Fin al relajo, sí a la responsabilidad

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        Entrevistas de trabajo, quién dijo que salir de la universidad sería fácil nadie, aquí estoy yo con mi tercera entrevista y su archi conocido lo llamaremos.

        El señor que me entrevista, el cual estoy seguro que es cliente frecuente del local de comida rápida que se encuentra al lado del edificio, se ve tan inflado y dorado como las empanadas de queso que venden ahí, por qué sé que son así, porque antes de entras comí un par, fueron mi desayuno.

-Diego qué es lo que te motivó a buscar trabajo en nuestra empresa- tengo claro que no voy a responder lo que pienso, porque a la hora que lo haga en vez de decirme lo llamaremos me devolverían me curriculam y ni siquiera lo guardarían.

-He escuchado que en esta empresa dan  posibilidades de crecimiento para los arquitectos recién ingresados y también es necesario nombrar que son la empresa mas vanguardista del momento y quienes acaban de entregar uno de los edificios más modernos de la ciudad, es por ello que me encantaría formar parte de su equipo de trabajo.

-Teniendo en cuenta que esté sería tu primer trabajo y no tenemos referencia alguna, debemos fijarnos en tus antecedentes universitarios, los cuales juegan a tu favor, ya que aquí se indica que fuiste ayudante de Roberto Cifuentes, uno de los arquitectos más destacados de nuestro país, bueno Diego, si lográs calzar con el puesto que estamos solicitando nos comunicaremos contigo antes que finalice esta semana, que tengas un buen día hasta luego.

-Hasta luego, señor, muy buen día para usted también.

        Abro la puerta de la oficina y salgo, desde este momento mi celular no debe despegarse de mi, tengo muy buena impresión con la entrevista, fue relajada y me sentí a gusto, todas las preguntas fueron de fácil contestación, no me compliqué en contestar ninguna.

        Salgo del edificio a tomar el metro para llegar a mi departamento, voy bajando las escaleras, en ese momento suena mi teléfono.

-Hola idiota cómo te fue- El es Andrés mi compañero de departamento y de universidad, es un auténtico grano en el culo, pero es quién pone la cuota de diversión en mi vida, un fiel amigo, después de la desaparición de Elena , Matt no me volvió a hablar y tampoco me explicó por qué era yo quién tenía la culpa, creo que el estaba enamorado de ella y nunca me dijo, porque no veo que una persona deje de hablar a otro sin dar la oportunidad de explicarse.

-Hola pendejo, creo que me fue bien, en el depa te cuento, te dejo voy entrando al metro.-

Por la noche decidimos tomar unas cervezas y ver películas juntos, no es que tuviésemos mucho que hacer, sin trabajo y nuevos en la ciudad nuestras posibilidades de hacer algo entretenido se reducían.

Aburrido de ver películas donde  cortaban la cabeza a un sujeto cada 10 segundos decidí ir acostarme.

-buenos noche idiota.

- todavía no dejas de ser un blandengue, sigues sin poder ver por mucho tiempo una peli para machos machos.

-púdrete, el cine debe tener lógica, no solo sangre y cuerpos descuartizados.

No me quedé para escuchar su contestación, cerré la puerta me quité la ropa, solo quedé con el boxer puesto.

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Acostado y a en mi cama no pude evitar pensar en Elena, ya no pensaba tanto en ella, era un capítulo sin finalizar en mi vida, pero algo que ya pasó, nunca volví a saber de ella, dónde estaba o qué fue de su vida, mis cercanos tampoco sacaban el tema a relucir, fue una ardua tarea de mis amigos, familia y mía para que pudiera olvidar, con el pasar del tiempo se convirtió en un tema tabú.

        El día antes de dejar la ciudad y mudarme, su hermana Leticia me buscó, dijo que lamentaba no haberme buscado antes y decir por qué Elena se fue, su justificación fue que estaba tan dolida, que me culpaba de todo, que ya no pudiera vivir con ella y que destruí y cambié la vida a su hermana para siempre.

         Al fin supe que sucedió, pero por más que trato de recordar no puedo, no lo logro, en mis recuerdos no me veo con alguna chica y mucho menos llevándola al departamento para ligar, nos es que recuerde mucho de esa noche, además que ya había pasado tanto tiempo que ni yo ni los compañeros con los que compartí en esa fiesta recuerdan algo.  

        Habrá sido posible que con tanto alcohol en la sangre haya sido capaz de involucrarme con otra, aparentemente sí, si realmente fue así, no la culpo tanto, puedo llegar a entenderla un poco, pero yo siempre le hubiese dado la oportunidad de explicarme que sucedió y quizás hasta le hubiese perdonado, ya que no hubiese estado sobría. Eso fueron  los  últimos pensamientos que tuve esa noche, soñé con ella, algo extraño ahora, había dejado de soñar con Elena, al rededor del año de su partida, mi subconciente  se negaba a recordar, también quería seguir adelante. 

Imagíname sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora