Capítulo 1: La calma antes de la tormenta

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Era de tarde en el reino de los dragones: La brisa se iba volviendo viento mientras el sol se deslizaba poco a poco hacia el horizonte mientras va cambiando sus galas coloridas y se viste de lentejuelas para iluminar el cielo de múltiples colores en su despedida del día. En uno de los balcones del templo del dragón, un dragón de fuego miraba el horizonte.

"Siempre mirando al horizonte, ¿no es así?" preguntó otra dragona (una de hielo).

"Edel..." dijo respondió el dragón dándose cuenta de la presencia de su esposa, "Uh, lo siento... es solo que... tenía que tomar algo de aire fresco"

"Jhonny, últimamente has tomado bastante aire libre" le respondió Edel, "Las prácticas de vuelo, los viajes en Warfang y Skycity, y los paseos familiares que tuvimos el último fin de semana. Solo dime que te preocupa"

"No es tanto una preocupación, es más como un presentimiento..."

"¿Presentimiento? ¿es algo malo?"

Hubo un minuto de pausa hasta que Jhonny respondió:

"No lo sé. Pero es casi como si sintiera la cercanía de mi antiguo mundo"

Esta vez, Edel calló. Luego de unos minutos, consiguió decir:

"Quieres decir que..."

"No, no..." le respondió Jhonny como si le hubiera leído la mente, "Ya te dije antes que nunca te abandonaría a ti, a mis hijos o a mis amigos. Mantengo mi firme decisión. Regresar a mi mundo no tiene nada que ver en ello. Es más bien la sensación de que estuviera cerca, como si estuviera al otro lado de la puerta"

"Pero, los portales están cerrados... ¿no te estarás equivocando?"

"Como digo, es solo un presentimiento. No se debe tomar decisiones tan apresuradamente por eso"

Y luego, dio un vistazo por el balcón, desde el cual podía verse otra isla flotante. En esta, los topos constructores habían construido un campo especial de entrenamiento: los muros tenían rasgos del templo combinado con algo de arte griega; en el campo, había tres altos pilares de diferente tamaño con anillos con redes en la punta, en cada lado del campo.

En el aire, seis jóvenes dragones volaban jugando con una pelota de cuero, pasándola de jugador en jugador con un golpe de cola, ala o pata. Uno de ellos (una joven dragona de hielo) le lanzó la pelota a su hermano.

"¡Toma Drago!" gritó Aurora.

"Gracias" respondió este, recibiendo el balón. Sin embargo, Ash pasó volando y se la quitó con un ala.

"Muy lento Drago..." empezó a decir, pero justo entonces, Nina se lo arrebató.

"¡Mira quién es el lento!" le gritó Nina.

"¡Te atraparé!" gritó Flint abalanzándose para atrapar el balón.

Sin embargo, Nina hizo un giro sorpresivo y terminó engañando al joven dragón. Luego, lanzando la pelota al aire, volvió a dar un giro y le pegó fuertemente con la cola. El balón cruzó el aire hasta que terminó enredado en el aro.

"¡Anotación!" gritó un dragón eléctrico adulto que estaba en el suelo del campo, "70 a 50"

Y continuaban el juego.

"Es curioso" le dijo Edel a Jhonny, "Es una forma nueva de practicar la destreza del vuelo y el trabajo en equipo. Fue una buena idea por tu parte la creación de un campo así, ¿de dónde se te ocurrió?"

"Aunque no me creas, de una película" respondió él, "Es... ¿cómo decirlo? Como un conjunto de figuras en movimiento"

"Woah, tenías bastantes cosas fabricadas por los humanos... ¿por qué no querías estar allí?"

La Leyenda de Spyro, La Última GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora