Una historia un poco diferente [Akatsuki no Yona]

Capítulo 39

«Aún no lo sé...»
Narra ___

-es una bella noche- me sobresalté ante la repentina presencia de otra voz que me hizo girarme, sonreí levemente al notar que se trataba de Ik-Soo

-Ik-Soo- nombré volviendo mi vista a la cascada

-¿Pensabas en lo que dijo el chico?- preguntó, acercándose y tomando asiento a mi lado- por tu rostro se que tienes claro lo que quieres- mencionó

-claro que lo sé, lo tuve claro desde el primer momento.... Es solo que...- suspiré cerrando mis ojos con frustración- desde el primer momento en el que volví al castillo supe... Que aún era muy débil, a pesar de que fui llevada para entrenar, para aprender a gobernar... Aún seguía siendo solo una princesa, una princesa que nunca estuvo en el castillo, una princesa que prácticamente no existía, sabía de las necesidades y dificultades por la que vivía la gente, mi gente... Gracias al reinado de mi padre, él amaba la paz... Como cualquiera, pero ¿Valía la pena esa supuesta paz cuando su propia gente estaba batallando contra el hambre, el frío y el maltrato a manos de oficiales corruptos...?- murmuré desanimada- creí que con volver al castillo podría solucionar... Que tonta- reí amargamente

-tu mirada dice que tienes claro que vas a hacer- comentó el monje

-he llegado a un punto donde arrastré a personas inocentes hacia lo que se ve es un futuro baño de sangre- apreté mis dientes- Yona, quien nunca pasó por una dificultad pasó a vestir de forma harapienta, a perder al padre que la malcrió durante toda su vida, a saber que todas sus comodidades eran a costa del sufrimiento de otros, pasó a conocer una faceta del mundo donde hay gente mala, gente cruel e inhumana...- miré la luna, pensando en Kum-ji- personas que si siguen vivas seguirán dañando a otros para su propio lujo- hice una mueca de asco- no me arrepiento de haber matado a Kum-ji, el señor de Awa- aseguré, para luego levantarme- no creo, estoy segura de que hay mas basura como él, y personas del reino que están sufriendo como la gente del puerto de Awa

-¿Y eso que significa?- preguntó sonriente

-que eso es lo primero que quiero lograr con el poder de los dragones, proteger y ayudar a la gente que más está sufriendo- respondí segura de mi respuesta- antes que un trono, quiero proteger y ayudar a la gente del reino que sufre injusticias por aquellos que tienen poder, antes de volver al reino, tengo que impedir que el reino se desmorone luego de tantos años de sufrimiento para la gente, Ik-Soo- lo llamé

-¿Que sucede?- preguntó, sonreí de forma amarga, haciendo una mueca

-supongo que ya lo sabes, pero te lo diré de todas formas...- respiré hondo antes de expulsar el aire en forma de suspiró- a lo largo del viaje en busca de los dragones... Me encontré con Soo-Won... Creí que lo odiaba... Que no lo perdonaría- apreté con ira la horquilla que este me regaló- pero a pesar de estar ahí... A pesar de poder tomar mi espada y...- una lágrima de impotencia resbaló por mi mejilla- y-yo no pude...

-no importa lo absurdo o incomprensible que parezca, hay amores que no pueden ignorarse- aseguró- puedes tratar de detenerlos, pero eventualmente volverán, haciéndote perder las esperanzas- sequé mis lagrimas- el mismo Hiryuu lo dijo- cerré mis ojos, ya sabía a que se refería, aún estaba dentro de mí

Flash back

-no, ahora soy humano, aunque los humanos puedan odiarme o traicionarme, no puedo evitar amarlos

Fin del Flash Back

-por eso yo también quiero a la gente- aseguró el monje, apreté mis ojos, y limpié mis lágrimas, sonreí amargamente y miré la luna, supongo que ese amor... Era algo de lo que no podría escapar

Aunque eso yo ya lo sabía...

(...)

-¿Practicando espada a estas horas?- me sorprendí cuando de la nada apareció chocando su lanza conmigo

-vas a resfriarte- me regañó Kotaro apoyado en un árbol, miró hacia arriba, seguramente evaluando si la lluvia se llegaría a detener

-chicos...- murmuré, enfundando mi espada y desviando mi mirada ¿Que se supone que hacían despiertos a esta hora cuando todos estaban durmiendo?

-Será mejor que nos refugiemos entre las rocas- sugirió Hak, recibiendo un asentimiento por parte de Kotaro, suspiré, no tenía más opción que seguirlos

Los tres llegamos a una cueva, donde me senté a esperar a que la lluvia cesara, miré brevemente a ambos, encontrándome con la mirada de Kotaro, de la que huí rápidamente

-no parece que se vaya a detener- comentó mirando la lluvia desde la entrada a la cueva en compañía de Hak

-espero que el río no se desborde- lo secundó el ex general, levanté levemente mi mirada, dejando de esconderme entre mis piernas

-¿Están molestos?- pregunté en un murmuro, vaya pregunta estúpida, ellos deberían estar descansando, sin embargo aquí estaban, cuidando de mí cual niña porque quería entrenar sin ser regañada

Levanté mis manos acercándolas a mi rostro, soplandolas en un esfuerzo de calentarlas con mi aliento, resultaba algo fastidioso como podía estar bajo la lluvia como si nada, pero al salir de esta inmediatamente empezaba sentir frío, miré a los chicos, debían estar igual que yo...

Hak se acercó, quitándose su abrigo y cubriendome hasta la cabeza con él, ¿Que tan grande era? Además, estaba muy cerca

-no estamos molestos- aseguró Kotaro, dándole una patadita, alejándolo de mí

-solo... Algo preocupados...- aseguró- y tal vez un poco asustados- admitió, miré a un lado en dirección al suelo, sabía a que se referían

-yo también lo estoy...- admití, tomando los extremos del abrigo y cubriendome... Estaba cálido...- no me gusta preocuparlos... Y se que temen por mi seguridad porque a veces suelo ser muy temeraria, y tomar mas riesgos de lo que puede ser seguro...

-es increíble... Como sabes que nos preocupas y aún así lo haces- dijo Kotaro suspirando mientras revolvía su cabello húmedo, ambos ya se encontraban sentados, uno a cada lado mío

-se lo que hago...- prometí- y suelo tener la situación bajo control... es solo que a mi también me da miedo... No quiero que se pongan en peligro, no quiero que salgan heridos intentando protegerme a mí y a Yona- expliqué- ninguna quiere usarlos como un escudo o una herramienta para sobrevivir...- murmuré desanimada, y sintiendo el típico ardor en los ojos que surge al querer llorar

-princesa...- murmuron, mordí mi labio inconforme, tal vez estaba hablando de más, pero si no era ahora ¿Cuando?