Y todo cambió

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flash back

Aún recuerdo la primera vez que la vi, yo estaba en el inicio de mi segundo año de universidad. Me encontraba pidiendo un libro en biblioteca, cuando ella entró con un grupo de amigas, justo en el momento de la entrada algo debe de haberle causado risa, porque comenzó a reír, fue increíblemente la risa más hermosa y contagiosa que haya oído, porque muchos de los que estábamos en ese momento comenzamos a imitarla, no era precisamente el mejor lugar para hacerlo, ya que muchos comenzaron a quejarse que era una biblioteca y se debía estar en silencio respetando a los demás, ella se ruborizó al mismo tiempo que se callaba y pasaba junto a sus amigas, para ocupar un lugar dentro.

Jamás la había visto, no es que conociera a todas las mujeres de la universidad, pero si la hubiese visto antes, definitivamente la recordaría, era simplemente impresionante, no como una modelo de revistas o una ángel de Victoria Secret, ella era hermosa de una manera diferente, pequeña de estatura, con su cabello largo y negro que caía en forma de cascada por su espalda, tenía unos ojos color miel cautivadores y que para pena de ella no ocultaban nada de lo que sentía, bueno su boca tampoco lo hacía, definitivamente no guardaba nada para sí, siempre expresaba lo que sentía, por suerte de todos lo decía de una forma tan sutil que algo grotesco lo hacía sonar correcto, así era ella hermosa.

Actualidad

Han pasado dos años desde la última vez que la vi, no supe por un largo tiempo por qué se marchó, busqué respuestas en todas las personas que la conocían, nadie dijo nada, solo tuve una escueta respuesta por parte de su hermana mayor "no quiero que vuelvas a buscarla en tu vida, olvidate que ella alguna vez tuvo la estúpida idea de estar contigo" Eso fue todo, cerro la puerta con un portazo dejándome aún más confuso si se podía estar más y con el corazón echo añicos, no lograba entender nada, trataba de darme una respuesta que me hiciera aclarar qué había sucedido, pero nada.

Solo recuerdo que nos despedimos en a universidad, diciéndonos que nos veríamos por la noche en la fiesta de finalización del año, nos juntaríamos allí, ella tenía que hacer unas cosas antes. Estaba en la fiesta, llevaba más de una una hora esperándola, le había mandado algunos mensajes, ninguno había respondiendo, pasaba el rato conversando con unos amigos el la barra del local, nos divertíamos, a pesar que ella no estaba, sentí vibrar el celular en los bolsillos de mi pantalón, sabía que era ella y lo comprobé al tomar el equipo en mis manos, traté de alejarme a la parte menos ruidosa, para poder escuchar, -Elena dónde estás, por qué no haz llegado aún. - no la saludé simplemente dije lo primero que me vino, llevaba rato esperando y ella no aparecía, ni se dignaba a mandar un mensaje, reconozco solía ser un poco posesivo con ella, era mía pero joder, nadie podía apartala de mi lado, bueno hasta ese momento es lo que pensaba, qué iluso. -Diego, lo siento no podré asistir a la fiesta, surgió un imprevisto en casa, nos veremos por la mañana, prometo pasarme temprano por tu departamento, te amo cariño, nos vemos. - así sin mas colgó, me quede con una sensación extraña, no quise darle más vueltas al asunto, sintiéndome tranquilo de que la vería por la mañana, ahora estaba en una fiesta y solo quería disfrutar y celebrar que al fin se acaba una año de mierda en los estudios, estar enamorado y estudiar era realmente complicado, a veces se me dificultaba tratar de equilibrar ambas cosas. Volví a la barra junto a los demás, me recuerdo beber, beber y beber, pero bueno a los inicios de los 20 todos somos así, me divertí demasiado, hace mucho que no salía a una fiesta sólo, a todas iba con Elena, debido a eso, nos decían los chicles, siempre estábamos juntos, lo recuerdo con una estúpida sonrisa en mi rostro, a pesar de los años aún sigo teniendo los mejores recuerdos de mi vida, aunque se acabo así sin más, así de simple perdí al amor de mi vida, sin saber por qué.

También recuerdo haberme despertado en la mañana en mi habitación, con una resaca gigantesca un pie en el suelo, supongo que era porque toda me daba vueltas, estaba desnudo, con todas mis cosas esparcidas en el suelo, mire el reloj junto a la mesilla, eran las dos de la tarde, cómo había dormido tanto, recordé de inmediato que Elena no había llegado aún, algo extraño en ella, no me preocupé de no haberla escuchado golpear porque yo estaba durmiendo, Elena tenía llaves, podía entrar y salir de mi departamento cuando ella quisiera. Me levanté mareado aún, me dirigí al baño, tenía un aspecto horrible, pelo totalmente despeinado, labios hinchados y la evidente cara de un tipo que se ha tomado hasta el agua del maldito florero. Trataba de recordar, lo sucedido en la noche anterior, pero solo venían recuerdos de yo bebiendo en demasía y coreando todas las canciones juntos a mis compañeros de universidad, hasta ahí llegaba todo, cómo mierda llegué a mi cama y me quité la rota no tenía la menor idea. Me duché tratando de mejorar un poco mi aspecto, no quería que cuando ella llegara me encontrara así, solía reclamar cuando yo me pasaba de copas, siempre se preocupaba de mí, salí me vestí y preparé un café, después de eso inicié el orden de mi departamento, el especial el reguero de ropa que dejé esparcido en el suelo. Eran las 5 de la tarde cuando mire la hora en el reloj aún no llegaba, eso era muy extraño, siempre que decía que venía a verme lo hacía, tomé mi celular y me dispuse a llamarla, sonó de inmediato la desagradable voz de la operadora enviándome al buzón de voz, le envíe un par de mensajes, nada tuvo respuesta, pero estaba con una jaqueca descomunal, por lo que ir a su casa quedó descartado de inmediato, si no venía hoy al otro día a primera hora trataría de ir a buscarla, solo me quedaban dos días aquí, debía regresar a mi hogar, por la vacaciones, por lo cual, para mi pesar no nos veríamos, ella viajaría al sur y yo debía de trabajar como junior en la oficina de mi padre.

Aquel día no fue, ni contestó mis llamadas o mensajes, al siguiente día me desperté sobre la diez de la mañana, me sentía mucho mejor, me duché y arreglé para ir a verla, esperaba que pasáramos todo el día juntos, para compensar el tiempo en el cual no nos veríamos. Cuando iba de camino a su casa me encontré con mi mejor amigo Matt, al verlo supe que algo debía pasarle, me acerqué para saludarlo y solo me dijo "no puedo creer que hayas sido tan idiota como para perderla", no tenía la menor idea de lo que decía, sólo sentí como si millones de hielos tocaban mi corazón, congelándolo por completo, lo que sentí en eso momento, fue lo mas doloroso que haya sentido en mi vida, de inmediato recordé que había tratado de comunicarme con ella sin obtener buenos resultados y su celular siempre estaba apagado, recuperándome del impacto de sus palabras traté de que me explicara que significaba lo que me dijo, pero solo obtuve su silencio y una negación de cabeza mientras se marchaba. Como un poseído corrí lo más rápido que pude hasta llegar a donde vivía Elena, llamé a la puerta de su casa con tanta fuerza que estaba seguro que después tendría un buen dolor en los nudillos de mi mano, no abrió nadie, me senté a en el suelo junto a su puerta con la ilusión que si esperaba tendría la suerte de cuando volviera podría verla y conversar. Debí causar mucho ruido porque su vecina salió para ver que sucedía, una vez que me vio, su cara que siempre había sido amable se desfiguró como si estuviese viendo al ser mas horrible de todos, me reincorporé para poder preguntarle por Elena, antes de poder hablar escuché que decía "Es tarde muchacho, Ella ya no esta ahí, tomó todas sus cosas ayer y se marchó, ahora tengo la labor de poner en arriendo el departamento, porque no lo volverá a usar", así sin más cerro la puerta de su casa, si antes estaba angustiado, ahora simplemente me costaba respirar, llamé a la puerta de su vecina, nunca abrió pero desde dentro gritó "no se nada más, lo único ya te lo dije".

No tengo palabras para describir lo que sentía, mi mundo estaba derrumbándose y yo no tenía la menor idea por qué, me preguntaba cómo había podido sobrevivir sin ella tanto años, porque ahora simplemente sentía que me moría, no podía respirar, tenía la vista borrosa de tanto llorar, sí, lo sé todos pensaran que soy un marica, una niñita, pero no estar con ella o no saber el porqué se fue, me estaba destrozando.

Imagíname sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora