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Una vez más mi alarma sonaba y como pude me levante, me aliste, desayune y me fui a la parada del tren, un gasto innecesario para mi, pero si no ubiera sido, por el idiota que me arrolló he hizo demi bicicleta un nudo de corbata, yo no estaría acá siendo aplastado por tantisima gente en el tren y mi metro con sesenta y ocho centímetros no me ayudaban con las bestias colozales de otros colegios e institutos, que me acosaban.

Tilin...

Sonaba la campanilla del tren en señal de que ya estábamos por llegar y las puertas se abrirían.

—No sabía que los juguetes de colección salían sin dueño. —Susurro un chico a mi oído, que media aproximadomente un metro con ochenta centímetros.

—¿Qué diablos idiota? —Dije sin filtro alguno, lo que me estaba por pasar una factura no muy agradable. —Fijate a quien le hablas así al odio. —Giré mi rostro para ver al condenado.

Cuando le vi, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo junto con miedo, el cual intente esconder pero fue imposible, estaba horrorizado, no esperaba encontrarmelo en el tren donde había tanta gente.

Acerco su rostro al mío, estaba a milímetros de mí. —De esos labios y esa boca tan linda, aún siguen saliendo palabras filisas. —Terminó por susurrar. —Sigues siendo tan lindo y tierno, más con ese rubor en tus mejillas.

Mi corazón se estrujo.. Tilin, se escucho, el tren paro y las puertas se abrieron, me giré y salí de ahí lo más rápido que pude, no quería ver a ese bastado de nuevo ni en pintura, su toxicidad casi me quita la vida. (En el aparado de personajes pueden ver al tóxico, si no se visualiza, faor de hacermelo saber, acá se los dejo también.)

Yuanzen Feng

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Yuanzen Feng

Todo el tiempo en el colegio me la pase inquieto, no quería volver a encontrarme con ese tipo, terminé tomando un taxi para llegar a casa.

Subí las gradas, abrí mi apartamento y cerre la puerta con llave, me recoste en la cama.

—Debo controlarne. —pensé.

Pero segundos después salí corriendo al baño, cubriendo mi boca mientras llegaba, pase unos minutos en el baño, mi temperatura corporal descendió y estaba palido.

Abia perdido el apetito, no quería nada, terminé por recostarme en la cama y me quede dormido.

Tin..  Me desperto el sonido de mensajes de mi celular.

—Ya estoy en el lobin del edificio.

—Henry lo lamento, no me encuentro en buenas condiciones.

No tuve respuesta por unos minutos.

Sentía calor, toque mi frente pero no sentí tener calentura.

Doinndong....

Sono el timbre de mi apartamento, caminé hacia la puerta, estaba por quitar llave, pero mi manos se detuvo y se me cruzó en la mente el rostro de Yuanzen.

—¿Qui... én, ess... ?

—¡¡Alan!!  Soy Henry.

Quité lleve e inmediatamente se abrió la puerta, Henry sim preguntar únicamente me abrazo.

—¿Estás bien? —Me pregunto, aún abrazandome.

El mejor amigo

Henry Jaeger (se lee, Jenri Yeiguer)

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Henry Jaeger
(se lee, Jenri Yeiguer)

Ofrenda de PazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora