Lirios de cristal

Capítulo 17: La rutina diaria

Hola a todos. Ha pasado un tiempo, ¿eh?

Voy a ser real, han pasado muchas cosas desde mi última actualización. Tuve algunos problemas con mis créditos universitarios y tuve que tomar un semestre adicional para graduarme (pero en realidad me gradué con mi licenciatura, así que eso es bueno). Empecé a buscar trabajo y obtuve un puesto en el que escribía casi todo el día, cinco días a la semana. Tuve muchos problemas diferentes en mi vida personal. Tenía muchas otras cosas que necesitaba escribir aparte del trabajo. Agregue el hecho de que el estado del mundo sigue siendo un drenaje pasivo constante en mi estado de ánimo, y remate con el hecho de que me cansé mucho de este capítulo después de un tiempo, y es suficiente para quedarme, trabajar en esto ha sido un desafío. Ha habido muchos días en los que simplemente no me atrevía a escribir entodos, y aun mas dias donde solo tenia energia para escribir por trabajo y nada mas.

Dicho esto, me niego a renunciar a esta historia, así que el capítulo finalmente está aquí. Se sometió al menos a tres reescrituras completas, así como a una docena de revisiones de escenas más pequeñas, e incluso ahora todavía no estoy del todo contento con él, pero en este punto, creo que solo me estoy mentalizando. No puedo prometer que el próximo saldrá pronto, desafortunadamente; Todo lo que puedo prometerte es que no me rendiré.

Gracias como siempre por los amables comentarios y amables mensajes que recibí. Sé que me he vuelto bastante malo respondiendo a las cosas, pero sepan que las veo y las aprecio a pesar de todo.

Ahora, ¡que comience la historia!

Blake no había pasado la página en más de diez minutos.

Ella suspiró, escaneando la primera oración por enésima vez. No estaba segura de por qué seguía intentándolo, sin importar cuántas veces lo leyera, no podía concentrarse en las palabras.

Frustrada, cerró el libro y miró alrededor de la habitación. Ruby, Weiss y Eyepatch estaban de nuevo en las forjas, dejando a Blake y Yang solos en el dormitorio. Yang estaba sentada en el escritorio, trabajando en la tarea, gruñendo de vez en cuando y frotando su papel con un borrador.

Yang había estado de mal humor cada vez más a medida que avanzaba la semana. Blake no estaba seguro de si era porque Ruby pasaba mucho tiempo con Eyepatch o porque no dejaba que Yang los vigilara; independientemente, la rubia estaba de mal humor. Había tratado de seguir a Eyepatch a la forja del campus más de una vez, pero Ruby la envió de regreso cada vez.

No es que la culpe.

Los ojos de Blake se detuvieron en su pareja. Todavía recordaba cómo se veía Yang el día que se conocieron: alto, seguro de sí mismo y fuerte, con una sonrisa que brillaba tan intensamente como el sol dorado de su cabello. La personificación de la fuerza, aunque Blake había necesitado algunas peleas compartidas contra los Grimm para entenderlo de verdad.

Sin embargo, con el paso del tiempo, empezó a ver esa fuerza como algo más: terquedad. Una negativa a cambiar y una negativa a comprender que otras personas pueden cambiar. La terquedad era admirable cuando era por la razón correcta, pero ¿cuando no era así?

" ¿Qué, quieres que abandone nuestra causa? ¿Como tus padres ?"

Blake hizo una mueca, aspirando una dolorosa bocanada de aire entre dientes.

Ese pequeño sonido fue suficiente para llamar la atención de Yang. Se puso rígida en su asiento, luego miró por encima del hombro. "¿Qué es?"

Blake abrió la boca para hablar, luego hizo una pausa. Todavía estaba decidida a cambiar la opinión de Yang sobre Eyepatch, pero a pesar de toda esa determinación, no estaba segura de cómo hacerlo. Conociéndola, si no hago esto bien, se enfadará más. Y si se enoja más, se desquitará con Eyepatch. La culpa la pinchaba como espinas. Tengo que asegurarme de que no...