Capítulo 4

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Llegamos a mi habitación y me deja suavemente en la cama, pero cuando empieza a incorporarse tiro de su brazo y cae sobre mí.

Nos miramos intensamemte a los ojos, sin siquiera tocarnos. Mira cada facción de mi cara, veo como sus ojos bailan de un lado a otro de mi rostro. Acaba apoyando su frente sobre la mía y acaricia mi nariz con la suya. Veo sus parpados cerrados suavemente, y sus largas pestañas casi invisibles por su tono rubio. Levanto la boca hacia la suya y le beso.

Nuestro beso se vuelve cada vez más intenso, quiero más, necesito más. Me retuerzo ligeramente bajo él y le empujo a mi lado, de manera que queda boca arriba en la cama y me pongo a horcajadas sobre su cintura.

No sé lo que hago, Alex hace que me sienta segura de mi misma, como si puediera conseguirlo todo.

Él suspira impresionado y yo no hacer más que sonreirle y volver a besarle. Nuestras respiraciones se acompasan y mis manos recorren su pecho ansiosas por sentir su contacto. Las suyas, simplemente están a sus lados, apretando mis sábanas, así que las cojo y las coloco en mi cintura.

Mis besos pasan a su cuello, mordisqueándolo y saboreándolo, hasta llegar a su oreja. Le lamo el lóbulo, lo beso, juego con él.

-Tócame-le susurro al oído.

Jadea cada vez más. Mis besos y caricias le provocan suspiros, pero cuando digo eso inspira profundamente y oigo un gruñido de su gargante. Sus manos que hasta ahora me acariciaban, aunque solo hayan sido en la cintura y las piernas, me han puesto a cien, pero se alejan de mí.

-No puedo-dice alejándome, pero aún sentada sobre él. Se incorpora y estamos frente a frente.

-¿Por qué no? Si ya estás...-me da vergüenza decirlo, así que me muevo un poco sobre su ya notoria erección, lo que le provoca un gemido.

-Para Phoebe-me dice serio, y yo le hago caso de inmediato-. No podemos hacer esto. Tu familia está abajo, además, por mucho que me gustaría, sé que aún no estás preparada para hacerlo conmigo. Sé que es pronto.

-Sí que estoy preparada, por favor-vuelvo a acercarme a su cuello dejando pequeños besos en él, Alex me rodea la cintura con un brazo, y su otra mano, está apoyada en mi nuca-. No haremos ruido.

-Phoebe-dice en tono de advertencia y me vuelve a separar-. Eres una adolescente, sé lo que es eso. Esto simplemente es un arrebato de tus hormonas. No quiero que sea así, he tenido suficiente de esto. Por ti siento algo fuerte, no eres como las chicas tontas que se ofrecen a cualquiera, tú eres mejor que ellas. Es demasiado pronto. ¿De verdad crees que estás preparada para que te vea desnuda con lo acomplejada que eres con tu cuerpo? Aunque no entiendo por qué. ¿O de verdad quieres que sea mientras tus padres y tu hermano están en el piso de abajo?

Me quito de encima y me siento a su lado. Alex me rodea con un brazo, apoyándome en su pecho y besándome la sien.

-Tienes razón.

-¿Estás bien?

-Claro, supongo que es demasiado pronto, como has dicho.

-No me refiero a eso-levanto la cabeza y en su rostro veo una gran preocupación.

Entonces vuelven las imagenes a mi cabeza: su oscura mirada, sus asquerosas manos sobándome, sus feroces besos hiriéndome. No. No estoy bien.

Niego con la cabeza y me atrae a él con fuerza, abrazándome protectoramente como si fuera un escudo contra el mundo. Me besa y acaricia el pelo una vez tras otra, repitiéndome que él está conmigo, que me protegerá de todo y todos, que todo está bien.

-Perdóname por llegar tarde, si me hubiera dado más prisa en reaccionar...

-No empieces de nuevo-le interrumpo-. Nada de esto ha sido tu culpa.

-Pero...-le beso.

-No digas nada. Solo abrázame, por favor.

Me obedece y simplemente nos quedamos aquí, en silencio, el uno junto al otro.

Phoebe GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora