Narrador Omnisciente:
Sukuna le dio una habitación solo para el pequeño y cada día le traía carne y algunas frutas, pero cuando iba a recoger el plato siempre se encontraba el plato como lo había dejado, suspiro ya casi sin paciencia entró en la habitación del niño que se arrastró hasta la pared asustado Sukuna se sentó algo cansado de esa situación ya que quería ver esa sonrisa de nuevo hacía mucho que no veía una.
-¿A ver mocoso porque no comes? -El niño asustado se encogió.
-No te voy hacer nada solo quiero saberlo. -Yuji lo miro y señalo los brazos y los ojos de Sukuna y ya lo comprendió solo tenía miedo de su aspecto y era comprensible cuando iba a masacrar a los pueblos los niños solo con verlo con esos brazos y ojos ya se ponían a llorar aunque también ayudaba que estuviera lleno de sangre, Sukuna hizo desaparecer 2 ojos convirtiéndolos en marcar cerca de sus otros ojos más grandes y escondió 2 brazos para tener un aspecto algo más humanos, el niño lo miró impactado y sorprendido.
-Ahora come que después de no comer durante 2 días seguro que estás en los huesos. -Le acercó un plato con los mismos ingredientes que los anteriores platos, Yuji se acercó aun teniendo miedo pero cuando estaba cerca cogió el plato y empezó a comer como si no hubiera un mañana.
-Yuji Itadori. -Sukuna lo miró sorprendido no esperaba que con solo hablarle y ponerse una imagen más humana lo haría hablar.
-Me alegro por ti mocoso. -Sukuna ya había cumplido su cometido así que se tumbó para empezar a dormir.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -Sukuna abrió un ojo para mirar y esperar la pregunta.
-¿Por qué nadie de mi pueblo viene a buscarme? -Sukuna suspiro para mirar al techo ahora con los dos ojos para desviar la vista al niño que lo miraba esperando la respuesta.
-Asique no te dijeron nada, mira yo soy una maldición pero no una cualquiera si no el rey de las maldiciones y los de tu pueblo pensaban que yo les iba a ayudar si me daban de comer. -Yuji se sorprendió y su pequeña mente le decía que no le habían dado de comer si no a él, en ese momento sabía que él era la comida.
-Por la expresión de tu rostro ya te has dado cuenta que ellos te han dado para salvarse, porque supuestamente me gusta comer niños y eso es totalmente erróneo aunque tu me caes bien así que acepte tenerte aunque no puedo ayudarlos ya que las maldiciones no ayudamos.
-¿Y que hacen?
-Normalmente las maldiciones de bajo rango los hechiceros los matan, mientras a los que son de rango algo más superior hacen lo mismo pero con los humanos, además que la mayoría de maldiciones se comen la carne de los humanos para sobrevivir. -Sukuna mira al niño ya que escucha algo y lo ve llorando, se levanta para acariciar el pelo del niño para tranquilizarlo.
-Matan...
-¿Estás triste de que las maldiciones matamos a los humanos?
-No, es porque los hechiceros matan a las maldiciones. - Sukuna se quedó mirándolo con algo de confusión ya que hasta los niños adoran a los hechiceros, se sentó cómodo para colocar al niño en una de sus rodillas.
-Mira puede que seas un mocoso pero te voy a contar la realidad de este mundo, la gente siempre hace cosas para conseguir lo que quiere sin importarle las consecuencias aunque algunos humanos si que lo piensan, las maldiciones nacen del odio y resentimiento de los humanos, y si las maldiciones se comer a la gente para vivir igual que la gente mata siervos y se los come pues es lo mismo.
-¿Y por qué destrozan las cosas?
-Yo lo hago para divertirme, a ver seguro que alguna vez has hecho alguna cosa que la gente dice que está mal pero te has divertido ¿cierto? -Yuji asintió mientras escuchaba todo con atención.
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Buenas noches mocoso. -Sukuna x Yuji
Roman d'amourUn pueblo en su último recurso para hacer que prospere van hacia el santuario de Sukuna el rey de las maldiciones y como ofrenda le traen un niño llamado Yuji Itadori de solo 4 años, Sukuna lo acepta sorprendido por la hermosa sonrisa que tenía. Des...