Weinen

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Third Reich se encontraba vagando por los pasillos de la casa de sus secuestradores, la cual, realmente era bonita, a pesar de estar en medio de un bosque, tenía siempre un buen cuidado. No entendía aquello.

-A pesar de todo... es relativamente lindo estar aqui, pues por lo menos no se burlan de mi.

Dijo el de esvástica con un ligero tono de tristeza en su hablar, recordando su vida antes de ser secuestrado.

TN miraba a escondidas a Reich, esbozando una leve sonrisa al escuchar aquellas palabras por parte de él.

-Me alegro mucho que te guste tu estancia en este lugar, a pesar de ser secuestrado.

Respondió la más alta, dirigiéndose con lentitud hacia el nazi, quien ahora temblaba de miedo al darse cuenta de su presencia.

-V-vete...

Dijo el menor en un susurro, retrocediendo lentamente hasta chocar con la pared, intentando inútilmente alejarse de su contraria, la cual se acercaba aún más.

-Esto es inútil, no puedo hablar contigo. No cooperas para nada.

Soltó TN con frustración, ya cansada de ver como él le tenía un terror indescriptible, mas no se enojaría por ello, pues sabía que así empeorarían las cosas.

-Baja a comer o haz algo... no sé. Cualquier cosa, pero no quiero verte aquí de nuevo hasta que vayas a dormir.

Dijo TN aparentando tranquilidad, nerviosa de todos modos al no saber cómo manejar con la situación que ahora llevaba. Su voz en ese momento era más grave e intimidante, casi como la de un hombre, lo que hizo que Reich llorase del miedo.

-No te voy a hacer daño, entiende de una vez.

Habló TN con una voz aún más grave, para después acercarse rápidamente hasta Third Reich, sin embargo, no notó que un desnivel estaba presente, haciendo que esta cayera sobre el alemán y lo besara por accidente.

Ese beso, tan extraño pero a la vez agradable. El roce de los labios, el sabor, e incluso el sentimiento que estaba presente era tan raro, que ya no sabían ni que sentir en ese momento. No entendían nada.

Mas una tercera persona estaba presente: Ecuador; quien recién había llegado. Este los miraba con tristeza, sobre todo a TN, ya que él estaba enamorado de ella desde ya tiempo, a pesar de saber que jamás sería correspondido. Igualmente no pudo evitarlo.

-Me alegro de verte feliz, TN... te amo.

Dijo Ecuador con lágrimas en los ojos, marchándose del lugar rápidamente. Bajó al primer piso y agarró una buena cantidad de dinero, yéndose de la casa completamente desarmado hacia una cantina. Iba a olvidarse de todo esta noche, ahogando sus penas en el alcohol.

(...)

-¿¡Dónde diablos se metió este hombre!?

Preguntaba TN a solas, como si el viento le fuese a dar una respuesta atinada a su pregunta, aunque eso sería inútil si no hacía nada.

TN estaba preocupada, no solo por el hecho de saber que lo podían atrapar, Ecuador también era su amigo, y no podía dejarlo solo como si nada. Era lo único que tenía.

-Mira, tendré que irme de aquí por un momento, y espero no tener ningún problema contigo.

Dijo TN de manera amable, mirando con nervios a Reich, quien se encontraba arrinconado en una esquina de la casa, el cual asintió lentamente.

TN agarró entonces rápidamente su clásico revólver, su ya acostumbrada máscara y se marchó rápidamente de la casa, cerrando todo con llave.

Third Reich entonces decidió rondar por la casa y, al ver que no había nadie más, decidió que esta era su oportunidad de escapar. Así que esperó unos cuantos minutos hasta que por lo menos TN saliera ya del bosque.

𝓖𝔂𝓷𝓸𝓹𝓱𝓸𝓫𝓲𝓮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora