Narra: Ana.
-Ana Flórez.
Su misma presencia me provocaba tanta repulsión.
-Veo que el pasar de los años. Solo te ha vuelto más hermosa de lo que ya eras-me insinúa con una asquerosa sonrisa de medio lado y con sus manos adentro de sus pantalones.
-Lamento no poder decir lo mismo de ti.
Sería me acerco a el.
-Luces viejo-le escupo como si nada.
Ya no me daba miedo. Si, ahora no tenía Jesse de mi lado. Para que me protegiera de las atroces marañas de su primo, pero ahora era más fuerte. Ya no lo necesitaba, me tenía a mi misma y a Joshua de mi parte.
Ahora tenía un esposo que me protegería sin importar que.
-Te has creído.
El moja sus labios con la punta de su lengua. Descaradamente se acerca mas a mi, me toma de las caderas y me pega a el.
-Me gusta-sin ni siquiera pensarlo dos veces.
Lo apartó de mi.
-Escuchame muy bien Samuel Quadrado. Esta mujer que algún día creyeron haber destruido, se los arrebatara todo. No les quedará nada, me quedaré hasta con el suelo que los redea.
-Estupideces.
Estaba apunto de sacar sus garras.
-Jesse nunca permitirá algo como eso.
Suelto una gran carcajada.
-¿Todavía te escondes atrás de tu primo?. Te pediría que por primera vez tuvieras los pantalones suficiente para enfrentarte a mi. Pero temo que eso es imposible.
-Yo que tú. Controlaria mis palabras-estabamos prácticamente pegados.
-Y yo que tu. Iría buscando un empleo, por que los destruiré. Les quitaré hasta el aire que respiran, está vez. No estoy dispuesto a irme sin nada. Es más. ¿Por que irme sin nada si me lo puedo quedar todo?-con una enorme sonrisa lo empujó.
Me pongo mis gafas de sol y me adentro a mi auto. Lo enciendo y mi celular solo empieza a vibrar.
*Llamada entrante*
-Dime.
-Se trata de su padre señora Dubois. Esta mal de salud-freno al escuchar eso.
Mi padre, mi familia. No había tenido contacto con ellos, por trece años.
Tenerlo tan lejos de mí, me dolía demasiado. Mi hermana nunca me perdono, por no estar alado de nuestra madre en sus últimos días.
Estos años han sido los más dolorosos de mi vida, nunca creí que hacerce más fuerte. Dolería tanto, pero la verdad es que si.
La vida no es perfecta, yo no doy perfecta. O por lo menos, no lo era.
-Charmy. Pásame la dirección-le pido.
-Ahora mismo se la paso señora Dubois.
*Llamada finalizada*
Narra: Reina.
-¿Acaso creíste que permitiria que me humillaras de esa manera?-la escalofriante mirada de Jessica me asustaba.
Toda mojada y humillada salgo corriendo del instituto, corrí y corrí sin parar. Llame a mamá, pero como siempre. No me contestó.
Me detuve al percatarme que hacía chocado con un pecho duro. Era el, realmente era el.
-Reina. ¿Pero que fue lo que te ocurrió?-el toma mi rostro en sus manos y me observa con tanta preocupación.
Era agradable saber que aún habían personas que se preocupaban por mi.
-Me mojaron toda. Intente ser fuerte como tú me dijiste, pero una chica seme hacerco y les dijo a todos que yo no valia nada.
Esto nunca me hubiese pasado si tan solo continuera en Italia, hay si tenía amigos y todos me querían.
Este no es mi hogar, y ciertamente. No se cuánto tiempo más voy a soportar todo esto.
-Me a destruido delante todo el instituto.
Mi madre solía decir.
En esta vida. El más mínimo rastro de debilidad, provocará tu destrucción. Las personas no se compadese de nadie. Y si algún día necesitas llorar hija mía, nunca lo hagas en frente de nadie. No le des el gusto a las personas de verte destruida, en contrario. Cuando piensen que ya te han derrotado. Te levantas con una gran sonrisa, sin importar que tan destruida por dentro.
Sus palabras rodaban sin parar por mi mente. Pero había algo en el que me transmitia tanta confianza, necesitaba sacar todo esto que me estaba matando por dentro.
Todo esto que me estaba destruyendo cada día más. Nunca creí que llegaría hacer tan infeliz, pero ahora estaba aquí y la realidad es que si lo era. Era realmente infeliz, así que por primera vez en mi vida.
Me abri y solo lo abrace como si lo conociera de toda la vida. Lo abmito, no llore poco. Llore muchísimo, pero sentía que eso era algo que debía hacer.
Necesitaba desahogo de una u otra manera.
Narra: Ana.
Y llegas aún punto donde tu cerebro no puedo separar el pasado de la actualidad.
Y es cuando entiendes que te has equivocado, había tomado la decisión equivocada. Nunca me perdonaré el hecho de que no estuve con ella cuando más me necesitaba.
Mi madre siempre estuvo hay para mi. Siempre me alentó y me apoyo con mi mediocre sueño de ser modelo, y ahora ella ya no estaba. De que lo había elegido a el apesar de saber lo de mi madre, por que si me quedé con Jesse.
No sólo fue por mi carrera. Si, lo abmito. Eso solo fue una excusa, para justificar el hecho de que debía quedarme y no podía ir a Florida.
Si solo hubiese escuchado. Si solo hubiese regresado, la Ana del pasado no hubiese sufrido tanto. Jesse no habría tenido la oportunidad de hacerme tento daño, yo me hubiese despedido de mi madre y no estuviera alejada de las personas que amo.
Soltando un gran suspiro, me levanto del asiento y salgo de mi coche. Subo las escaleras y tocó el timbre.
Ha este punto no sabía que reaccion esperar, habían pasado muchos años. Yo ya no era la misma que era hace trece años.
Ahora era madre, esposa. Ya no era la tonta que le destruyeron la vida en el pasado.
Los nervios amenazaban con enloquecer se, y abrieron la puerta. Mi corazón se aceleró, era ella.
Era mi hermana mayor. Era Anni
-¿Ana?.

ESTÁS LEYENDO
Perfeccionistas
RandomLos años me han hecho más fuerte, es increíble como terminó todo. Pasé de ser una chica con tan solo un sueño, ah una mujer con sed de venganza.