Flores y Pelusas

Temor y amor gatuno

[ Autor/a: Princess_Saremi ]

―... entonces, para finalizar los deberes de este nuevo curso, debemos cuidar de la mascota del salón entre todos, el grupo de estudiantes se dividirá en un número par para cuidarlo los próximos cuatro meses ―Explicó el decano observando la lista de nombres―. Se cuidará de la mascota por un tiempo de 6 semanas, y las parejas se elegirán por sorteo.

Los estudiantes escuchaban atentos al hombre, ciertamente no estaban emocionados, pero sabían que esto podía o no influir en los puntos positivos en la materia de civismo y trabajo doméstico, siendo que, un excelente trabajo los podría exonerar de exámenes finales, y aunque fueran responsables, ¿quién no quería ser excluido de un examen final?

En silencio, el docente escribió en pequeños trozos de papel los nombres de cada alumno para después meterlos en una pequeña bolsa, la cual agito por unos segundos.

―De acuerdo, entonces pasaré por los asientos de manera intercalada para que cada uno extraiga un papel y vea quién será su pareja de cuidado.

Dicho eso, pasaron al menos veinte minutos. Algunos estaban satisfechos de quién era su compañero, otros estaban nerviosos —por no decir que era el caso de Murata, quién tuvo que cuidar del animal con Inosuke― y otros simplemente se habían resignado y estaban calmados.

―¿Quién te toco Kanao? ―Cuestionó una joven de coletas apoyando su peso sobre la superficie del pupitre y quedar sobre el hombro de su amiga. No hubo respuesta. ―Oye Kanao, ¿por qué no contestas? ¿es tan malo?

―N-no... es... yo...

―¡Kanao, estas rojísima! ―Exclamó sin controlar el tono de su voz, Aoi se arrepintió al instante cuando medio salón puso las miradas sobre ellas, pero aún más la del docente que desaprobaba su actitud exorbitante―. Dame eso ―Declaró avergonzada arrebatándole el papel. ―Dios, que reacción más exagerada, ni que te hubiese tocado con un demonio... ―Musitó con molestia.

Y efectivamente, no le había tocado con un demonio, pero sí con un ángel.

Un ángel más brillante que el sol por decirlo de alguna manera, y del cual, Kanao tenía interés amoroso.

¿Podía ser más terrible la suerte de su mejor amiga?

―El gato llegará mañana, su nombre es Shadow.

Aoi se congelo y con una sonrisa nerviosa viro su cabeza para ver a su amiga, todo atisbo de vergüenza había sido reemplazado por temor. Ah sí, Tsuyuri Kanao, estudiante sobresaliente en cada una de las materias y la mejor en deportes, cuyos reflejos eran superiores a la media masculina de la secundaria, le tenía miedo a los gatos.

Definitivamente, la de ojos rosáceos se había levantado con el pie izquierdo ese día.

...

―Es un honor que me haya tocado contigo Tsuyuri−san, eres de las mejores estudiantes de nuestra clase ―Aduló con admiración un apuesto pelirrojo de ojos color Vinotinto.

Su compañera, a su lado, contuvo su respiración al no saber que responder, causando un silencio en incomodo en el muchacho.

―Eh... ¿Tsuyuri−san?

―¡Kamado−san! ―Grito con todas sus fuerzas y su cara tan roja como un tomate, deteniéndose abruptamente en el camino para mirar el cielo y no desmayarse en el intento de hablar con el chico que le gustaba.

―¡Sí! ¿¡Que sucede!? ―Nervios era poco lo que corría por el cuerpo del pobre joven Kamado en ese instante, ¿y por qué Tsuyuri miraba el cielo? ¿Tan feo era para no mirarlo a la cara?