(Capítulo 4)

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El día siguiente sería el comienzo de algo nuevo y probablemente algo que ninguno habría imaginado que sucedería, dos países, dos Daymios trabajando juntos para beneficio muto, algo sorprendente aún que algo caótico para su alrededor.

El gran teatro estaba inundado en música, algunos escuchaban atentamente y otros empezaban a cabecear con sueño, pero era clara la sensación de tranquilidad que habitaba la situación. La guerra se había evitado y todos los presentes estaban para celebrar ese hecho.

En el balcón del segundo piso, el Hokage se encontraba perdido en la música y sostenía firmemente la mano de su amada a su lado. El rubio trataba de controlar sus amplias sonrisas al sentir dolor sobre su rostro en repetidas ocasiones, se sentía satisfecho, feliz y a la espera de un nuevo camino.

Naruto salió de su trance al recibir dos leves codazos de Kurotsuchi, la miro y luego fijo su vista en dirección a lo que ella indicaba, era el Señor Feudal de su país ordenando su atención.
El Hokage se acercó a lado de su Daymio y pregunto cortésmente.

Naruto: Dígame ¿Necesita algo?

Daymio: Hokage, acompáñeme...

El Daymio se levantó de su asiento y se excuso saliendo del balcón junto al Hokage. Naruto siguió al Daymio por los pasillos y se detuvo por ordenes del mismo al estar frente a la puerta del sanitario.
El Hokage se recargo sobre la pared y espero.

Narra Naruto

Finalmente, todo salió bien, todo fue como se planeo y sin problema alguno, ha sido un buen día y espero el resto siga así de bien je...

¿Debería aprovechar? Tal vez está sea mi oportunidad para pedirle al Daymio mi retiro como Hokage, si lo consigo así no tendría que pedir las firmas del consejo y hoy mismo podría dejar de ser Hokage...debería intentarlo.

Fin de la narración

La puerta se abrió alertando al Hokage, el Daymio salió y con un gesto de su mano le pidió que lo siguiera. El Hokage obedeció y siguió de cerca al Feudal hasta la azotea del teatro.

Naruto: ¿No volverá a la presentación?

Daymio: Lo haré, solo que deseaba un poco de aire fresco...

El Feudal saco de su túnica un puro que encendió y coloco sobre sus labios dando una profunda calada. Saco otro y lo ofreció al Hokage que dudoso finalmente acepto.

Naruto: Quería felicitarlo por su gran logro.

Daymio: ¿Qué logro?

Naruto: Por haber dejado de lado su orgullo y a atreverse a hacer un trato que no muchos habria hecho.

Daymio: Esas son pequeñeces, el final de toda una situación es lo que cuenta y los beneficios de ella...

Naruto: Tiene razón, disculpe...

Daymio: Dígame Hokage.

Naruto: Quería hacerle una petición...

Daymio: Dímela...

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