Capitulo 8

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Elsa.
Habían sucedido demasiadas cosas en las últimas horas y me era difícil manejarlo todo de forma coherente, y sin embargo, no podía sacarme la imagen de Jack sin ropa. Lo había visto antes pero seguía siendo sorprendente verlo. Tenía los abdominales marcados y una piel perfecta. Sus brazos tenían una musculatura perfecta para que cuando flexionara el brazo, sus músculos se tensaran bajo mis manos, y seguía siendo tan increíble como la primera vez que lo había sentido.

Ahora me encontraba en mi habitación en Arendelle, y nada había cambiado. El armario estaba abierto de puerta a puerta, dejando ver los distintos tonos de vestidos. La verdad es que todo eran bastante similares, pero a mis ojos eran distintos. Tonos en azul de distinto matiz y brillo, así como una dulce combinación dependiendo de la estación, aunque, yo aún podría controlar eso con lo que mis poderes podían hacerle a la ropa. Me levanté con la cabeza en la habitación principal en el castillo de la Montaña del Norte. No recordaba que fuera tan difícil de sacar de la mente. Aunque tampoco recordaba con tanta claridad el fabuloso abdominal de Jack y la forma en la que me agarraba con delicadeza pero un deseo increíble.

Con mis mayores esfuerzos me levanté de la cama y a los pies había un gran ataúd de hielo. Me imaginé que era donde había estado mi cuerpo durante todo aquel lapso de tiempo que sigue borroso en mi cabeza. Entonces, como un choque eléctrico, recordé a mi hermana. Ella seguía sin saber que yo estaba bien, así que me metí de vuelta al ataúd, esta vez consciente de que estaba allí. De hecho, era bastante cómodo y la temperatura era fascinante, era frío como el invierno y en toda la base estaba cubierto de nieve.

Me acosté en él a esperar a mi hermana, arreglé mi cabello con magia rápidamente ya que estaba bastante desastroso luego de la noche anterior. Cuando tuve la trenza lista, cerré los ojos.

A pesar de que mis párpados estaban cerrados, sentía como la luz podía filtrarse a través de ellos y le daba un bello tono rojizo que llevaba a mi mente el cabello de Anna al sol. Con un hermoso brillo natural; cuando eataba suelo, caía suavemente por su espalda dejando las marcas de la existencia de unas trenzas que colgaban sobre sus hombros. Siempre me había gustado. Sentí que de repente esa luz se hizo más oscura. Algo un rozó en mis mejillas, era cabello. Unos labios se posaron suavemente en mi frente y en seguida levanté los brazos para rodear al dueño/a por la espalda en un cálido abrazo. Suponía que era Anna.

-¡Dios mío!- Soltó la voz femenina cuando me colgué sobre ella.

-Anna...- Susurré en su cuello. Mi cabeza enterrada en él con el cabello bajo mi rostro, y aunque hacía cosquillas, era agradable sentirla ahí, de nuevo.

-Elsa... tu...- Respondió sin encontrar las palabras adecuadas y por lo que era evidente, sin un control de su cuerpo pues sus manos seguían apoyadas en los bordes del ataúd.

-Espera, déjame salir para que veas que no estás soñando.

Ella se alejó, con las manos en los costados de su cuerpo completamente firmes. Salí con algo de dificultad de la caja en la que estaba y me ubiqué frente a mi hermana. Estaba pálida como el papel y me miraba con algo de... ¿terror? La verdad no tenía mucha importancia puesto que ahí estaba. Tenía un bonito vestido verde con destellos azules y unas flores sencillas en el inferior de la falda. Era bastante similar al del día de la fiesta de mi coronación. Dio un paso hacía mi y elevó su mano hasta mi mejilla, y cuando ya hubo verificado que era real, me abrazó de golpe.

Sus manos firmes en mi espalda y su cabeza ahora en mi cuello, sentí las lágrimas en mi piel. La rodee también y nos dejamos caer en el suelo. Ella lloraba desconsolada, sin saber cómo reaccionar. Qué hacer ahora que su hermana había regresado luego de estar físicamente desconectada. Sabía que debía tener demasiadas preguntas y muchas cosas en la cabeza para poder reaccionar en el momento, así que me limité a abrazarla, finalmente, era lo único que necesitaba. Ella empezó a sollozar.

Like A Frozen Love Story 2 (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora