CAPÍTULO 15

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- Anne está muy afectada, ha intentado saltar por el balcón.  -  no me lo podía creer, me quedé en shock.  -  Ey tranquila, ella está bien.

- No, no lo está. Su hermana ha muerto. ¿Cómo va a estar bien?  -  dije mientras lágrimas caían libres sobre mi cara.  -  Tenemos que ir a verla. Somos su único apoyo aquí.

- Vanessa, su madre, está destrozada.  -  me lo imagino, ella estaba muy pegada a sus hijas.

- ¿Cuándo ha pasado todo esto?  -  pregunté yo.

- Esta noche a las 5 de la madrugada o así. Te he llamado varias veces pero no contestabas.

- He...  -  intentaba buscar alguna excusa. Mi cerebro no funcionaba con normalidad después de esta noticia.  -  he perdido el móvil.

- Bueno, pues yo lo estoy viendo aquí encima.  -  dijo mirando hacía la mesita pequeña del salón.

- Vaya, no lo había visto.  -  no se mentir, pero en este momento eso es lo que menos me preocupa  -  Tenemos que ir a apoyar a Anne.

- Que no se hable más. ¿Sigues con el mono puesto?

- Emm.. sí, es bastante cómodo y no tenía ganas de quitármelo. Voy a ducharme y a cambiarme de ropa, vuelvo ahora.  -  asintió con la cabeza y yo fui a mi habitación destrozada por la noticia.

  Cogí lo primero que vi en mi armario, una blusa de mangas largas celeste finita y un vaquero negro desgarrado en el tobillo.

   Me fui al cuarto de baño, este estaba al lado de mi habitación. Me desvestí y me metí en la ducha de cristal con partes opacas.

- Estás bastante bien ¿Lo sabías?  -  mierda, no me acordaba del psicópata.

- ¡Que haces tú aquí! ¡Vete!  -  él estaba en la puerta del cuarto de baño sonriendo y yo tapándome aunque no creo que se viera nada por el cristal.

- No tienes nada que no halla visto antes.  -  dijo con las manos al aire.

-  Pues mejor, vete, adiós, no deberías estar aquí.

- Que borde.

- Borde con el que te vas a chocar si salgo de aquí.

- ¿Contexto?

- Pues voy a coger esa pedazo de cabeza peluda y la voy a estampar con el borde de la acera de la calle ¿Te parece buen contexto?

- Perfectísimo. Por cierto me vendría bien un baño la verdad.  -  empezó a acercarse con las manos en los bolsillos y su cara de suficiencia.

- ¡Ey, ey, ey! ¡Quieto ahí! ¡Chu, chu, fueraa! ¡Ni se te ocurra dar un paso más o te juro que...!

- Que, ¿Me vas a arañar? Me presto voluntario.

- Pero... ¿Y tu quién eres?  -  dijo Connor en la puerta, ya lo que me faltaba.

- ¡Pero bueno! ¿Esto qué es?   -  les grité yo.

- He escuchado voces y he venido, supuestamente estábamos solos y me encuentro con un tío aquí.  -  dijo Connor con cara de no entender nada.

- Mira surfero, no me vengas de chulito. Adiós, no voy a permitir que la veas así.  -  dijo el loco, genio de la lampara, desconocido o como quiera que se llamáse cerrando la puerta del cuarto de baño.

- ¿Otro con surfero? Madre mía, no superáis mi belleza.

- ¡Discutid fuera! ¡Adiós a los dos! ¡Dejádme en paz!  - ya se habían ido pero ahora mi preocupación era otra: que se mataran vivos en mi salón.

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