Narrador Yuji.
Desperté gracias a que alguien tocaba la puerta de la habitación, mire a Sukuna que aun dormía plácidamente apartó su brazo lentamente y abrí la puerta un poco para ver quien era, y como me esperaba era sensei.
-Yuji ahora te voy a dar los dedos, cuando te los comas abre la puerta para acompañarte a ti ya tu hermano hacia el lugar donde te ejecutaremos. -El tono de voz que usó era serio y triste me dio una bolsa con supuestamente los 19 dedos que faltaban, asentí para luego sonreír miré su rostro sorprendido y cerré la puerta.
-Sukuna levántate. -Moví su cuerpo para poco a poco ver como abría los ojos para enfocarlos a mi, lo sonrío intentando no llorar.
-Venga tienes que comerte todos los dedos. -Se sentó en la cama y comió uno por uno hasta que la bolsa se quedó vacía, una aura maldita estuvo alrededor de su cuerpo durante unos minutos para luego desaparecer abrí la puerta, sensei me enseñó unas esposas para las muñecas y los tobillos.
-Lo siento pero esto son órdenes que ni yo puedo romper. -Asenti y caminamos en silenció podia notar a sensei algo triste aunque no lo entiendo el sabia que esto pasaria porque se dego encariñar, Sukuna esta como siempre aunque aparenta estar triste por mi supuesta ejecución y yo realmente no quiero hacer esto pero no tengo otra opción , llegamos a un tipo de medio sirculo hecho de piedra que tenia tres peldaños para que la gente se sentara como si estubieramos en la antigua Roma.
-Chico tiene que sentarse por aquí. -Dos hombres hablaron a Sukuna para que se sentara.
-No pienso alejarme del mocoso. -Me mira y yo solo puedo sonreír para tranquilizarlo, me acerque a él para darle un beso en el párpado para luego susurrarle.
-Sukuna no pasa nada ves con ellos. -Hable como si fuera una madre o eso creo, aunque consigue calmarlo y que se fuera con ellos, camine mirando donde lo sentaba para luego pararme en el centro del lugar podía ver a todos los que había conocido durante este periodo de tiempo, sensei me hizo sentarme de rodillas aunque las esposas me molestaban.
-Yuji, ¿cómo quieres que te ejecutemos? -Mire a la venda que tenía en los ojos para luego sonreír de nuevo aunque sean mis enemigos desde que nací no quiero que sufran durante este periodo de tiempo que me vean morir.
-Me gustaría que me cortasen la carótida con una katana. -Gojo al escuchar eso lo único que pudo hacer fue asentir, pocos minutos otros hombres le trajeron una katana era hermosa la empuñadura tenía colores que hacían que me acordarse de los bellos momentos donde yo antes era humano y vivía con Sukuna mi protector, mi salvador . Gojo se colocó a mi lado puso el filo de la katana en mi cuelo, en esos momentos solo miraba a Sukuna que también me miraba, no pare de sonreir moví la boca para que solo Sukuna supiera lo que decia "Perdon".
En ese momento sentí mi sangre salir de mi cuerpo sin querer dejar escapar algunas lágrimas no pude aguantarme en estos momentos solo recordaba a las personas que he estado a mi lado.
Nobara una chica buena pero muy facil de enojar, Megumi un chico algo frío pero amable por dentro, sensei mejor dicho Satoru con un comportamiento algo de niño pequeño pero a la vez maduro, el oso, la chica de gafas, el chico que dice salmón pero que nunca entendi que decia, el chico que le gusta una idol, luego está el otro chico que conocí hace mucho tiempo Jumpei seguramente si nos hubiéramos conocido en otra época podríamos haber sido amigos y por último Sukuna alguien amable pero muy celoso, mi rey de las maldiciones siempre te quedre, siempre estaré allí contigo para protegerte y yo seré tu reina y por último por favor no olvides que te am ....
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Buenas noches mocoso. -Sukuna x Yuji
RomanceUn pueblo en su último recurso para hacer que prospere van hacia el santuario de Sukuna el rey de las maldiciones y como ofrenda le traen un niño llamado Yuji Itadori de solo 4 años, Sukuna lo acepta sorprendido por la hermosa sonrisa que tenía. Des...