Capítulo 16

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Severus esperaba junto a Pablo en el salón del piso de la madre del segundo a la espera de la llegada de Arturo. Varios meses habían pasado desde el juicio y Severus estaba aprovechando el mes de Septiembre para disfrutar unos días en España, concretamente en el lugar de residencia de la madre de sus hermanos: Málaga. Si bien el calor andaluz era algo complicado de soportar para su cuerpo acostumbrado al frío y húmedo ambiente de Irlanda, él adoraba ir a España y disfrutar de su gastronomía, su ambiente cálido, y sobre todo, pasar tiempo de calidad con sus hermanos más cercanos. Según lo planeado Aston debía venir la semana que viene, y estaba deseando enseñarle lo mejor de los dos mundos, tanto la Málaga muggle y la mágica, siempre de la mano de sus hermanos. 

Desde su viaje a New York no podía dejar de pensar en las diferencias sociales de ambos mundos. Algo que el adoraba del mundo mágico es que podía ser lo que quisiera ser: hombre, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual, etc. En New York también había tenido una conversación muy interesante con uno de los colegas de su hermana, no era un secreto en el mundo mágico que los Estados Unidos eran pioneros en las pociones de cambio de sexo, sin embrago, mucho camino quedaba por recorrer, y es que el número de pociones, su agresividad y la cantidad de los efectos secundarios de las pociones necesarias para conseguir un cambio de sexo real eran un problema, por no hablar de la incapacidad de procrear lo cual creaba un gran debate sobre la veracidad de sus nuevos sexos. Si bien Severus no pertenecía a la comunidad LGBT, pero estaba muy sensibilizado con ella ya que tanto Arturo como Marik eran homosexuales. Durante las últimas semanas la opción de no volver a Hogwarts e ir a New York a trabajar en el departamento de pociones tomaba importancia en su mente, el salario era infinitamente mejor, y como el piso en el que vivía lo había terminado de pagar hace ya unos años podría volver cuando quisiera, además sabía que si tenía que volver podía encontrar trabajo muy deprisa. Y es que Severus quería un cambio de aires y además estaba muy interesado en la posibilidad de crear una única poción de cambio de sexo, sabía que podía ser controversial y hasta peligrosa, pero también podía ayudar a muchas personas. 

El reloj marcaba las 5 de la tarde y el calor era sofocante, y aparato el de aire acondicionado adosado a la pared sonaba ruidosamente mientras intentaba mantener los 21º que marcaba el aparato dentro de la habitación. Severus escuchó la puerta de la casa abriéndose y supo que Arturo había llegado. Se levantó de la silla y salió al caluroso pasillo a recibir a su hermano, el cual si encaminó a la pequeña cocina de la casa a tomar una botella de agua de la nevera.

-¿Que tal el trabajo?- dijo mientras se apoyaba en el marco de la puerta de la cocina. Viendo la mirada asesina que le brindaba si hermano dio por hecho que "bien" no era la palabra que describía el día que había tenido su hermano. - ¡Vale, vale! Perdón por preguntar. - expresó con las manos alzadas en forma de rendición. -Cuando termines vente al salón, tenemos que organizarnos para cuando venga Aston.

-Mmh. - trago el agua que tenía en la boca. - Espera, de eso quería yo hablarte. - abrió el frigorífico y guardo la botella. - Aston me ha llamado hace rato, dice que se va a traer a Scott con él, no sé qué de sus vacaciones y blablabla. En cualquier caso, vamos a estar cortos de sitio, así que...- dijo mientras se encogía de hombros y alzaba sus manos.

Severus suspiró pesadamente- ¿Con quién me va a tocar dormir? -dijo con tono de enfado.

-Eso lo vamos a ver ahora. - le hizo un movimiento con la mano mientras le empujaba suavemente por la espalda en dirección al salón. - Venga, que tenemos que organizar muchas cosas y yo quiero irme a dormir.

Tras una ajetreada media hora ya estaba todo solucionado, Severus iría con el coche a recoger a Aston y Scott, Aston dormiría con él en su cama doble y Scott en el catre desmontable de la habitación de Pablo. Arturo se había ido a dormir mientras que Pablo y Severus decidían salir o no aquella noche, y es que vivir en Málaga tenía sus ventajas, podías disfrutar de una cerveza a lado de la playa o en un ruidoso bar del centro. Severus personalmente están deseando ir a cenar pescado al bar de un amigo de Pablo, pero sabía que ir al bar de Manuel sin Arturo es lo mismo que firmar su muerte. 

-¿Tú vas a salir esta noche? - preguntó Pablo mientras se sentaba en el sofá del salón principal. 

-Puff, yo que sé. - suspiró y bajó el libro que estaba leyendo. - La verdad es que tengo ganas, pero ¿dónde vamos a ir?

-Poder, podemos ir a muchos sitios, pero tú eres muy sibarita. 

-No es culpa mía que tu bebas y comas en cualquier antro de mala muerte.

Pablo iba a proceder a responderle, pero cerró la boca y suspiró. 

-Vale, eso es verdad. - lo señaló rápidamente. - Pero no tiene nada que ver con que tú seas muy quisquilloso. - Pablo se cruzó de brazos y puso una cara seria mientras imitaba a Severus con voz fina y tono snob.- Hay Pablo que sitio más feo. Hay Pablo aquí huele a porro. Esta mesa está sucia. Ponen mucho alcohol en la copas. Aquí las copas está muy caras. Eso tiene pinta de prostíbulo. - Alzó los brazos al cielo con aire dramático y exclamó.- ¡No te gusta nada!

-¿Todo esto es porque no quise entrar a ese antro asqueroso que parecía un puticlub? - le miró con la misma mirada que le echaba a sus alumnos más incompetentes. - Pablo, la puerta estaba rodeada de mujeres en mini mini falda y sujetador, si te agachabas un poco podías ver hasta la marca del tanga; olía fatal y nada más llegar las mujeres se te tiraban encima para decirte - puso voz chillona. - Guapo ¿Quieres pasar un buen rato? - miró a su hermano fijamente y miró con las cejas alzadas y los labios apretados a su hermano. - Nadie en su sano juicio me ve la cara y me llama "guapo" y mucho menos se quiere acostar conmigo cuando pongo la cara de asesino. 

-A ver, tan feo no eres. - contuvo la risa. 

Severus rio y lo miró. 

-Cabronazo. - rio un poco más y lo miró. - Vale, vamos a donde quieras menos al prostíbulo, por favor. 

-Olé. - Su cara se iluminó. - Pues salimos después de cenar. 


La familia de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora