Capítulo 45

131 14 1
                                    

«¡Shin-Ah, aquí estoy!»
Narra ___

-vaya, pero miren quién vino- dijo con tono burlón Shu-Ten, lo miré con seriedad- ¿También nos trajo caramelos de los que deshacernos "jefa"?

-muy divertido, enserio- contesté sentándome bajo la sombra de un árbol y soltando un bostezo

-ignora a este imbécil ¿Estás bien, princesa?- preguntó Gu-En acercándose, le sonreí y asentí, antes de bostezar nuevamente

-si, si, por supuesto, todo bien- respondí- excelente, solo... pensé que podría encontrar a Hiryuu, había algo que quería hablar con él- busqué al mencionado con la mirada- ¿Ustedes no saben dónde está?- pregunté

-es como preguntarle a tus dragones si saben donde te encuentras cada que vienes a vernos- respondió con simpleza Abi- simplemente se va, y luego de un rato regresa como si nada

-oh, Abi, para ti también tenía una pregunta- aseguré- ¿Shin-Ah no puede verlos?- pregunté curiosa- los ojos del dragón azul...

-probablemente si él quisiera podría, el poder de los ojos del dragón azul con respecto a que puede ver y a qué no.... no es muy explícito- respondió, dejándome pensativa- el actual Seiryuu confía plenamente en ti, ten en cuenta que eres quien lo sacó de la oscuridad en la que vivió durante toda su vida, no lo entiende del todo, pero sabe que cuando te alejas es porque necesitas alejarte un momento, no sabe porque, sin embargo respeta eso

-Shin-Ah...- murmuré sonriente, suspiré y me levanté- gracias Abi- agradecí con una pequeña reverencia, me estiré soltando un último bostezo- supongo que es hora de volver, no quiero preocupar a Shin-Ah y a Yona

-será lo mejor- respondió el peli-azul, asentí y me despedí de todo el grupo para irme corriendo hacia la aldea

-¡Chicos! ¡Ya vol...!- quedé de piedra ¿Shin-Ah...?- ¡Shin-Ah!- corrí hacia él, arrodillandome frente a él, abrazandolo- ¡Yona!- grité al verla- ¡¿Que pasó?!- ¡¿Por qué Shin-Ah estaba en el suelo cubriendo su rostro?!

-h-hermana...- balbuceó temerosa, abracé con fuerza al dragón azul, apegandolo a mi

-Shin-Ah...- lo llamé, cerrando mis ojos con fuerza, asustada ¿Que había sucedido el tiempo que me fui?- Shin-Ah, estoy aquí- prometí- Shin-Ah...- un suspiro tembloroso abandonó mis labios en señal de alivio cuando este pareció reaccionar al intentar ver que sucedía en su entorno, corrí mis manos del abrazo, hacia sus mejillas para asegurar que este me mirara- tranquilo Shin-Ah...- dije en tono suave, juntando nuestras frentes, cerrando mis ojos- estoy aquí para tí, yo te protejo...

-Sh-Shin-Ah- habló temblorosa mi hermanita- l-lo lamento, no volveré a preguntar...

-Yona... ¿Puedes dejarnos un momento?- pedí, esta asintió y aún con expresión preocupada se alejó

-Shin-Ah, perdóname ¿Si? Hablaré con Yona, de verdad no volverá a preguntar sobre algo que te hizo daño- prometí, llevando mis manos a su máscara, este retrocedió cubriéndose con su antebrazo con su otra mano afirmando la máscara- no te la puedes sacar ¿Eh?- suspiré- Shin-Ah, no te estoy pidiendo que uses tu poder... solo quiero verte a los ojos cuando te hablo- expliqué- pero si no estás listo ahora está bien- agregué- solo que algún día cuando esté bien... debes dejarme ver tu rostro sonriente ¿Si? Así- sonreí ampliamente señalando mi rostro- levanta los bordes de tu boca y has una sonrisa, estoy segura que será aún mas adorable

-Los dragones negros hermanos... y el felíz grupo de hambrientos- me sobresalté ante la repentina llegada de un niño, con las manos levantadas- ¡La líder!

-¿Que sucede?- pregunté luego de aclarar mi garganta, debía mantener mi papel

-quiero un caramelo- explicó sonriente, suspiré pesadamente, probablemente Yona ya los había regalado todos, el estómago de ambos sonó

-ya no hay más- dije con tono duro- pero ya que ya entendiste quién manda aquí cazaré un ave para tí- agregué rápidamente, me levanté y ambos nos alejamos para ir por algo para el niño

-lider... tengo hambre- dijo el niño, haciendome mirarlo con lastima cuando su estómago rugió exigiendo comida

-tsk ¿Que se supone que hacen esos adultos? Sin personas en buenas condiciones una aldea no tiene ni un valor- me quejé en mi papel, agarré mi arco y apunté a la primera ave que vi por ahí y le disparé- bien, vamos a buscarla, yo la prepararé para tí antes de que te desmayes mocoso- dije cruzada de brazos, tomé su mano- no te vayas a perder, eso sería molesto

-¡Kyaaa!- un grito me alertó, haciéndome girar, miré al niño

-escuchame bien, ve a tu casa y ocultate bien hasta que yo vaya por tí a entregarte el ave cocinada ¿Entendiste? ¡Es una orden de la lider!

-¡Entendido!- respondió sonriente, antes de irse corriendo a su casa, suspiré, acomodando el caraj en mi hombro

-¡Tae-Sik! ¡Tae-Sik!- exclamó una mujer abrazando el cuerpo de un niño herido

-oye, oye, no es nuestra culpa- esa forma de hablar... ¡¿Bandidos?!- ese chico nos apuntó con una espada hace un momento

-bueno, no importa- habló otro restándole importancia, apreté mis dientes con ira, el niño... no estaba muerto ¿Verdad...?- reúnan todo el alcohol y la carne de la aldea, si se nos enfrentan terminarán cono ese chico- cerré mis ojos, intentando mantener la calma, pensando en un plan para atacarlos y que ningún inocente saliera herido

-*¡Yona!*- grité internamente cuando la vi subir a un techo y disparar una fecha

-¡Que astucia la de ustedes al atacar una aldea que le pertenece a los dragones negros hermanos y el felíz grupo de hambrientos! ¡Larguense si quieren vivir!- ordenó, disparando hacia el que parecía el líder de esos bandidos, saqué mi espada, ante cualquier problema que pudiese surgir

-¡Eso duele! ¡Maldición! ¡¿Quién hizo esto?! ¡Los mataré!- exclamó

-¡Ustedes son los que deben irse si no quieren morir!- aseguró mi hermanita, mientras yo con cuidado me movía para quedar a espaldas de esos malditos- ¡Esta aldea es territorio de los dragones negros hermanos y el felíz grupo de hambrientos! ¡No hay nada que ustedes ratas de tercera puedan hacer al respecto!

Una historia un poco diferente [Akatsuki no Yona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora