(Capítulo 1)

1.3K 68 13
                                    

Como en muchas otras ocasiones, una asamblea estaba a punto de darse en el País del Hierro, y quien la precedería serian nada más ni menos que los Daymios de las naciones Tierra y Fuego. Desde lo alto del juzgado, el Mediador con una señal permitió la entrada al concilio a los protagonistas de dicha asamblea.

A las afueras de la corte y del gran concilio, dos grandes ejércitos se miraban uno al otro con severidad, pues cada uno estaba para la protección de su respectivo Daymio. El frío ambiente del país hacía que la espera fuera más incómoda para las legiones, ya que las circunstancias de tal encuentro no eran para nada agradables o esperanzadoras.

La tensión entre los ninjas de Iwagakure creció cuando frente a ellos, el conocido como el Último Uchiha se hizo presente colocándose a lado de su viejo Sensei preguntando — ¿Ya ha comenzado?

Kakashi suspiro aburrido y le dio una vista cansada antes de responder — No, aún no, pero sabremos cuando, mira ahí...

Al fijar su vista en la dirección indicada por su Sensei, Sasuke miro en lo alto de la corte un conducto del que saldría humo con un color específico, forma en la que anunciarían cuando iniciaría y acabaría la reunión.

— ¿Qué crees que ocurra? — Interrogo de nuevo el Uchiha.

— Bueno, hay dos opciones... una seria que las cosas se resuelvan por medio de un tratado donde no habrá beneficio alguno para nosotros... o dos, habrá una guerra — Dijo Kakashi mientras buscaba entre sus ropas su novela favorita.

— ¿De casualidad tu sabrás como llegamos a esto?

Kakashi detuvo su búsqueda y miro fijamente a Sasuke antes de responder — Negocios...

El momento de reflexión a la respuesta de Kakashi termino cuando, repentinamente, el ambiente se vio invadido por susurros provenientes de los ninjas. Al alzar su vista, Sasuke y Kakashi comprendieron por fin el motivo de sus susurros al ver como el conducto expulsaba humo rojo, señal de que la reunión había comenzado.


Corte de Escena


Con el permiso del Mediador, los Daymios se introdujeron al concilio acompañado de su más confiable guardia, los Kages. Caminaron hasta quedar frente a frente y tomaron asiento, teniendo siempre a su lado su Kage guardián.

(Como no sé cómo se llaman en realidad, yo les daré un nombre a los Señores Feudales)

— Buenos días, es un gusto verlo — Saludo cortésmente el Señor de la Tierra.

— Ojalá pudiera decir lo mismo, pero las circunstancias no me satisfacen — Exclamo el Feudal del Fuego seriamente.

Sin previo aviso, el Mediador golpeo sobre su escritorio apoyado de su mazo, llamando así la atención de los presentes, y con elegancia dijo — Bien caballeros, damos comienzo a esta asamblea entre naciones. Cada uno tendrá un tiempo medido en el cual podrá exponer sus propuestas, obviamente esto significa respetar el tiempo del otro. Así que, por favor... Maeda Tadakuni, Señor de la Tierra, comenzamos con usted.

Mientras el Mediador exponía las normas, el Hokage y la Tsuchikage se daban miradas profundas, pero decaídas y sin emociones, cosa que pasó desapercibida por el resto de los presentes. Parecía increíble que nadie se percatara de las emociones contenidas por aquel hombre y mujer, que con cada aliento que daban, se aferraban a su fuerza de voluntad para no hacer o decir nada estúpido.

Continuando con la reunión, Maeda Tadakuni, el Señor de la Tierra, recargo sus codos sobre la mesa frente a él y comenzó a explicarse con serenidad — Aunque sea difícil de creer, yo no deseo esta guerra, al menos no de corazón, pero actualmente me veo obligado a tomar acción por el bien y la estabilidad de mi nación.

Bandos DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora