Latir

CAPÍTULO 10

  - Ya te he dicho Jessica, que solo quiero hablar con tu hermano.

- Y yo te estoy diciendo Claire, que está en el partido.

- Pues entonces me voy  -  dije yo.  -  Dile a Oliver cuando llegue, que me llame, es importante.

- Claire, no pongas en riesgo a mas personas.  -  me dijo, pero yo no lo entendí.

- No te entiendo Jessica, ¿Podrías ser más explícita?  -  suspiró cansada.

- Mira, lo único que te puedo decir es que no le cuentes a nadie más lo que te ha pasado.

- ¿Y tú como lo sabes?  -  madre mía que lío.

- Solo hazme caso por una vez en tu vida, demasiado que has puesto en peligro a Jack, y esto solo para hacerte la importante.  -  eso que dijo me enfadó mucho.

- ¿Perdona?¿Y lo dices tú? Já.  

- Mira, haz lo que quiera, pero no te acerques ni a mi hermano ni a Jack.

- ¿Pero tu quien te crees que eres para prohibirme a mí que hable con ellos?  -  le dije yo.

- Ufff, ¡Me tienes harta niñata mimada! ¡Haz lo que te digo o no dudaré en...!

-¡En qué! ¡Venga dilo, tan chula que eres! 

- En nada..., solo..., mira nada, ya me encargaré de que no te acerques ni a mi hermano ni a Jack.

- Esto es increíble. No me vas a alejar de nadie, psicópata.  -  y me fui dando un portazo.

         Esta discusión la vi muy ridícula y no entendí nada de nada. ¿Por qué me querrá prohibir que cuente lo que me ha pasado? ¿Cómo sabe lo que me ha pasado?¿Cómo sabe a quien se lo he dicho? ¿Por qué me ha dicho que estoy poniendo a la gente en peligro?  Son demasiadas preguntas sin respuestas, quitando todas las del secuestro, aún sigo sin entender porque me han echo eso. 

      Lo mejor que se me ocurrió hacer fue ir a visitar a mi hermana. Pobre Tess, tengo que contarle todo lo que me ha pasado. Así que me puse en camino del hospital, espero que no este Óscar.

***

     Llegué a la habitación de mi hermana sin ver a Óscar, pero al entrar vi a Connor sentado al lado de la cama, cogido de la mano de mi hermana, llorando.

- ¿Connor?  -  pregunté yo.  Él se secó las lágrimas rápidamente.

- Oh, Claire, no sabía que ibas a venir.  -  se levantó de su asiento.

- Menos mal que te encuentro  -  dije yo.

- ¿Por qué?

- Bueno, tengo que hacer que mi hermana vuelva a la normalidad, y he pensado que tu podrías ayudar, es decir...  

- Sí, te ayudaré, cuenta conmigo.  -  me dijo muy decidido, ni si quiera dejó que acabara la frase.

- Bueno, pues tenemos que ponernos manos a la obra lo antes posible.

- Por supuesto, ¿Por dónde empezamos?  -  me preguntó.

- Pues por el principio, tenemos que descubrir que era ese líquido.

- Pero no tenemos nada, no sabemos donde está el sitio en el que me lo dieron, ni quien me lo dio, no sabemos nada.  -  yo sonreí después de escuchar esto de su parte.

- Sí sabemos donde está el sitio en el que te lo dieron.

- ¿Cómo?  -  me preguntó él.

- Me han raptado esta mañana, y por lo que me contaste del sitio, es el mismo.