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Contenido: Dahlia ha tenido una fuerte discusión con su madre, Kirishima trata de ayudarla.
Lemon: Contiene
Palabras: 6328
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El vapor inundaba gran parte del baño de hombres del gimnasio, provocando que los espejos se empañasen. Kirishima pasó la mano por el cristal para poder verse.
Había pasado la mayor parte de la mañana entrenando junto a Bakugou y Denki. Estaba ansioso por salir y hacerle una visita sorpresa a su novia, la cual ese día no estaba trabajando. Así que se cepilló el cabello apresuradamente, las gotas de agua que resbalaban por su pelo impactaban contra su pecho y espalda, reptando sobre su piel hasta introducirse en la toalla que cubría su parte baja.
—Aaaayyyy... Estoy hambriento. —Soltó Denki, posicionándose a un lado de su amigo.- ¿Te quieres venir a comer fuera? He oído que han abierto un sitio aquí al lado donde sirven muy buena comida.
—No, lo siento bro pero voy a ir a casa de Dahlia. Hace días que no pasamos tiempo juntos.
—Uuuhhh... —Codeó a su amigo y lo miró de forma insinuante.- ¿Vas a hacer más ejercicio? ¿No has tenido suficiente por hoy?
Kirishima se ruborizó e hizo un puchero con sus labios mientras se alejaba de Denki.
—Callate, no digas esas cosas.
—Oh vamos... Que era broma.
Unos pasos se aproximaban a ellos, captando la atención de ambos. Bakugou había terminado de ducharse y se ataba la toalla a la cintura mientras caminaba. Su pelo caído le hacía parecer un perro mojado a ojos de Denki, pero eso era algo que obviamente no diría en voz alta.
—Katsuki, tú sí vienes a comer conmigo, ¿no? ¿O también tienes planes amorosos?
—No, pero me has dado la idea de tenerlos. —Soltó malicioso, con clara intención de joder con su decisión mientras pasaba una mano por su pelo y lo revolvía.
—Joooo... Eres cruel conmigo. Me tienes abandonado. ¿Es qué he dejado de gustar Katsuki-kuun? —Denki se pegaba a Bakugou poniendo poses y caras insinuantes, como si se tratase de una chica fina y delicada.
A Bakugou le estaban entrando unas ganas inmensas de lanzarle por la ventana de un puñetazo, pero logró contener su ira, aunque si aguantaba un poco más la vena que se formaba en su frente podía estallar en cualquier momento.
—Deja de tocarme los cojones. —Le advirtió.
Kirishima observaba la escena de aquellos dos con una pequeña sonrisa, aunque siempre temía por la vida de su amigo Denki. Ambos seguían enfrascados en su conversación mientras él tomó su móvil para revisar si su chica había respondido su mensaje de "Buenos días", esperaba ver el chat pendiente de leer pero... Dahlia no había respondido su mensaje, es más, lo había dejado en visto, cosa que le alertó. Se preguntó a sí mismo si había hecho o dicho algo que pudiera molestarla, puesto que Dahlia tenía un genio incontrolable y la mecha muy corta, pero por mucho que pensaba no daba con nada. Ni siquiera en los mensajes que se mandaron ayer habían indicios de que la muchacha estuviese más fría con él, así que como es obvio, estaba comenzando a preocuparse.
