Capítulo 1

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Narra: Ana.

Ya an pasado doce años desde que no he visto a ese hombre perfeccionista que me hizo tanto daño. Creyeron que me avian destruido, Dios. Que lastima siento por ellos, soy una diosa creada por el dolor y el sufrimiento. No estoy dispuesta a que me hagan más daño, es más. He venido a vengarme de todas las personas que intentaron destruirme?. Ahora nada ni nadie me detendrá.

Se escuchaban los aplausos por doquier, mi objetivo se encontraba sentado con una gran sonrisa. Al parecer es feliz, pero temo que esa felicidad se acabará ya que no tendré piedad.

-¿Segura que quieres continuar con esto?- me pregunta Joshua.

¿Recuerdan el viaje que hice con Olivia hace doce años a Europa?. Bueno. ¿Recuerdan al chico "europeo" que amaneció con migo?. Bueno, se podría decir que en una corta conclusión que Olivia me engaño.

En realidad era italiano y esa noche hablo puro italiano, vivió un par de años en Nueva York y luego se mudó a su país natal, se encontraba en Europa por un viaje de negocio, sus empresas son agencias de modelos multinacional. Además de tener una constructora.

Jesse heredó toda la fortuna de su abuelo y monto una constructora muy exitosa, digamos que este noche conocerá a sus nuevos inversionistas.

- No puedo créer que ha este punto me preguntes algo como eso. Joshua, ellos me intentaron destruir, ahora yo los destruire a ellos-el castaño solo asiente.

Me sentía tan bien, avia esperado este momento hace mucho tiempo y ahora  está sucediendo. Realmente esta pasando, camino tomada del brazo de Joshua.

Y ahí estaba, la mirada tan esperada que anhelaba admirar. Las facciones de Jesse endurecieron, lucia tan confundido, no comprendía que era lo que yo asia aquí. La mirada de su esposa se concentraba en mi, y las mirada de sus primos quedan sorprendidos al vernos detras de las sillas en la cual se sentarian los nuevos imbersionistas.

¿Que sorpresa no?. Somos nosotros. ¿No lo sabían?. Pues ya lo sabe.

-Mucho gusto. Joshua Dubois.

Jesse se levantó y estrecho la mano del italiano, al igual que lo hizo la perra de su novia.

-Ella es mi esposa. Ana Dubois-me presenta con orgullo.

Cosa que nunca hizo el estadounidense.

-Mucho gusto, me alegra trabajar con ustedes-pronuncio estrechando la mano de Jesse.

La muy sinica de su esposa intento estrechar mi mano, pero soy yo la que parta la mano dejándola con la mano extendida, esta me mira con rabia. Pero yo solo me siento en mi lugar y Joshua posa su chaqueta en mis hombros, todos tomaron asiento en sus perspectiva lugar.

-No sabes como me alegra que allas llegado lejos. Aunque tu triunfo obviamente es debido a tu esposo.

-Ouh You no te equivoques-digo soltando la chaqueta de mi esposo.

Este la toma antes de que callera al suelo y se la da aún mesero, todo está planeado. Emos estudiado este plan por años, todo es perfecto. Nos encargamos personalmente de eliminar todos los errores.

-Soy Nora querida. No Jou-dixr esta tomando la mano de su esposo.

-Como lo siento, no lo sabías-le digo con una sonrisa.

-¿Por qué la chaqueta?-pregunta el entrometido de Samuel.

- Es por si le da frío-le responde muy tranquilo Joshua.

Y justo en el momento en el que lo sabíamos estudiado Jesse da una sonrisa algo irritante.

-¿Acaso mi respuesta a la pregunta le a causado gracia señor Quedrado?-habla el castaño.

Todo esto era más que magnífico, Joshua se desenvolvia de una manera más que perfecta.

-Para nada, solo me parece, disculpame por lo que les diré. Algo egoísta no darle su saco a su esposa cuando tiene frío-se defiende el castaño.

-Ana es muy testaruda, es de la clase de mujeres hermosas y con los más bellos sentimientos. La conozco perfectamente y ella prefiere quedarse helada a que yo le de mi saco, ya ah pasado varias veces. Así que tome la desicion de que llevaría con migo siempre una chaqueta para el gran amor de mi vida-el italiano me da un beso en la mejilla y yo le proporcionó una gran sonrisa.

-Perdonenlo. Es todo un cursi-todos se encontraban apunto de explotar..

Pero el que estava más cerca de estallar era nada menos y nada más que Jesse Quedrado. O mejor dicho, el mismo diablo.

-¿Como se conocieron?-Ashly se hace presente a la conversación.

- Lo lamento. Pero esa historia ya es algo personal, y aquí vinimos hablar de trabajo. No ah chismociar de mi vida personal-le digo con seriedad y dandole una sonrisa al final.

Esta solo me mira con odio y yo solo disfruto el momento, tantos años y por fin estoy cumpliendo mi venganza. Podré sonar como una desquiciada, pero ya no me importa lo que piensen de mi. Ya no me destruiran con tanta facilidad.

-Que hermosas perlas-Andrea se hizo presente.

Y ocasionó que viajara asia el pasado y recordará aquel día.

*Flash*

-Ahora eres parte de la familia, y realmente nos alegramos que seas tu la esposa de Jesse.

-Esto es demasiado, además. Aún no  me he casado con su primo-les recuerdo.

- Ya lo sabemos. Pero de igual manera deseamos que lo conserves.

-Estas perlas deben de ser muy costosas. Así que no le puedo aceptar-les vuelvo a repetir.

-Estas perlas le pertenecían a nuestra bisabuela abuela, todos tenemos una joya que nos heredaron nuestros ante pasados, y esa es la tuya.

-¿Y si no me caso?.

- Mi abuela me heredó dos sarcillos de perlas. Yo tengo el mío puesto en mis dos lindas orejas y estas son la tuya. Mi mejor amiga.

*Flash*

-Me las obsequiaron unas personas muy importante en mi vida-le digo con una sonrisa, Andrea solo me devuelve la sonrisa al igual que Federicon y Germán me sonríen.

No deseó destruir a Julieth, Federico y Germán. Pero no puedo detenerme, se qué cuando destruya a mis objetivos ellos caerán de una cierta manera.

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