BRUNO.
Eran las 18:50 y Taylor, Victoria y yo estábamos esperando en la puerta del conserje. Yaiza y Carlota todavía no habían venido y el sol se estaba poniendo por el horizonte poco a poco.
Tras diez minutos de espera, decidieron aparacer en escena. Yaiza llevaba puesto un peto con los tirantes caídos, una camiseta roja y sus VANS blancas con la suela alta.
- Lo siento, chicos, mi hermana no tenía claro que ropa ponerse y hemos estado un rato discutiendo - contestó Yaiza, lo que condujo a una mirada asesina de su hermana.
- Bueno, pues ya estamos todos, ¿no? No quedará alguien a quién también hayáis invitado, ¿no? - pregunté con cierto tono de ironía.
- Ya podemos ponernos en marcha - respondió Carlota.
Andamos más de 20 minutos para encontrar el sitio "adecuado" según Taylor. Estábamos en medio del campo. Había una plaza redonda llena de césped que formaba un agujero en el terreno. A la derecha, una plantación entera de flores moradas y un camino entre estas.
Nos colocamos en medio y me dediqué en un primer momento a hacer fotos. Taylor suele posar bastante bien por lo que las fotos salen fotones. Es una buena modelo pero tampoco quiero que se lo empiece a creer.
Nunca había hecho fotos a Yaiza por lo que no sabía cómo iban a salir o cómo se las hacía a menudo; sin embargo, parecía cómoda ante la cámara. Rápidamente cogió el gusto a ponerse como modelo.
Le pasé el testigo a Taylor como fotógrafa y sin que Yaiza se diera cuenta me abalancé sobre ella, rodeando su cuerpo con mis brazos. Ella quedó aprisionada ante mi abrazo y no pudo escapar. Fue entonces cuando Taylor de improvistó nos saco una foto. Después de esto, Yaiza se liberó, se acercó por detrás y me tapó los ojos con sus manos, momento que Taylor también aprovechó para fotografiarnos.
En ese momento sentí cómo el corazón se aceleraba, cómo las pulsaciones cada vez iban más rápido y no podía evitar sonreír a cada palabra que ella decía. No tenía claro qué me estaba pasando, no era la primera vez que sentía esta sensación y no quería que esta vez acabara como la última.
No podía ir rápido, ni siquiera sabía si la otra persona pensaba o sentía lo mismo que yo. Sí, suena cursi, pero es lo que hay.
Tras un buena tarde de fotos y unos momentos de risas inolvidables, decidimos regresar a casa porque ya había oscurecido.
Durante el camino de vuelta a casa, volvimos hablando sobre cómo habrían salido las fotos y si nos gustarían. Una cosa estaba clara: este momento había quedado inmortalizado en una fotografía para siempre. Porque, ¿qué si no es una fotografía? No más que un recuerdo de un momento del tiempo encerrado en una imagen.
Agarré a Yaiza del brazo y la paré en seco. No la solté hasta que las demás iban unos pasos más adelante.
- Gracias por venir, en serio, me lo he pasado genial contigo - la pasé mi brazo izquierdo por su hombro y la abracé.
- Gracias a ti por invitarme y ser tan buen fotógrafo, espero que hayas sacado mi perfil bueno - bromeó.
- Por ti lo que sea.
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Formas de plantar a un tío e irte de rositas.
Teen FictionPrecuela de Formas de querer a un tío heavy que va a su rollo. Yaiza conoce a Bruno, vecino guaperas, que la guiará por un mundo que antes no conocía. Nunca se imaginó todo lo que pasaría si toma la decisión equivocada.