CELOS

SHIGARAKI

Salgo hecha una furia del hospital, subo a mi motocicleta y manejo lo más rápido posible hasta el bar.

AFO y su estúpido plan, por su maldita culpa ahora Mirio lucha por su vida. Dios, ¿en qué me metí? Si sabía que era una locura... ¿por qué lo hice? Ah sí, cierto, por Shigaraki, él me pidió hacerlo para satisfacer al idiota de nuestro jefe y así poder obtener un futuro juntos y en paz, que ironía que ahora ese futuro sea bastante dudoso. Si tan sólo hubiese advertido a Mirio, si tan sólo le hubiese confesado mi verdadera identidad.

Cuando llego al bar todo está a oscuras y más silencioso de lo normal, sólo al entrar noto porqué. Todos los muebles se encuentran desintegrados y hay algunos rotos que yacen en el suelo, en medio de la habitación está él, su cuerpo está acelerado e inquieto, noto su respiración rápida y pesada.

- ¿Qué mierda hiciste, Tomura? -ni siquiera me abstengo de demostrar mi enfado, ni siquiera me preocupo por su actitud tan perturbada, sé que está enojado y sé claramente que es por celos, pero eso no quita el hecho de que hizo una locura.

- ¿Ni un hola para tu novio? -su tono sale cargado de cinismo y cuando se gira me encuentro con su siniestra sonrisa, trago con fuerza y siento todos mis sentidos ponerse atentos a sus movimientos, si fue capaz de dejar a Mirio en el hospital es capaz de cualquier cosa... aunque tengo la mínima esperanza de que a mí no me hará nada- Ah no, espera -se da un leve golpe en la cabeza y suelta una pequeña risa fría- Tu noviecito está luchando por su vida, ¿no? -su sonrisa se borra y fija su filosa mirada en la mía.

- No tenías derecho a hacerle eso -digo alto y con fuerza, apretando mis manos en puños, un brillo de superioridad y autoridad pasa por sus ojos, sabe que estoy enojada pero no va a dar la mano a torcer, esto va a ser una batalla de orgullos- No me interesa si estás celoso o te pusiste caprichoso como de costumbre, eso fue pasar el límite.

- Dime, nena, ¿desde cuándo nosotros tenemos límites? -niega con la cabeza y vuelve a sonreír, ahora camina un poco hasta quedar a algunos centímetros de mí, se cruza de brazos y me mira con cierta soberbia- ¡Somos villanos, t/n! ¡Esto es lo que hacemos te guste o no! -se exaspera de repente, tomándome desprevenida, por lo que me sobresalto un poco- ¿Acaso no fuiste tú la que vino a pedir que la incluyeran en la Liga? ¿No eres tú la que quiere vengarse de los héroes? -ladea su cabeza y me recorre de arriba a abajo con cierto disgusto, haciendo que me incomode- ¿Dónde quedó la chica que quería ver sangre correr? Porque yo sólo veo a una niñita débil que no sabe defenderse sola.

Suspiro con lentitud, intentando serenarme para no darle una bofetada por su tan patético comportamiento. Me mojo los labios mientras pienso en todo lo ocurrido: el plan de la Liga para que me infiltre con los héroes, el objetivo en donde debía enamorar a alguno de los seres cercanos a All Might y los suyos, el cómo Mirio y yo desarrollamos una relación amistosa que, por mala suerte para él, terminó en algo más. Me siento mal inmediatamente, él está en el hospital luchando por su vida porque un maldito loco casi lo desintegra por completo por celos, simplemente porque se enamoró de la persona equivocada. Es mi culpa, completamente, pero lo peor de todo es que ni siquiera llegué a quererlo un poco, siempre tuve a Tomura en la cabeza y eso es lo que más me molesta, que a pesar de pensar siempre en él y quererlo a él, terminó haciendo un desastre por desconfiar de mí.

- ¿Y bien? ¿Te comió la lengua el héroe o qué? -me mira con su ceño fruncido y suspiro, una lágrima rebelde baja por mi mejilla, pero la limpio inmediatamente- ¿Estás llorando por él? ¿Es en serio, t/n? -pone sus ojos en blanco y se gira para ir a apoyarse a la barra, al apoyar sus manos noto como poco a poco el material duro de madera y metal se va desintegrando lentamente.