OLIVER
Luego de la reveladora charla con Grace siento que la situación esta menos clara que antes. El hecho de que yo también pueda hacer magia, me aterra, por suerte, ninguno de los trucos del libro me sale, los practique una y otra vez y nada.
Cegado por la frustración, tome la decisión de ir directamente a la abuela, debe tener algo para llevarme a rescatar a Emma. Acá me encuentro ahora mismo, a unos metros de llegar a su casa.
— Necesito tu ayuda. Intente algunas cosas del libro y nada — digo mientras abro la puerta de un movimiento brusco.
— Se lo que siente Oliver, no te preocupes, te voy a ayudar — va directo a su habitación sin mucha explicación.
— Esto te va llevar, solo tenes que tomártelo — me acerca una pequeña botella, en su interior hay un liquido violeta.
— A donde vas, necesitaras esto — saca un estuche que tenia colgado en su pared, en el hay una espada — era de tu abuelo — suelta una sonrisa nostálgica.
— Cuídate.
— Tranquila, prometo volver y, acompañado de Emma — Termino de beber el contenido de la botella y un humo rojo me rodea, casi al instante me encuentro en un bosque horrendo, es como una versión oscura del bosque que conecta al sur y al norte. Comienzo a caminar firme, aunque no conozco el lugar, me siento orientado.
— ¿Perdido tal vez?
Al oír esa voz tan particular me doy vuelta, casi automáticamente.
— No ¿Qué haces acá?
— Vine para ayudarte querido.
— No te necesito. Estoy bien — insisto.
— No lo creo, este es el bosque infinito, no tiene salida, excepto a mi manera.
— No quiero nada que venga de tu parte — estoy seguro de que es el vidente, un ser adicto a los tratos, para beneficio propio, por supuesto.
— ¿Ni siquiera esto? — en sus manos aparece un esfera en la que se ve a Emma besándose con un pirata.
— ¿Cómo tienes eso? — digo preocupado.
— Como tengo todo lo que quiero. Magia, con la que puedo hacer esto — la esfera se ve borrosa, el capitán es cubierto de un humo que aterra a mi hermana.
— ¿La queres acá?
— Si — respondo rogando que esta situación termine pronto.
— Nada es gratis querido, hora del trato.
— Nada de tratos, dame a mi hermana — digo mientras desenvaino mi espada desafiante.
— Tan valiente, tan galán y tan inútil — cada vez esta mas cerca de mi.
— Tu valor, no va a salvar a tu hermana, ni sacarte de este bosque, pero la magia si puede hacerlo. Créeme, es un trato que nos conviene a los dos, queremos lo mismo.
— ¿Qué cosa? — consulto perdido.
— Que Emma sepa la verdad.
— Esta bien, ¿Cuál es el trato? — pregunto mientras guardo mi espada.
— Cuando la reina sea derrotada, me darán un objeto que pertenecía a su madre.
— ¿Y si la reina no es derrotada ?— no esta en mis planes quedarme mucho aquí.
— Recuerda soy vidente, veo el futuro.
— Esta bien, acepto — haría lo que sea por ver bien a mi hermana. Dé repente un humo negro aparece al lado mío, ahí esta Emma.
— Oliver. Me encontraste — dice aliviada.
— ¿Tenias algunas duda?
— Te extrañe Emma — digo mientras la abrazo.
— Yo mas hermanito.
— Hace cuanto estoy desaparecida.
— Unos días, pero no pasa nada, lo peor ya paso, ahora vamos a casa.
— ¿Que? No.
— ¿Perdón?
— Oliver... en este lugar pasan cosas feas, tenemos que salvar a mis amigas.
— Lose, por eso justamente tenemos que salir de este lugar cuanto antes.
— Oli, si queres anda, pero yo no me voy hasta ver a Christine muerta. Quédate, no lo hagas por ellas, hacelo por mi — esas palabras me duelen.
— Esta bien — no quiero hacerlo pero tengo que apoyar a Emma.
Comenzó a guiarme como si conociera este bosque tanto como el de casa.
— ¿Dónde conociste a esas amigas?
— Me secuestraron — lo dice con tanta naturalidad que me aterra.
— ¿Dónde esta ese lugar?
— Mira Oliver, donde me secuestraron, no es un lugar normal, es un centro donde hay magia y créeme cuando te digo que hay mucha — me detengo, estoy helado, ahora todo esta mas claro, ese es el centro que mamá fundo.
— ¿Qué te pasa? — dice mientras suelta un carcajada burlona.
— Nada, no importa— seguimos caminando por un largo rato. La extrañe, extrañaba cuidarla, aunque ahora es ella quien cuida de mi. Planeo no decirle la verdad, al menos por ahora, no quiero distraerla de su misión principal.
— Llegamos.
— Pero si acá no hay nada — estoy desorientado.
— Ahí mira — señala una antigua casa rodeada por unos arbustos.
— ¿Ese es el centro tan terrible? — digo prácticamente burlándome en su cara. Esperaba algo mas llamativo viniendo de mamá.
— Es peor de lo que crees.
Improvisamos una pequeña carpa atada a los arboles con la inmensa capa roja de Emma. Yo prometí encargarme de vigilar durante la noche, la necesito bien durante el día, quiero salir de acá lo antes posible.
Un viento repentino desmorona la carpa improvisada, despertando a Emma.
— ¿Qué paso? — dice atemorizada.
— Nada, solo fue el viento.
Otra ráfaga repentina golpea nuestro rostro, esta vez acompañada de un espeluznante ruido.
— ¿Quién esta ahí? — grita Emma.
Otra ráfaga.
Un ser indistinguible se nos acerca, lo único que se ven son sus ojos naranjas brillantes. Sin siquiera darnos tiempo de pensar aquella bestia estira uno de sus brazos, apuntando a mi hermana, ella queda paralizada, por aquella cosa que absorbía su magia, lenta y dolorosamente.
— ¡Eyyy! — una chica de cabello castaño acompañada de una rubia disparan constantes bolas de fuego contra aquel ente que nos atormentaba.
El monstruo se desvanece y Emma vuelve a tener conciencia.
— Emma — dicen las dos aliviadas.
— Vinieron... — las tres se abrazan. Estoy perdido.
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Malos presagios
FantasyLuego de unos repetitivos sueños, Emma decide encontrar respuestas, en el camino, tendrá que enfrentarse a obstáculos que le imponen personas que no quieren que la verdad salga a la luz. El lado sur de la ciudad está lleno de criaturas del más allá...