Capítulo 1.

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Narrador omnisciente:

Un pueblo dentro de las montañas estaba al borde de la destrucción porque no llovía desde hace dos meses y las semillas plantadas no brotaban así que los jefes que eran los más mayores porque se suponía que eran muy sabios y saben como arreglar ese tipo de situaciones, invocaron una reunión con todos menos los niños que estaban en sus casas o jugando.

-Muy bien ahora que estamos todos aquí vamos a hablar de la sequía que está a punto de destruirnos. -Todos los presentes asintieron mientras escuchaban atentamente y es que este problema era major que el año pasado.

-Nuestra única solución en estos extremos es pedir ayuda a Sukuna. - Empezaron a escucharse murmullos de todos los aldeanos y algunos ya empezaban a gritar diciendo que no pidieron ayuda a una maldición.

-Os aseguro que no le pediríamos ayuda si no fuera grave pero ya veis los campos, que no brota nada la tierra está seca y pronto nos quedaremos sin agua del pozo.

-Como ya sabéis se dice que para pedirle ayuda a Sukunai hay que darle algo y se dice que le gusta comer niños. -La gente ya empezó a gritar diciendo que no darían a sus hijos.

-Por favor cálmense solo hay que dar al niño más pequeño. -Murmullos se escucharon de nuevo mientras se preguntaban quién era el más pequeño, hasta que un hombre se levantó de su asiento y señaló a un abuelo con bastón que estaba todo el tiempo sin hablar.

-El tiene un nieto de solo 4 años, él es el más pequeño. -Nadie habló ya que estaban pensando si estaba bien arevatar la vida de un niño inocente por la supervivencia de los demás muchos pensaron que no pero cuando pensaron que se salvaran todos y que solo se sacrificaba una además que ellos no se mancharon las manos de su sangre, poco a poco la gente se lo pensó de esa manera.

-Quien piense que ese niño es el escogido que levante la mano. -La mayoría levantó la mano, el viejo se sorprendió que la mayoría que levantaron la mano fueron mujeres, el viejo se levantó y con ira chillo.

-¡¡Cómo podéis pensar en matar a un niño si fuera vuestro nieto o hijo seguro que no votaras!! -Nadie se atrevió a contestarle y hubo un silencio aterrador, hasta que una madre plantó cara al viejo.

-Por eso mismo yo voto que sea ese niño, no quiero que mis hijos mueran de hambre si solo hay que quitar una vida para salvar a las demás pues no se diga más. -Todos empezaron a gritar que ese era el motivo.

-Y por eso vais a quitar la vida a mi nieto no recordáis que Yuji os ayudaba a plantar cuando la tierra está muy seca y hacía mucho calor, los niños se merecen estar jugando pero él os ayudaba mientra sonreía con alegría sin pensar nada a cambio y ahora quereis darselo a Sukuna.

-Silencio ya sabemos el resultado, lo siento pero tu nieto pero será llevado al santuario de Sukuna. -Todos se fueron menos el viejo que se quedó sentado en su asiento mientras aguantaba las ganas de llorar pero no pudo y al final se quedó allí llorando en silencio, mientras todos los mayores fueron al parque donde seguramente estaría el niño y allí estaba jugando con algunos niños.

-Yuji ven. -Dijo uno de los 3 jefes con una sonrisa mientras que algunos de los otros mejores no lo veían a la cara y otro lo sonreía con tristeza, el niño sonrió y se fue con los mejores sin sospechar de nada.

-Te vamos a llevar a conocer a alguien muy importante, ¿de acuerdo? -El niño asintió los tres jefes se lo llevaron cogiéndolo de la mano mientras Yuji les decía adiós con la mano a los demás, cuando llegaron otro jefe habló para dejar algunas cosas claras.

-Yuji no lo mires a la cara siempre mantén la mirada en el suelo y no sonrías. -Yuji asintió y entraron hicieron sentar al niño en un cojín azul oscuro delante de los tres cojines que también había asin cuando entrara Sukuna podría ver mejor su comida, los jefes se sentaron en los cojines de atrás ya mencionados.

Pocos minutos entro Sukuna llevaba un kimono blanco con los bordes negros aunque la parte superior estaba destapada enseñando sus "tatuajes" y sus 4 brazos, camino lento mientras los jefes ponian sus cabezas al suelo para dar sus respetos minetras que Yuji solo miraba al suelo intentando no sonreir ya que asin era el, Sukuna se sento de mala manera delante de todos mientras los miraba esperando que hablaran.

-Señor Sukuna venimos a pedirle ayuda. -Sukuna ya estaba harto de que pensaran que él ayudaba a los humanos, lo único que hacía era matar cuando le daba la gana, pero siguió escuchando.

-Señor Sukunai le rogamos que salve a nuestro pueblo de la sequía y a cambio le damos a nuestro niño más joven. -Y de nuevo se enfado cómo era posible que los humanos pensaran que le gustara la carne de los niños a ver la habia probado y no estaba mal pero le gustaba más la carne de las mujeres ricas ya que sus gritos de agonía le encantaba mientras le arrancaba las extremidades.

Miro al niño que miraba al suelo haciendo que no pudiera verle los ojos con uno de sus manos agarro el cuello del kimono que llevaba y lo acercó en el aire, Yuji se sorprendió y sin poder evitarlo sonrió enseñando los dientes, Sukuna se sorprendió lo agarro ya con dos brazos que se pusieron en el abdomen del niño que sin querer lo miro se asustó y paro de sonreir.

-Muy bien... -Los viejos sonrieron cuando iba a decir que aceptaba pero antes que acabara la frase movió otra mano haciendo que las cabezas de los viejos se cortasen por la mitad, Yuji no podía mirar nada ya que estaba cogido y además algo le decía que si lo hacia lloraria, Sukuna se levanto y se llevo al niño ahora caminando con una mano agarrada por el rey de la maldiciones, sin mirar atrás.

Buenas noches mocoso. -Sukuna x YujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora