Instintos de amor

Capítulo 7

El saiyajin se levantó satisfecho por la siesta tan relajante que tuvo hace un rato. Ya con energías se dispuso a brincar de la cama y a hacer flexiones para comenzar con el pie derecho en este nuevo día...O¿será que sigue siendo de noche? Se preguntó el saiyajin que veía la inmensa oscuridad tras la ventana de su cuarto.
Lo pensó mientras hacía estiramientos para poder despertarse por completo,pero llegó a la conclusión de que sus propias ganas de dormir le indicarían cuando podría ir a tomar sus horas de descanso como era debido.

Cuando salió de su cuarto por puro aburrimiento,fue directamente al comedor,pensando que sería buena idea conversar con Miranda.Después de todo,Goku pensaba que si había una buena forma de fortalecer una amistad,era dejar que el tiempo pasara mientras su trato era amable.

Eso aplicaba de la misma forma con Freezer.

Llegando de forma tranquila al comedor,escuchó desde el pasillo una gran barahúnda,y no pudo evitar ir a averiguar que ocurría por allí.
Cuando llegó se encontró con el sitio repleto de personas apretadas entre si pidiendo comida,bebidas y más cosas al personal del comedor,pedían desesperados como si su vidas dependiera de ello...Realmente la comida era fundamental para esos alienigenas,pero su impaciencia ya era incevilizada.Tanto que ya sea de forma intencional o no,estaban destrozando gran parte de los utensilios,y sin mencionar que también desordenando el lugar.

El saiyajin parecía estar confundido por lo que pasaba,pero al ver que la pequeña Brench estaba siendo golpeada por comida y más objetos del lugar que se le arrojaban en la cara y en todo el torso,este voló hasta la barra en la que atendían a los soldados,ignorando a los de atrás que estaban sorprendidos y enojados por el accionar de Goku,él solo permaneció de pie en esa barra,pero cuando Miranda lo vió a los ojos se puso de cuclillas para que pudieran estar cara a cara y hacer una mejor comunicación.

-Veo que necesitas ayuda.-Dijo el saiyajin volteando su cara viendo los rostros indignados y enojados de los soldados de la nave. -Oye,si alguien te lastima deberías defenderte, no quedarte sin hacer nada.¿Está bien?

La peli azul lo miró conmocionada,abriendo los ojos más de lo natural.Su estado atónito duró unos pocos segundos,pues rápidamente hizo una expresión nerviosa en su rostro,y jugando con sus manos retrocedió mirando el suelo. El peli palmera se percató de lo que había hecho. Decirlo es tan fácil,pero ¿hacerlo es igual de fácil?
La imagen de Miranda era una respuesta muy clara de la inseguridad que sentía.

-Yo solo querí-

Ni una palabra más pudo decir al verse interrumpido por un frío plato de comida que termino en su cara,la pegajosa comida era tanta,que hasta el mismo plato aún seguía ahí,pegado deslizándose de a poco.

La mujer se quedó quieta sin decir ni una palabra,lo mismo con Goku quien trataba de sacarse la comida de la cara.
La expresión de sorpresa no era lo único que adornaba el rostro asustado de Mirando,las sobras de comida también tenía su lugar.
Unos huesos que se atoraron en su cabello azul bastaron para que Miranda tirara de la ropa maloliente de Goku hacia abajo,para que juntos pudieran protegerse de los bombardeos de comida que estaban recibiendo.
Por otro lado,él aún no podía quitarse la comida del todo,y en parte dificultaba su visión.Era violeta,pegajosa y se notaba grasosa...Que mal.

El emperador se encontraba tranquilo, solicitando a través de una tableta la cantidad de naves que se utilizarían para atacar al próximo planeta .No faltaba mucho para que el próximo planeta fuera invadido por las naves y por sus soldados,realmente no faltaba mucho.

Miró al rededor de su oficina,mirando los libros y otros objetos relevantes. Estaba algo...desordenado,sabía que se trataba de ese simio,fue él quien desordenó sus libros y sus archivos más importantes.No le agradaba esa parte tan desordenada y tonta del saiyajin,le fastidiaba.
Antes de que siquiera volviera a mirar la tableta,escuchó unos golpes en la puerta,junto a una voz familiar,se trataba de Kakaroto,él pedía pasar.
El emperador sonrió complacido por aquel progreso,pues si no lo hubiera "adiestrado " probablemente seguiría entrando a la habitación sin pedir permiso,y recibiendo rayos rojos por parte del pequeño tirano.