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Los Jadeos dalian constantemente de mi boca por la falta de aire por el beso posesivo.

-No, detente, Yuanzen detente. -Hablarle era inútil, es como si prácticamente se ubiera convertido en una vestía irracional.

El juguete en mi pecho duro varios minutos, una corriente eléctrica recorría mi columna a cada mordida que daba, las marcas en mi piel lechosa eran muy notables.

Una de sus manos se deslizó hacia mi parte baja.

-Ah. -Su tacto en mi miembro dolia.

-Tu cuerpo dice algo muy distinto a tu boca. -Su mirada estaba perdida.

-Detente, no quiero hacerlo así. -Dije ya con la voz quebrada y los ojos aguados.

-Así es como terminare, siendo violado por alguien que únicamente piensa en sí mismo. -Me dije a mí mismo apretando fuertemente mis ojos.

-Para, mi estomago se siente raro. - Dije entre Jadeos y gemidos.

Brrr.. Brrrr. Brrr...

-Es mi oportunidad de salir de acá.

-Comando de voz. -Escuche la confirmación. -Responder... Llamada. -Yuanzen no se percató.

-Alan... -Se escucho del otro lado de la línea.

-Ahhh. -Grite sin poder contenerme después de que Yuanzen me mordera fuertemente. -Ayu... da. -Las lagrimas rerrieron mis mejillas.

-Ahhh. -Un segundo grito salió de mi garganta, el dolor era insoportable.

-Mírame Alan. -Dijo Yuanzen limpiando sus labios con su lengua, degustando el ligero rastro de mi sangre.

Sentía la pequeña gota de sangre desender de mi hombro, Yuanzen se inclino a mi hombro para la merlo.

-Mmm, ah, detente duele... arde. -Me era imposible dejar de llorar, me dolia, me ardía.

-No será la única que dejaré para que sepas que tú me perteneces. -Hablo tomando bruscamente mi rostro entre su mano.

-Solo debo resistir hasta que me ayuden. -El agotamiento ya se estaba haciendo presente, mi cuerpo estaba cansado, yo estaba cansado, mis ojos se estaban cerrando.

-No querido Alan, hoy no dormirás. -Escuvhe que dijo Yuanzen un tanto molesto.

Mis ojos se abrieron de golpe al sentir los dientes de Yuanzen en mi miembro.

-No, quita tu boca de mi miembro. -Mi voz salió invadida de miedo.

-Mante despierto o puede que haga otras cosas. -Sonrió maliciosamente.

Al final mi cuerpo sedio y caí en un sueño profundo....

Los rayos del sol iniciaron a filrarse por la ventana, haciendome sentir su calidez, mis ojos empezaron a abrirse y lo primero que vi fue a Yuanzen y ennla comisura de sus labios rastros de sangre. Mi corazón paloito desvocadamente.

-Debo aprovechar ahora y salir de acá. -pensé.

Cuando coloque peso en mi hombros derecho un chillido salió se mi boca por el dolor punzante por la mordida, rapidamente me cubrí la boca, como pude me coloque una bata, y tras dar un paso mis piernas me hicieron caer, no reaccionaban, me quedé sin aliento.

-No, no, no... no me digan que fui violado por Yuanzen después de ser vencido por el cansancio. - Mi cuerpo temblaba.

Sobre mi mano sentí un toque, giré mi rostro y Yuanzen había despertado.

-Buenis días Alan. -Sonrió como si nada. -Tuvimos una noche salvaje, aún después de que durmieras. -Sonrió ladiadamente y con maldad, hacercando su rostro al mío. -¿Pensabas huir a esta hora? -Su mirada ahora era fría.

-Noo.. Solo quería ir al baño. -Dije viendo al suelo para evitar su mirada.

-Yo te ayudo, tus caderas deben de estar muy cansadas a tal caso de poder caminar. -Sonrió dulcemente y me tomo entre sus brazos, un escalofrío me invadió.

Yuanzen me colocaba bajo el efecto de afrodisíacos, para hacer realidad su fantasías más profundas en la habitación de juegos que había en la cabaña, hasta que una noche, el timbre de la cabaña fue tocado, Yuanzen bajo a abrir, solo escuche que algunas cosas eran quebradas, alguien subía apresuradamente con pisadas fuertes por las escaleras, la puerta de la habitación se abrió estaba por apartar la mirada hasta que um abrió corinto entró, portado por aluien de cabellos acebaches y largos.

-Estoy acá, estoy con tigo, mantente despierto Alan. -Su ojos estan a punto de derramar lágrimas.

-Estas acá, realmente veniste por mi, perdoname Henry. -Terminé por decir en un susurro y quedar dormido.

Semanas después desperte en el hospital...

Ofrenda de PazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora