𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟎𝟑 : 𝓘𝓷𝓬𝓸𝓬𝓮𝓷𝓽𝓮

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Mauro jamás se sintió tan pelotudo en toda su vida, por algo que había hecho, porque prácticamente desde aquella juntada con sus amigos, Paulo se comportaba indiferente con él. Londra trataba de manera fría y dura a Lombardo, quien tenía que cargar con todo el peso de sus actos o más bien de sus estúpidas palabras.

Hasta Esku, la mascota de Paulo, sabía que la había cagado de manera magistral, y eso que era un perro, aunque para el rubio era más que una simple mascota, siendo más bien un hijo de cuatro patas, que Mauro tenía prohibido tocar por el momento o intentar hacerle daño. Pero al tatuado nunca se le podría haber ocurrido hacerle ningún daño al viejo canino, quien cada vez que lo veía cerca del ojiazul le gruñía en señal de que no lo quería cerca de su amo.

Por lo cual, Mauro tenía que tener cuidado, debido a que tenía que arreglar las cosas con su lindo novio, pero sin resultar mordido por el perruno hijo de Paulo y suyo también, en cierto sentido.

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Paulo, amor, bebé, mi vida. lo llamo suplicante. Por favor hablemos, ¿Si? Lombardo dijo, desde el otro lado del cuarto, debido a que el rubio se había encerrado en la habitación que ambos compartían. Después de que esté bajará a buscar un bote mediano de helado, que se iba a terminar comiendo en cuestión de minutos, para luego regresar rápidamente a la pieza.

Q-quiero es-tar so-lo. Paulo se queja en medio de algunos sollozos, los cuales empezaban a preocupar de más al mayor.

¿Cómo querés que te deje solo amor? Si estás llorando. Mauro comenta de inmediato. ¿Seguro que no te duele nada? ¿Querés que llame a un doctor? sugirió, haciendo que Londra sintiera pena por él, a causa de lo lindo que era, solo un poco nada más, pero aún así no dejaba de ser un enorme pelotudo. ¿O se trata sobre lo de la noche pasada? cuestiona, recibiendo un vago "Si" por parte de su novio y un fuerte ladrido de parte de Esku, quien se encuentra con el rubio.

S-si, es so-bre e-eso. Londra responde, mientras se acercaba a la puerta para poder abrirla y dejar que el otro pasará, regresando rápidamente hacia donde estaba antes.

Ay Paulo. Lombardo murmuró, entrando a la pieza sin dudar, pero sin acercarse demasiado al rubio, debido a que Esku estaba recostado al lado de él. Sé que me comporte como un gran boludo. indicó, aunque esa parte era demasiado obvia. Pero te pido que me perdones. comentó, poniéndose de rodillas y mirando directamente a la cara al ojiazul, quien seguía ingiriendo el helado que tenía entre sus manos. Por favor, yo te amo y sinceramente no me veo sin tenerte más conmigo. agrega, sintiendo que en cualquier momento se largaría a llorar, debido a que no quería que ambos terminaran con su relación.

A pesar de saber que Londra tenía todo el derecho del mundo en hacerlo, porque suficientemente bueno era el hecho de que no podía hacer y sacar la música que tanto quería, por aquel maldito contrato que firmó. Para que Mauro venga y cuente cómo se comportaba al momento de estar en la cama, lo cual podría tomarse completamente como algo inaudito y poco tolerable.

Posta, perdóname. Lombardo pide nuevamente, dejando de lado aquella faceta, o más bien, pinta de tipo malo para estarle rogando al menor. Hago lo que querrás, pero por favor perdóname. indica.

A lo que una sonrisa un tanto ¿maliciosa? se termina formando de una manera muy discretamente en el rostro del otro.

Aunque la idea no era que Mauro se dejará dominar y hacer todo lo que quisiera el contrario, porque él se lo estaba pidiendo, sino que la idea era someterlo por su propia cuenta y demostrarle que no era para nada inocente como él podría creer.

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