Narrador Yuji:
Cuando los hechiceros se fueron con los dedos envueltos en sellos, salí del escondite y me acerque al kimono de Sukuna tirado en el suelo como si no valiera nada, empecé a llorar como nunca lo había hecho era la primera vez que estaba solo completamente nadie estaba cuando me cayera y me hiciera daño, sentía un dolor constante en mi pecho era como si alguien me estubiera tirando piedras en ese punto constantemente no me gustaba era una sensación tan dolorosa y desconocida, me senté en el suelo mientras agarraba el kimono con todas mis fuerzas como si fuera lo único que me quedaba y más o menos eso era cierto, pare de llorar porque escuche unos pasos detras mio y como una katana se alzaba ya que se escuchaba el viento ser cortado por ella.
Me giré rápido y pude ver a Junpei llorando apunto de acabar con mi vida, con un rápido movimiento la bajo pero pude esquivar aunque el kimono que tenía agarrado si se corto, lo tire al suelo mirándolo porque ya no era necesario guardarle algo roto a Sukuna . Mire a Junpei que se puso en guardia mientras pensaba, de todas las personas que me podía haber conocido y volverse amigo tenía que ser un hechicero.
-Lo siento Yuji pero estoy obligado a matarte. -Junpei empezó a perseguirme mientras le daba puñetazos y patadas para alejarlo sin hacer mucho daño.
-Dejame ir Junpei no me verás nunca más, no escucharás ningún rumor de mi, solo déjame ir. -Junpei no paro de atacarme así que ya cansado le di una patada a la katana haciendo que se fuera de su alcance, comenzó a darme puñetazos que no eran muy fuertes se notaba que algunos no les enseñaban a pelear sin armas, mire a mi alrededor para ver donde estaba el cuchillo y cuando lo localice fui corriendo hacia el, Junpei corrió detrás de mí para cogerme del tobillo haciendo que me cayera al suelo pero había conseguido mi cometido coger el cuchillo intente alejarlo dándole patadas pero no me soltaba, Junpei cogió una roca que estaba cerca y empezó a darme mientras tenía los ojos cerrados.
-Lo siento. -Y dicho eso le apuñaló dos veces una en la mano para que soltara la roca y la otra en su cuello, lo estuve mirando como con sus manos intentaba cerrar la herida sin éxito su sangre me mancho toda la cara haciendo que sin querer pudiera saborear la sangre, abrí los ojos hasta no poder más deje caer el cuchillo y luego mi cuerpo puse las manos en el suelo para apoyarme y no caer del todo, tenía unas enormes ganas de vomitar aunque no había comido nada durante unas horas pero a mi cuerpo no le importaba mientras recordaba las palabras que Sukuna me dijo cuando era pequeño "Las maldiciones se comen la carne de los humanos para sobrevivir".
Nunca me fije que cuando comíamos la carne siempre era del mismo sabor y que él ya la traía en trozos en tan solo recordar que en toda mi vida había comido eso, tenía ganas de vomitar y sin poder evitarlo más solté todo lo que tenía en mi mientras lloraba por no haberme dado cuenta de eso antes, cuando pare de vomitar me tumbe lejos del líquido mientras miraba al cielo, era tan asqueroso tan repulsivo que no me dijera nada pero a la vez solo quería darme de comer ¡¿Pero no podía conseguir comida de otro tipo para mi ?! Cerré los ojos cansado de pensar y de ese día tan desastroso solo quería que todo estuviera como antes Sukuna y yo sin saber de que era la carne, en esos tiempos que me daban alegría con solo recordarlo.
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Buenas noches mocoso. -Sukuna x Yuji
RomanceUn pueblo en su último recurso para hacer que prospere van hacia el santuario de Sukuna el rey de las maldiciones y como ofrenda le traen un niño llamado Yuji Itadori de solo 4 años, Sukuna lo acepta sorprendido por la hermosa sonrisa que tenía. Des...