Esta sera una historia diferente a lo que estoy acostumbrado, sin embargo dadas las fechas actuales comenzare a escribir este fanfic en dedicatoria a San Valentín.
No me culpen si no es muy romántica, no soy bueno para este género pero dare lo mejo...
Ante aquella repentina e incomoda pregunta solo atinaría a responder lo que su lado racional le diría en estos momentos esperando que de esta manera su amiga volviese a ser aquella kuudere que siempre había sido, sin embargo con tan solo contemplar aquel semblante tan sombrío e inexpresivo de la chica del parche pareciera que había sido la mismísima Diosa Aqua quien había acudido a su rescate en estos momentos en donde su vida estaba dependiendo de un hilo maldiciendo para sus adentros que cosa habrá dicho para acabar en esta situación tan incomoda y peligrosa.
Misaki: ¿993-7?
Y una nuevamente una ecuación matemática para resolver, hecho que claramente pondría de los nervios al castaño no porque tuviese problemas con dicha asignatura, si no mas bien por el hatsu que Misaki Mei podía desprender alterando por completo el ambiente de la habitación dándole la ilusión de estar preso dentro de un entorno rodeado de oscuridad donde únicamente ella era la única que decide y el veredicto no le estaba favoreciendo en lo mas mínimo.
Koichi: Misaki.......... ¿Estas bien?
Misaki: Claro que si, ¿Acaso te parece lo contrario?
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Ante los nervios y la presión se escuchan como los pasos de la azabache se iban acercando hacia el de manera tranquila y pausada aunque no lo volvía menos espantoso sin mencionar que la habitación seguía rodeada de aquel terrorífico ambiente que solo ella podía ejecutar. Al mismo tiempo que la intriga iba carcomiendo a la azabache mientras que dentro de su mente repasaba uno por uno los nombres de todas las chicas que tuvieron la suerte de haber sobrevivido a la calamidad de la clase maldita, aunque al tenerlos escrito en un cuaderno negro no era muy factible que conservaran la vida por mucho mas de cuarenta segundos de tiempo.
Misaki: Eliminar, eliminar, eliminar, eliminar eliminar a las rivales del amor
Por otro lado Koichi solo colaboraba aguardando silencio en todo momento exceptuando los escasos segundos donde iba retrocediendo en siete a medida que seguía con el conteo impuesto por la azabache pensando en una rápida y efectiva solución para salir de esta situación tan incomoda a su vez que peligrosa buscando entre su memoria alguna idea que los pudiese sacar a ambos de este embrollo solicitando cualquier excusa o idea para cambiar el ambiente, fue en ese mismo instante cuando finalmente su cerebro se iluminaria dándole así aquella respuesta que tanto había anhelado y necesitaba sonriendo para sus adentros Koichi levanta la mirada y alza la voz para articular las siguientes palabras.
Koichi: Misaki........ ¿Te gusta el queso?
Sin embargo dicha interrogante si bien había cambiado por unos segundos el aura asesina que emanaba su amada, esta ahora se encontraba totalmente sorprendida por aquella tan repentina y sorpresiba pregunta llegando a creer que había oído mal pero al ver el semblante de miedo a su vez que confusión del chico daba por hecho que en verdad lo había preguntado dejando en evidencia que en momentos tanto de tensión como de presión le joven proveniente de Tokyo aun no había aprendido a controlar los nervios por lo que simplemente se limitaría a dar un tranquilo no en respuesta para así retomar la conversación que habían dejado atrás rompiendo así las esperanzas de Koichi de dejar ese tema de lado ya que para el no parecía algo trivial o importante, sin embargo para Misaki esto parecía una cuestión de vida o muerte dejándolo en una situación para nada favorable por lo que al darse cuenta que su idea no había logrado los resultados esperados daría un leve suspiro para así de una buena vez acabar por confesarse delante de la chica con heteromancia la cual aguardaba impaciente por la respuesta.
Koichi: Bueno Misaki............ Si es verdad lo he hecho con varias chicas del instituto
Misaki: ¿Con quienes? ¿Cuantas veces?
Preguntaba o mas bien exclamaba con notoria molestia e intriga viendo como nuevamente el castaño volvería a responder aunque la respuesta solo acabaría por echarle mas leña al fuego sin que este se de cuenta.
Koichi: Bueno no sabría decirte porque también fueron con las vecinas y demás del pueblo sin mencionar también a mis compañeras en Tokyo, ademas ¿Quien lleva un registro?
Dichas palabras solo acabaría por hacer estallar la mente de la azabache al mismo tiempo que una fila de incontable chicas aparecía en su mente, aunque para ella solo eran nombres que le había faltado anotar a su vez que se le acaban los dedos para tronar a medida que seguía escuchando las palabras de "Su amigo" repasando todas las trampas diseñadas por el maestro de la ingeniería John Kramer.
Misaki: Sigue hablando Sakakibara Koichi..........
