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Stephen agradeció al cielo cuando escuchó el motor de un auto deportivo encenderse. Se asomó al patio para ver el costoso carro alejarse suponiendo que su dueño estaba adentro. Puso música y comenzó a preparar una deliciosa lasaña mientras bailaba como si estuviera en un musical. 

Luego de unos 40 minutos, escuchó ruidos en su patio. Salió desconcertado, encontrándose con un pájaro atacando con furia su precioso rosal. Estaba apunto de gritarle para ahuyentarlo cuando se dio cuenta que la estúpida ave se había quedado atrapada entre las espinas. 

-Parece que ni los animales están a favor de dejarme disfrutar mi soledad- pensó en voz alta mientras se sobaba la sien

En unos minutos el pequeño pájaro al fin logró estar en libertad, dejando uno que otro rasguño o herida en las manos del ex neurocirujano. Sin embargo parecía que el animal estaba muy cómodo en la palma del pelinegro porque no voló lejos de ahí, ni siquiera se molestó por moverse más que unos milímetros. Strange lo dejó en suelo del jardín y entro cerrando la puerta, esperando a que se fuera, cosa que nunca pasó. El pájaro tocaba insistentemente la puerta con su pico esperando a que dejaran de ignorarlo tal testigo de Jehová. Rendido abrió la puerta y lo tomó en sus manos, notando un vendaje en una de sus patas y una que otra pluma de sus alas rota o maltratada, pero lo que más le sorprendió, era que en la venda estaba la firma del "gran Tony Stark", vaya que su vecino era bastante posesivo con cualquier cosa, incluyendo algo tan insignificante como el crédito por haber curado a un indefenso pajarito. 

Se sobresaltó al  escuchar un Lamborghini estacionarse en cerca de su casa, como si hubiera robado una obra de arte invaluable. Pudo ver a través de los ventanales como aquel elegante hombre buscaba desesperado algo por toda la casa, no iba a mentir puede que Stark sea un egoísta y un activista en contra de que su vecino duerma sus merecidas ocho horas, pero eso no quita el hecho de que sea bastante atractivo. Tuvieron que pasar varios momentos hasta que Stephen cayera en cuenta de que Stark estaba buscando al bendito petirrojo, por lo que se encaminó a la puerta esperando a que saliera con su dueño, sin embargo una loca idea lo detuvo. Tomó un pedazo de papel rasgado y escribió: << ¿Estuvo buena la fiesta de anoche?>>. Reflexionó consigo mismo si aquello era una buena opción para acercarse al multimillonario, no quería ser su amigo ni mucho menos, solo hacerle saber sus quejas sin correr el riego de tener un arma apuntándole a la cabeza.

Finalmente se decidió por amarar la nota a la pata del ave y dejarla ir con su dueño, pasaron segundos para que cerrara la puerta con vergüenza arrepintiéndose inmediatamente de lo que había hecho. Esperó 10 minutos y nada. Esperó otros 15, y otros 20, y nada. Entró a la cocina sintiéndose como un estúpido, sacó una pizza del congelador y se dispuso a calentarla, cuando el pequeño pajarito regresó con un nuevo papel en su pata, en el que se podía leer:

<<Claro, ¿molesto porque no te invité?>>

(...)

Mandar cartas por pájaros era como dejar poemas en las mochilas o esconder notas en las libretas: infantil, ridículo, cursi y estúpido. Sin embargo ahí estaba, respondiendo por cuarta vez a su insufrible vecino. 

Estaba apunto de ir a reclamarle a la casa de a lado por tener a su pequeño petirrojo adentro cuando se percato de la nota en la pata de Peter. Se quedó unos minutos en shock, analizando el por qué de aquel mensaje y la razón de mandar una carta tan informal si fácilmente pudo ir a reclamarle en persona si algo le molestaba, claro que Tony no le haría caso pero pudo intentarlo. Peter lo sacó de sus pensamientos picándole la mano, Stark tomó el pedazo de papel y lo acomodo encimo de todos los anteriores, leyendo: 

<<Yo soy Stephen  Strange, y tú eres un dueño poco responsable>>

A pesar de su resaca, Tony pudo reconocer que el nombre de Stephen Strange era importante, por lo que se dedicó a investigarlo encontrándolo que era un ex neurocirujano  sorprendentemente nada feo. Ahora Stark sabia su nombre su vocación y que era enfermamente egocéntrico, casi tanto como él. Tomó un nuevo papel y escribió:

<<Por favor, yo no soy malo en nada. No es mi culpa que ALGUIEN haya intentado robar a mi pájaro solo porque el anciano no pudo dormir.>>

<<No soy un anciano, simplemente soy una persona saludable que sería incapaz de robar algo mucho menos una mascota. ¿Para que quisiera otro animal cuando te tengo a ti como vecino? De hecho, yo debería reclamare porque tu cosa destruyó mi jardín.>>

<<Primero que nada, se llama Peter. Y te sugiero que cuides tus palabras porque yo no soy ningún animal, doc.>>

<<Lo que digas, animal.>>

Stark sonrió al leer esto último mientras le daba al pequeño Peter un poco de agua y comida. Aquel hombre si que era interesante.

Vuela [Ironstrange]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora