Jamás te dejaré

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Una vez en que nuestros hábiles arqueros demostraron sus habilidades ante Teba, el guerrero Orni capaz de plantarle cara a la bestia divina Vah Medoh, aceptó en ayudarlos a acceder en el interior de Medoh. Por desgracia una tormenta de nieve se acercaba y tenían que encontrar refugio y esperar a la mañana ya que las corrientes de aire no les permitiría maniobrar ni siquiera al mejor Orni.

Teba se quedaría en la zona de entrenamiento ya que su plumaje lo protegía del frio pero Link y Cristina se congelarían si se quedaban ahí, Teba les contó de una cabaña abandonada cercana todo recto por el camino del que venían, estaba en buen estado y era el lugar más cercano porque si intentaban regresar al rancho no lograrían llegar antes de que su visibilidad fuera nula.

Cristina recordaba esa cabaña muy bien ya que era uno de sus principales lugares para enfrentarse a los del Clan Yiga cuando estaba aburrida, así que estaba lista para cuando se toparan con el Assassin en cuanto lo vieran. Conforme iban avanzando la tormenta empeoraba, el frio aumentaba cada segundo y las fuertes ráfagas de aire los arrastraban, Cristina iba detrás tratando de seguir el paso pero ella no podía.

El abrigo Orni la mantenía calientita al principio pero la tormenta era tan fuerte que no podía evitar helarse por dentro, un frio atroz que calaba hasta los huesos, la visibilidad era mínima, el aire frio eran como espinas en la garganta, y la piel parecía una fina capa de escarcha que podría quebrarse en cualquier momento. Link mantenía el paso constante pero Cristina se tambaleaba de un extremo a otro, no podía seguir más porque sus piernas parecían estar completamente congeladas y por más que intentaba hablar su voz no salía de su pecho.

Al escuchar algo pesado caer en la nieve y el parar de las pisadas de su compañera inmediatamente volteo atrás, Cristina estaba tirada en la nieve completamente inmóvil y de inmediato fue hacia su compañera.

- ¡Cristina! Tranquila, no falta mucho estamos...

Link al checar el mapa de su Tableta Sheikan lo único que se veía era interferencia debido a la intensidad de la tormenta de nieve.

- Mierda... ¡Digo! Olvídalo, no debo hablar así frente a ti. Descuida, levántate

La tomó con cuidado de un brazo para ayudarla a levantarse pero ni así podía soportar su peso, sus rodillas se doblaban al sentir parte de su propio peso.

- ¡Cuidado!... Ven, mejor te cargo

La acomodó con cuidado en sus brazos y la levantó del suelo.

- No te duermas, necesito que te mantengas activa hasta que lleguemos a la cabaña. Estás helada, lo mejor será ponerte junto a un fuego cuando lleguemos

Link siguió avanzando con su compañera en brazos checando que no perdiera el conocimiento y haciéndole platica, el frio empeoraba a cada minuto y el mapa de la Tableta Sheikan estaba completamente inhabilitado. Después de un rato se escuchó una voz cercana, Link miraba a todas partes buscando el origen de la voz hasta que consiguió ver la silueta de alguien entre a tormenta.

- ¡HOLA! ¡¿HAY ALGUIEN AHÍ?!

- ¡HEY! ¡NECESITAMOS AYUDA!

- ¡VIAJEROS! ¡VENGAN POR ACÁ, HAY UN REFUGIO POR AQUÍ CERCA!

- Excelente, resiste Crissie muy pronto-

Cuando iba a seguir al viajero misterioso sintió como el puño de Cristina apretaba con fuerza el brazo de Link, estaba tratando de advertir a su compañero de forma desesperada del peligro que corrían.

- Tranquila, estás bien. Vamos al refugio y entrarás en calor muy pronto

- Yia....

Un juego muy realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora