爆弾 | 𝗖𝗛𝗘𝗥𝗥𝗬𝗕𝗢𝗠𝗕 . . .
── umbrella academy fanfiction
🍒 Cinco sabía que Juno era un demonio vestido
de ángel, que bueno que a él le gustaba meterse con ellos. ❞
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13.━━━ extraños en casa
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Juno bosteza con pesadez mientras se sienta en su antigua cama. Aún seguía en la mansión y pensaba que incluso estar en Griddys era mucho más entretenido, habían pasado solo unas pocas hora de aquella discusión familiar que implicaba desconectar a Grace, la madre androide de los Hargreeves.
Juno no estaba de acuerdo con aquello, jamás podría estarlo. Mamá para ella era una palabra que sin duda alguna le quedaba como anillo al dedo a Grace, había estado con la niña durante toda su infancia, siempre cuidándola y dándole buenos consejos, pensar siquiera en desconectarla era una parte que dentro de ella le cosquilleaba con dolor.
Juno suspiró y tomó su chaqueta para levantarse de la cama, ella no sabía siquiera donde estaba Cinco y aquello aunque no quisiera admitirlo le empezaba a preocupar de sobre manera, el niño, anciano o lo que sea, no se había aparecido en todo el día, y debían ser las ocho y algo de la noche.
Cuando Juno dio un paso afuera de su habitación, se encontró a Diego, pero este no la estaba mirando a ella, si no a una parte especifica de la casa.
—¿Diego?
Diego enseguida le miró y le tomó de la cintura, los disparos empezaron a sonar, haciendo que la rubia exclamara de la sorpresa.
Ambos chocan contra la pared, ocultándose de aquellas personas.
—¿Qué? ¿Quiénes son ellos, batman?—preguntó apenas con respiración, Diego negó.
—Yo...yo no sé, ¿bien?
Juno cerró los ojos con fuerza, escuchando claro como las pisadas de las dos personas se intensificaban en su mente, Diego notó como su respiración se había vuelto pesada y como el aura alrededor de ambos se había vuelto más oscura. Juno, al abrir los ojos, estos se encontraban de color rojo, ella dio una mirada hacia Diego y le asintió.
Ambos salieron de su escondite, yéndose encima a aquellos extraños con caretas de dibujos animados. Juno le dio una patada en el estómago a la mujer, dejándole sin aire, logrando que el arma cayera al suelo, la rubia enseguida la pateó lejos, agarró uno de sus brazos y lo colocó por detrás de su espalda con fuerza, logrando que la mujer gimiera de dolor.
