nueve

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     LUEGO DE UNA HORA DE CAMINATA, sentimos los rayos de sol de la mañana. Habíamos aterrizado unos kilómetros alejados para no llamar la atención.

     Anakin se movía con sigilo sobre la arena. Ya lo había oído quejarse de esta un par de veces, pero hice caso omiso y continué caminando. Él iba por delante, puesto que ya conocía el planeta y el lugar donde nos dirigíamos.

     No nos cruzamos con nadie en el camino. Cada vez hacía más calor, debido a la temperatura del planeta Geonosis. Decidimos apurarnos antes de que el día estuviera completamente luminoso.

     —¿Cuánto falta?—pregunté.

     —No falta mucho, estamos muy cerca—respondió Anakin al instante. Hizo una pausa, mirándose la mano—. La última vez que estuve aquí, fue durante la Guerra de los Clones.

     —Ojalá hubiera estado allí, pero fue hace unos años y todavía no había sido nombrada Jedi.

     —No fue gran cosa.

     —¡Lo dices porque estuviste! Pero Amara creía que una chica de 16 años no debía estar en medio de la batalla. Ella fue, por supuesto. Tuvo que dormirme para que no fuera con ella, ¡estuve inconsciente 2 días!

     —Eso suena muy propio de ti.

     De repente, Anakin se detuvo y me tomó por sorpresa, por lo que me choque contra su espalda. Murmuré, lo siento, antes de separarme.

     —Hemos llegado.

     Me asomé y solté una exclamación.

      —¿Es aquí donde comenzó la Guerra? ¡No puedo creer que este...!—Anakin me colocó una mano sobre la boca, para callarme.

     —No...grites.

     Sacó la mano al instante y se agachó para observar el panorama. Noté que comenzó a actuar extraño, por lo que inquirí si le sucedía algo.

     —Estoy bien solo que...este lugar me trae recuerdos. Sigamos.

     —¡Tengo una idea!

     —Oh, no.

     —¡Esta vez es una buena!

     Anakin me miró con desconfianza. Luego se relajó.

     —A ver, te escuchó.

     Le conté mi plan, pero no pareció muy convencido. A pesar de eso, asintió con la cabeza. Avancé, agachada para no alertar a los droides que custodiaban la entrada. Vimos una entrada, en el palco donde una vez había estado parado el Conde Dooku y el pasillo, por donde había ingresado Mace Windu. 

     Rodeamos la estructura y caímos sobre ellos, sin dejarles tiempo de alertar a nadie. Nos dimos la vuelta y vimos el oscuro pasillo, por el cual entramos con sigilo.

     Cuando llegamos al interior, nos escondimos detrás de un pilar para que no nos vieran. No veíamos al General Grievous.

     —Bien, ¿cuál es nuestra siguiente estrategia?—inquirió Anakin.

     —¿Nuestra que?

     Anakin se quedó en silencio.

     —Dios mío, vamos a morir—se lamentó.

     —¡Nadie va a morir hoy!—me asomé con cautela para observar de nuevo, cuando vi una puerta que me llamó la atención—Creo que tengo otra idea.

     —Espero que sea mejor que la anterior.

     —Haré una distracción, pondremos explosivos en esa puerta y en aquella—dije señalándole—la única salida será por donde ingresamos. Cuando me persigan, los detonarás para que no puedan volver y atraparas a Grievous.

     —¿Un plan donde eres la carnada? Me gusta.

     —¡Ey!—exclamé— Esta bien, ahora debemos...

     Sentimos los blasters de los droides apuntándonos a las cabezas. Anakin me miró y sentí que me iba a asesinar con la mirada. Había olvidado decirle que mis planes siempre salen mal.

     Encendimos nuestros sables. Esquivamos los disparos y los redirigimos hacia ellos, dejándonos una vía de escape. Anakin tiró de mi brazo y se colocó por delante. Avanzamos pero llegaron más refuerzos, por lo que nos encontrábamos de nuevo rodeados.

     Alcé mi sable, estando de espada a Anakin, pero un disparo me llegó al brazo y lancé un grito. Bajé la guardia y otro me pegó en la pierna, haciendo que caiga.

     —¡Venus!—exclamó, y trató de ayudarme, pero quedamos separados entre los enemigos, por lo que no había forma de que me ayudara.

     Levanté una mano y derribé unos droides, dejándole una vía de escape. Las heridas comenzaron a sangrar rápido y me sentía cada vez más mareada.

     Unos segundos más tarde, Anakin había destrozado a todos los droides. Sentí como me tomaba entre sus brazos y me llevaba por donde habíamos entrado, pero también había recibido un disparo y caminaba con notable dolor.

     Con la fuerza, derrumbó una pared y nos separó de ellos.

      —No podemos escapar juntos, tienes que dejarme—dije débilmente—. No tardaran en dar la vuelta y encontrarnos.

     —No voy a dejarte—gruñó él.

     —Yo no te agrado, ¿por qué—tosí—te arriesgas a morir por mi?

      —Yo nunca he dicho...que no...me agradas—contestó él, respirando con dificultad.

     —Pues...actúas...como tal—respondí yo.

     —Deja de hablar, Venus.

     Las piernas de Anakin fallaron y ambos caímos al suelo, causando un estruendo en el silencio que había previamente. El sudor recorría nuestros cuerpos, que pedían a gritos que nos rindiéramos.

     Comenzamos a oír ruidos aproximándose a nosotros, mientras Anakin se arrastraba hacia el borde del palco por el cual habíamos entrado.

     —Tengo una idea, pero no va a gustarte—murmuré.

Anakin me miró con los ojos vidriosos, unos que nunca había visto antes. Tenía miedo, al igual que yo. Antes de que pudiera responderme, lo empuje con la fuerza por fuera del palco, cayendo abajo de este. Los droides me encontraron medio minuto más tarde y le informaron al General Grievous que Skywalker había escapado, sin dejar rastro.

 Los droides me encontraron medio minuto más tarde y le informaron al General Grievous que Skywalker había escapado, sin dejar rastro

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sᴛᴏʀᴍ • anakin skywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora