Zuhause und kalt

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Eran ya las tres de la mañana y unos pasos sonaban en la casa de TN. Era ella, quién caminaba de un lado a otro por los pasillos sin rumbo fijo.

Mientras tanto, Third Reich la escuchaba caminando cerca de su habitación. El miedo que sentía era indescriptible en ese momento, haciendo que se cubriera la boca con las manos para no gritar del terror, mientras veía ansioso la puerta del cuarto.

Entonces, un golpe más fuerte se había escuchado junto a la habitación, TN tocó la puerta, alertando al alemán, quien agarró el puñal que había encontrado para defenderse.

-¡Hey, hey, hey! Tranquilo, no te haré nada.

Dijo TN, viendo como Third Reich bajaba lentamente la guardia.

-¿Sabes? Te recomiendo que no intentes absolutamente nada. Debes siempre mantenerte en calma para poder pensar con claridad.

Prosiguió, acercándose al de esvástica para sentarlo en la cama y quitarle el puñal suavemente, siempre con una dulce sonrisa.

Third Reich veía con gran miedo como ella se acercaba y lo tomaba de los brazos. Este intentaba moverse, pero su mismo miedo no le dejaba, quedando totalmente vulnerable ante ella.

TN se colocó detrás del alemán y empezó a moverlo de una posición a otra, para tenerlo sentado, como si estuviese jugando con una marioneta de manera cuidadosa. Eso sí, sostenía también sus piernas para que no se fueran, ya que estaban muy ansiosas de ir corriendo por el pánico.

-¿Lo ves? debes relajarte, o de lo contrario te puede dar algo malo.

Entonces ella soltó el puñal al suelo, pisando este para no moverlo, ignorando cualquier reacción de su contrario.

-Debes tener hambre. Te voy a traer algo de comer, pero quisiera que no te movieses de aquí. Puedes caerte.

Replicó con una sonrisa, marchándose de la habitación, siendo seguida por Reich, quién no había dicho nada en ningún momento, mientras una pregunta resonaba en la cabeza de este: ¿Por qué no lo había matado ya?.

(...)

Mientras en otra parte, refuerzos policíacos se encontraban investigando la enorme mansión en dónde Third Reich había desaparecido. El ambiente era muy triste y preocupante por lo mismo del secuestro. Vaya ironía.

-Señor, lamentablemente no se ha encontrado absolutamente nada, y sólo tenemos de prueba los testimonios de los testigos.

Dijo un agente que se encontraba en el lugar, dirigiéndose a Pool, quién ya sabía quién era el culpable

-No vale la pena seguir buscando, de todos modos, no se va a poder hacer nada. Sabemos quién es y qué hace.

Suspiró Pool con tristeza, para luego seguir tranquilamente con sus palabras, cortando la esperanza del joven agente al enterarse de esa información tan extraña.

-Es ella. Nunca deja nada. Tan solo sabemos que es la culpable porque nos lo hace saber. Siempre se esconde, sabe todo de nosotros, nuestros movimientos y ataques. Es inútil intentar darle competencia, aunque lo sigamos intentando.

Finalizó, sorprendiendo al novato con quien hablaba. Aquel joven era un recién entrado en criminalística, el cual casi no sabía de TN.

-Pero debemos hacer algo, señor ¡No podemos cerrar el caso tan pronto! ¡Incluso ya sabemos quién es!.

Exigió él, sacudiendo al veterano, intentando darle ánimos para seguir con esto, dándole razones para no cerrar el caso.

-¡No! ¡Entiende! ¡Es imposible, ya llevamos años con el mismo culpable! Yo estuve igual que tú en un principio. Incluso, tengo algunas otras pistas. Y sin embargo, me dí cuenta de que era imposible, pues todo fue su plan. Siempre fui engañado por ella.

Gritó con irá y tristeza, pues también se sentía mal, sin embargo, sabía que ya nada se podía hacer. Sabía que ella era extremadamente peligrosa.

-Tuvimos que archivar el caso.

El novato se calló al escuchar esas palabras, decidiendo resolver el caso completamente solo. Sabía que sería muy difícil, más estaba decidido a atraparla. Quería hacer justicia.

Así que este se dió la vuelta, dejando a Pool con algunas palabras en la boca que tal vez le servirían de algo, más no deseaba escuchar a nadie en ese momento.

(...)

-¡Nein, nein, nein, nein!

Gritaba Alemania en la comisaría, perdiendo totalmente el control de sus acciones. No podía cargar con el hecho de saber que su padre corría tal peligro.

-¡Señor, le he de pedir que se calme. No puede estar así!

Intentó calmar Jeff, un oficial de policía que estaba hablando con Alemania.

El ambiente allí era un desastre, Jeff sin saber qué hacer, Alemania fuera de sus cabales y demás personas intentando calmar a los dos, quienes parecían empezar a pelear. Era un desastre.

-¿¡Cómo me van a decir que no harán nada!? ¡Es inaudito!

Gritó Alemania con frustración, intentando zafarse del fuerte agarre de Jeff, quién intentaba derribarlo de cualquier forma.

-¡No podemos hacer nada! Es demasiado complicado ¡Ya lo intentamos más de una vez!.

Dijo Jeff, agarrando y por fin derribando al alemán, para después seguir con sus palabras.

-Es imposible... no es la primera vez que esto pasa... Señor, el debe estar muerto ya. Ella es más rápida de lo que cree. No espera ninguna recompensa. Nunca lo esperó.

Y un gran y deprimente silencio se apoderó de la habitación, hasta que un golpe sordo se oyó directamente en el piso. Alemania se había desmayado.

(...)

-Mira, Reich, te dije que no te movieses, estás muy débil para hacerlo.

Dijo TN en la cocina, mirando concentrada el plato que preparaba ¿Cómo ella había notado que fue seguida por el de esvástica?.

-L-lo s-sien-siento, chica.

Respondió Third Reich con voz débil desde la puerta de la cocina, escondido detrás de esta para no ser observado por ella, sin éxito, pues esta sabía muy bien en dónde se hallaba.

-No es necesario que te ocultes, de todos modos, sé dónde estás. Pero no te haré daño tampoco. ¡Ah! Por cierto, llámame TN.

Finalizó mirando hacia Third Reich, quién, al verla, salió corriendo por los nervios.

Entonces TN empezó a perseguirlo por toda la casa. Reich aceleró aún más el paso, viendo como su secuestradora lo seguía, cada vez acercándose más a él. Más la persecución no duró mucho, pues ella se adelantó hacia la puerta en dónde Reich se dirigía y la cerró con fuerza bloqueándole el paso, haciéndolo caer de golpe.

Las miradas de ambos conectaron por un momento. Third Reich reflejaba terror y tristeza, mientras que TN, ternura y algo de desaprobación. Entonces esta se paró rápidamente y levantó al alemán, cargándolo en sus brazos y llevándolo de nuevo a la mesa para comer.

-Ya te digo que no te nuevas mucho, no puedes hacerlo ¿Podrías obedecerme por tan solo cinco minutos?

Preguntó TN mientras servía la comida, mirando a Reich para que este comiera, escuchando un pequeño sonido proveniente del estómago de este, dando a entender lo obvio.

Third Reich decidió entonces empezar a comer de una vez. No sólo tenía hambre, también tenía miedo de que ella lo obligase a las malas a ingerir el alimento allí puesto.

Pasaron los minutos y Reich se sentía cada vez más cansado, dándose cuenta de lo que tenía la comida eran somníferos. Este miró con la vista nublada hacia TN, con miedo, antes de caer completamente dormido.

Entonces TN cargó por última vez al nazi y lo llevó de nuevo hacia la cama, viendo que tan sólo había pasado una hora después de todo ese drama. Ella recostó a Third Reich en la cama, cobijando su cuerpo con las sábanas, para después dar media vuelta, cerrar la puerta con llave e irse hacia abajo de nuevo.

𝓖𝔂𝓷𝓸𝓹𝓱𝓸𝓫𝓲𝓮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora