☕CUATRO☕

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-Lou, hay que ir a casa- murmuró en el oido del castaño.

-No gracias, estoy cómodo así- respondió Louis, aún con los ojos cerrados.

Harry rió comenzado a soltar a Louis- Créeme que yo también lo estoy- dijo, mentiendo sus manos en sus bolsillos.- Pero se hace tarde y lamentablemente mañana tengo que trabajar-.

-Oh- Louis bajó la cabeza haciendo un pequeño puchero con los labios.

-Te prometo que la próxima salida será más larga-.

-Te tomo la promesa- sonrió Louis.

Empezaron a caminar de regreso al departamento de Louis. Ambos ibas muy pegados el uno al otro, hasta se hacía gracioso que ninguno se esté abrazando. Se regalaban miradas con pequeñas sonrisas, los dos en un silencio cómodo.

Llegaron hasta la entrada del departamento; Louis abrió la puerta mostrando el oscuro departamento. Entró y se giró para quedar frente al policia.

-Gracias Harry- dijo Louis sonriendo.

-Gracias a ti Lou- le devolvió la sonrisa.

-¿Yo por qué?- ladeó un poco la cabeza con curiosidad.

-Por permitirme pasar tiempo contigo- murmuró mientras acariciaba la mejilla del castaño.- ¿Nos vemos mañana? Si quieres podemos salir a caminar-.

-Me gustaría, pero estaba pensando salir a buscar trabajo- se escogió de hombros- Ya sabes, es hora de empezar a trabajar-.

-Oh, esta bien, entiendo- sonrió comprensible-.

-Pero si quieres me puedes acompañar- se apresuró a decir Louis.

-Como desees- sonrió- Nos vemos mañana entonces-.

-Adios Harry- Se despidió.

Louis cerró la puerta y de dirigió hasta su cuarto para acostarse en su cama. Estaba tan feliz por la salida que tuvo con Harry que era imposible ocultar la enorme sonrisa y sus hermosos ojos brillantes.

Pero pronto todo eso desapareció. Aquella bella sonrisa desapareció y aquel tierno brillo en sus ojos azules fue reemplazado por lágrimas. Lágrimas que llegaron sin previo aviso y se esparcieron por su fina cara hasta su cuello, como si ya conocieran el camino.

Louis estaba llorando; Acurrucado en su cama abrazado a su almohada, intentando apaciguar aquella sensación de soledad, él lloró.

 Lloró porque aquel policia le estaba cayendo bien, lloró porque le estaba sacando sonrisas, lloró por Harry, lloró por lo que estaba empezando a sentir. Lloró por amor.

Lloró porque de estaba enamorando. Él lloró por miedo al amor.

Estuvo recostado en silencio por media hora, sentía sus ojos hinchados y su nariz tapada debido al llanto. Intentó dormir pero no lo logró al escuchar ruidos en el pasillo del edificio.

-¡Mierda!- se escuchó afuera de su puerta.

Louis enseguida se levantó y corrió hasta la puerta para ver quien era. Por la oscuridad de la noche no se alcanzaba a ver nada más que una silueta moviéndose, temió porque sea algún ladrón, pero pensándolo bien, un ladrón no estaría gritando.

Con cuidado abrió un poco la puerta hasta donde el seguro le dejó. Se encontró con un joven chico rubio murmurando bajo, mientras buscaba algo en su mochila.

-¿Estás bien?- preguntó Louis. El rubio alzó la vista.

-Oh, yo creo que no- dijo con el ceño fruncido- Es que no encuentro las llaves de mi casa y mi hermano no viene hasta mañana en la mañana- comentó desanimado.

UN CAFÉ POR UNA SONRISA (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora