡Tenías que vestirte así, ¿verdad?!-dice dirigiéndose a mí-¡Sabía que no era buena idea!¡Ese maldito idiota!¡No va a salir vivo!-dice pasándose la mano por el pelo-Joder Phoebe-y ni siquiera me doy cuenta de cuando ha avanzado hacia mí, estrechándome contra su pecho.

Le agarro la camisa, arrugándola, aunque parece no importarle. Escondo mi cabeza en su pecho, ya que no llego hasta su cuello. Él se limita a besarme la cabeza y brindarle a mi espalda y cabello tranquilizadoras caricias.

-Lo siento, no te enfades conmigo, por favor-le susurro al oído y él me abraza con más fuerza, pero aún dejándome respirar, aunque por poco.

-No estoy enfadado contigo-dice mirándome a los ojos-. Estoy enfurecido con ese idiota. ¿Cuál es su nombre completo?

-No lo recuerdo.

-¿Ese Lukas es el del grupo de los "populares"?-dice Ted haciendo comillas, a lo que yo asiento con la cabeza-Lukas Buttler Brooks.

-Bien-dice mientras coge el teléfono.

-¿Qué vas a hacer Christian?-dice mi madre aunque todos ya sabemos lo que va a hacer.

-Hundirle.

-Papá, no te pases.

-¿Por qué dice eso? Eres demasiado buena, ese idiota intentó forzarte. Nadie toca a mi pequeña y se queda tan ancho-entonces veo que Alex empalidece un poco y yo sonrio-.¿Por qué sonries?

-Porque me ha me hace gracia ccuando te pones en modo sobreprotector, a veces me gusta-le doy un beso en la mejila-Me voy a mi habitación, ¿vienes Alex? Aún me duele un poco la pierna de cuando me ha empujado.

Él dirige la mirada hacia mi padre que ya está hablando por teléono, pero como siempre está atento a todo, asiente con la caeza e intento contener la sonrisa. Mis padres y Ted se quedan en la oficina, mi hermano intentando tranquilizar a mi madre, porque por mucho que intente ocultarlo sé que está preocupada.

Cuando cerramos la puerta, vamos a las escaleras. Alex echa un último vistazo a la puerta para saber si alguien la ha abierto, y al ver que no hay nadie me levanta, cogiéndome de la cintura y la parte trasera de las rodillas. Me da un beso en la mejilla y empieza a subir.

-¿Qué haces? Sé caminar.

-Pero te duele la pierna-dice sonriendo, porque sabe que simplemente era un excusa.

Phoebe GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora