Katsuki entra en celo en el gimnasio, shoto simplemente pasaba por ahí y termina por ayudar, en medio de la neblina, es marcado por Katsuki. Para bien o para mal, el rubio cenizo no recuerda haber marcado a nadie, su cuerpo comienza a expresarlo y ahora debe encontrar quien es el omega que marcó. Shoto, por su parte, solo espera que la marca desaparezca y se rompa el lazo.
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༒
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Es otoño, si Shoto mira a través de la ventana del pasillo, podría ver el cielo despejado pintado con tonos rojos y anaranjados indicando el atardecer, las hojas secas cayendo de los árboles y las suaves brisas que advierten el inicio del invierno llevándose las hojas secas consigo.
Recientemente, había comenzado a tomar terapia con el consejero escolar, Aizawa consiente de la complicada relación que tenía con sus padre se lo había 'sugerido', solo conoce algunos fragmentos de su historia familiar, todavía con bastantes lagunas para sacar alguna conclusión. Y Shoto lo agradece, porque no quiere que más personas sepan más allá de que tiene una mala relación con su padre. Esta nueva actividad, lo había llevado a quedarse más tarde de lo que debería, no estaba molesto por ello, cuando salía el flujo de estudiantes era menor y hoy, siendo viernes estaba prácticamente desolado. El también debería apresurarse a ir a casa, extraña a su hermana, quiere visitar a su madre, ella ha estado más animada últimamente y ansia platicar con ella. A mitad del corredor, Shoto deja de estar perdido en sus pensamientos porque un fuerte aroma llama su atención.
Shoto tiene curiosidad de saber de dónde viene el olor, la curiosidad mato al gato, dicen, pero Shoto no es uno (la gente diría que tiene los habitos), así que no debería haber ningún problema. Y es un héroe en entrenamiento, no tendrá mucho problema en manejar la situación en caso de que haya uno. Además, ese aroma le resultaba terriblemente familiar, esta seguro que pertenece a alguien de la clase A y si esa persona esta en problemas va a ayudarla. Se apresura a ir en la dirección de donde viene el aroma, al gimnasio. Sus pasos son rápidos y largos y hacen eco en los solitarios pasillos, a medida que avanza puede escuchar también la respiración errática y profunda de quien sea que esté ahí junto con cosas cayéndose al suelo.
La puerta está abierta cuando llega, hay una figura encorvada a pocos metros de el. Es Bakugo, aunque este de espaldas el cabello rubio cenizo rebelde es difícil de confundir, sus gruñidos suenan más primitivos. Por extraño que parezca, el rubio siempre tenía un ligero aroma a caramelo pero este era mucho más fuerte e intenso. Puede aceptar que el olor de Bakugo es atractivo, y aunque lo niegue con vehemencia Bakugo en sí mismo lo es. Quizá se deba a su buena intuición pero el rubio rápidamente se da cuenta de su presencia y se da la vuelta en un salto. Shoto cree que puede ver vaho saliendo de sus fosas nasales.
