Vergüenza

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Midoryia entró corriendo en la celda de la que provenían esos gritos espeluznantes, seguido de 3 guardias más, todos listos para intervenir en la pelea. Cuál fue su sorpresa al darse cuenta que la supuesta pelea ya había terminado y el único hombre que había sido herido era S, el preso más temido por toda la cárcel.

Mientras sus compañeros se hacían cargo del herido y sus huesos rotos, Izuku miraba fíjamente a Bakugou, el cual seguía ojeando la revista, tumbado cómodamente en la litera y ajeno a todo el escándalo que había provocado.

-Te mataré, te mataré hijo de la gran puta-decía S entre dientes, lo suficiéntemente alto como para que su agresor lo oyera.

Los ojos de Katsuki se movieron rápidamente, inundados por una furia enorme hasta posarse sobre los de S, el cual le miraba a través de sus ojos empañados por el dolor y la vergüenza. Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, Bakugou se lanzó hacia el preso, estampándole la cabeza contra el suelo y retorciéndole la muñeca rota.

-Estaba siendo amable contigo-gruñó Katsuki al dolorido S-pero acabas de sentenciarte a muerte.

Dicho esto, el rubio levantó una vez más la cabeza del preso, el cual respiraba a duras penas y tenía toda la cara ensangrentada. Los policías reaccionaron por fin e intentaron neutralizar a Bakugou, el cual, viendo sus intenciones, se puso rápidamente en pie y comenzó a pelear con los tres hombres uniformados que se le venían encima. Izuku, por su parte, no podía hacer otra cosa que ayudar al ensangrentado S, el cual intentaba no ahogarse con la sangre que estaba vomitando. Respiraba con un sonido tan desagradable que Izuku temió que una de sus costillas rotas hubiera perforado su pulmón.

-No te preocupes, no morirá.

Izuku se volvió hacia la persona que había hablado, la cual, para su sorpresa, era Katsuki.

-Como cojones...?

El peliverde miró estupefacto a su alrededor, viendo a todos sus compañeros en el suelo, inconscientes. Una ola de furia se extendió por su cuerpo al ver cómo Katsuki le miraba divertido. Se levantó de un salto, agarró al rubio de las muñecas y ayudándose de su pierna derecha, dobló a Bakugou sobre la litera de abajo, dejando su cabeza contra el colchón.

-Bueno bueno, no sabía que me tuvieras tantas ganas-dijo Katsuki moviendo la cabeza para mirar hacia el hombre que estaba sujetándole.

-¿Qué cojones dices?

Ante la pregunta del peliverde, Bakugou movió sus caderas y Midoryia se dió cuenta de que su entrepierna estaba fuertemete apretada contra el culo del rubio. Para que éste último no viera el intenso rubor que le cubría las mejillas, Izuku le puso ambas manos sobre la espalda, sujetándolas con la mano izquierda mientras que con la derecha le giró la cabeza de manera que estaba totálmente contra el colchón.

Bakugou rió al notar la creciente erección de Izuku y sus carcajadas fueron ahogadas contra el colchón. El rubio pasó una de sus piernas sobre las del peliverde, dándose impulso y utilizando el agarre de éste en sus manos como apoyo. En un abrir y cerrar de ojos, la posición había cambiado y esta vez, Izuku era el que estaba de cara contra el colchón.

-Espero que no te importe-susurró el rubio en la oreja de su acompañante, el cual estaba rojo por la vergüenza-pero a mí me gusta estar arriba.

Dicho esto, Bakugou incrementó la presión entre su entrepierna y el culo de Midoryia, el cual soltó un quejido ahogado por el colchón. Izuku intentó soltarse del agarre de Katsuki pero lo único que consiguió fue que este último se empalmara, debido al roce ocasionado.

-Joder Izuku, pareces impaciente-jadeó Katsuki manoseando el culo ajeno-joder, creo que no eres consciente de lo bien que te queda el uniforme y el culazo que te hace.

Katsuki abofeteó con fuerza una de las nalgas de Izuku, el cual soltó un gemido involuntario que no pasó inadvertido para el rubio, el cual mostró todos sus dientes en una sonrisa maliciosa.

-Encima eres masoquista eh.

Izuku se estremeció cuando otra bofetada se estrelló contra su piel dolorida. No podía negar que estaba enormemente excitado por aquel rubio agresivo pero no podía dejar de pensar en que alguien podría verlos. Midoryia giró su cabeza para comprobar que sus compañeros seguían inconscientes, al igual que S el cual tenía un estado lamentable.

Sus pensamientos fueron brúscamente interrumpidos por un agudo dolor en su espalda baja, provocado por los dientes de Bakugou, el cual los arrastraba por toda su lumbar, enviando descargas de placer a lo largo del cuerpo de Izuku, el cual se había rendido al agarre y se concentraba en ahogar los gemidos que amenazaban con salir de su boca.

Bakugou se irguió para observar la excitante vista que tenía del peliverde, el cual estaba rojo hasta las orejas y tenía la boca entreabierta, de la cual le goteaba un poco de saliva. Bakugou gruñó complacido cuando el peliverde movió sus caderas contra su pelvis, haciendo que su erección se volviera dolorosa.

Justo en ese momento, el refinado oido de Katsuki oyó a un par de guardias que venían por el pasillo corriendo hacia su celda, probáblemente porque Izuku y sus compañeros tardaban demasiado en volver. Maldiciendo entre dientes, Katsuki observó por última vez al excitado Izuku antes de girarlo y tirarse de cara a la cama, instando al confundido peliverde a que le agarrara las manos, como la primera vez.

Cuando los nuevos seguratas entraron por la puerta, se encontraron con tres de sus compañeros inconscientes, a S desangrándose en el suelo y a un peliverde que había conseguido reducir al agresor contra la litera inferior.

Izuku abrió la puerta de su casa con una mano temblorosa y se dejó caer en el sofá. Su cabeza daba vueltas y no podía parar de pensar en lo excitado que se había sentido con el maldito rubio de la prisión, el cual lo había protegido al darle la vuelta a la posición en el último momento para que sus compañeros no vieran aquella escena que tanto morbo le daba a Midoryia. Se sentía un completo estúpido por haberse dejado llevar por sus hormonas y reconocía con pesar que de no ser por la entrada de sus otros compañeros, le hubiera pedido a gritos a aquel idiota que lo follara. Cansado y con un fuerte dolor de cabeza, Izuku se acostó en la cama, quedándose profúndamente dormido.
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Espero que os guste la segunda parte. Esta historia será bastante larga ya que tengo bastantes ideas :))

Hasta el final (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora