Cap 5. Existe El Octavo.

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                                                                                            — ¿Y esa sonrisa?

—Debe ser que aún recuerda lo que pasó dos noches atrás. —intervino Daichi.

—Umm ¿de qué me perdí? —volvio a preguntar Xin.

—De que no te perdiste, diría yo… Me hizo “secuestrar” a Olivieri y llevarlo hasta el apartamento de él. De ahí en adelante no te puedo dar detalles; todos solo los sabe ella —se refirió con una seña a la muchacha que se encontraba tomando un sorbo de café—. Además, uno de los hombres a mi cargo me informó que vieron al hombre de Marco cerca de donde se lanzaron los fuegos artificiales. Algo un poco sospechoso, ¿no crees?

—Si de cosas sospechosas hablamos, entonces tu deberías empezar, cuéntame ¿Qué te tiene tan malhumorado estos días? O… ¿Quién? —terminó de hablar sutilmente Lucia. No se había perdido palabra alguna de lo que habían estado hablando.

—Bueno, parece que ambos tiene cosas que contarme —habló Xin— ¿Quién quiere iniciar?

—Yo me retiro —Daichi se levantó del sofá en el que estaban—. Debo comunicarle a mi hermano que has llegado bien a la mansión… no entiendo por qué solo te acompaño hasta la pista de aterrizaje y, no hasta la mansión.

Xin se encogió de hombros. Ella tampoco lo sabía. Hiro la había enviado con algunos de sus hombres a la mansión Lombardo, después de recibir una llamada. Ella le preguntó por el motivo de su repentina decisión, pero él no le respondió, tan solo se despidió y se regresó. No había pasado mucho tiempo desde eso, quizá no más de una hora; la joven recién acababa de llegar a la mansión.

—Sí, claro; vete, huye como siempre. —exclamo Xin al verlo salir de la sala.

—Ya nos enteraremos que le pasa —Lucia dejo la taza de café en la mesita—. Solo espero que no sea de la peor manera.

—Espero lo mismo. Y tú, ¿tienes algo que contarme?

—La misma pregunta tengo para ti. Por ahí me entere que en noche buena recibiste un buen “regalo” —Lucia fijó su vista en su amiga—. Dime que estas siendo cuidadosa; no quisiera que…

—No te preocupes. He sido muy precavida con lo que hago.

Lucia le sonrió. No podía olvidar que había perdido a su bebe. Todo sucedió tan rápido; no pudo sentir que llevaba una ida en su vientre. Pensó que lo superaría rápido, pero no era asi; cada vez que lo recordaba su pecho se oprimía.

—Bien, pues parece que estas mejor que la vez que nos conocimos, ¿o me equivoco?

—No te equivocas; las cosas estan mejor, pero aun es algo complicado para Hiro dejar a su prometida. Como sabes, él logro aplazar su matrimonio unos meses más, pero no sabe hasta cuanto podrá seguir haciéndolo. Los ancianos no lo dejaran pasar por tanto tiempo.

— ¿Y si planea una boda falsa? Algo de tiempo les podría dar  —sugirió Lucia; recordando el “grandioso” plan que había hecho Marco.

 —Eso le sirvió a Marco, pero en nuestra familia eso sería muy mal visto, más que lo normal; incluso podría llegar a facilitar las cosas para que le quiten el poder a Hiro. Y asi eso no le llegara a afectar tanto, está el problema de la consumación del matrimonio y, todo lo que tiene que ver con su vida marital. Créeme, no perderán la oportunidad para que esa mujer quede embarazada.

—Ya veo. Supongo que lidiar con una mujer sedienta de poder, que tiene una familia igual que ella es muy complicado.

—Sí, y más que ellos tienen el beneficio de haber sido muy unidos al abuelo de Hiro. Ese hombre antes de morir los dejó en una posición privilegiada. Por algo ella es la prometida de Hiro.

ADN Lazos inquebrantables (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora