Capítulo 2

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Jeno se detuvo al lado de la carretera y golpeó su puño contra el volante, mientras su corazón latía salvajemente en su pecho. Eso era lo que conseguía al parar en Grizzly Ridge por gasolina. Pensó que podía entrar y salir sin que nadie lo notara, pero la había jodido de todas las maneras posibles.

Ahora, su compañero pensaba que era un lunático. No tenía más opción que huir o arriesgarse a ser arrestado. Después de todo lo que había estado ocurriendo últimamente, con el sheriff local muerto, junto con un agente del FBI, evitar a los policías era su mejor opción.

En lugar de dirigirse hacia el camino que conducía a las montañas, esperó en una calle lateral. No iba a acercarse a su compañero, todavía no. Por ahora sólo quería saber dónde vivía el hombre. El ser humano estaría pasando por el calor de apareamiento pronto, y quería estar con él, cuando eso sucediera.

Esto era especialmente importante porque unos cuantos shifters vivían en la ciudad, y podían oler el calor en el humano. La sola idea de que alguno de ellos tocara lo que había tomado su oso, le daba deseos de matar. Había molestado a sus hermanos por no poder controlar a su oso cuando habían descubierto a sus compañeros, pero no tenía ni idea, ni puta idea, de que su oso básicamente lo sacaría del camino y tomaría el control.

Ahora estaba sentaba allí, tratando de atrapar su mierda. No era así como se imaginaba su día. Sacó el teléfono del bolsillo y marcó.

—¿Qué pasa? —Preguntó Johnny cuando contestó.

—Podría haberme metido en un lío. —Revisó la calle, buscando a su compañero y asegurándose de que no hubiera enviado coches de policía.

¿Quién había sido el tipo junto a su compañero? ¿Era su novio, hermano, o alguien que simplemente estaba tratando de ayudar? Mierda. Sabía cómo meterse en problemas. Esta no era la primera vez que tenía que esconderse después de hacer algo completamente estúpido.

—¿Qué clase de problema? —Preguntó Johnny. —¿Tengo que ir a rescatarte o ayudarte a enterrar un cadáver?

—Tal vez los dos. —Si los policías lo atrapaban, definitivamente rescatar. Si ese tipo con su pareja era su amante, entonces se necesitarían las palas.

Aunque no hubiera secuestrado a su compañero, como algunos de sus hermanos habían hecho con los suyos, no compartiría. Sólo pensar en el humano tocando a su compañero, hacia a sus dientes rechinar. Le explicó a Johnny lo que acababa de suceder.

En lugar de que su segundo hermano mayor le diera consejo, en lo cual Johnny era muy bueno, se echó a reír.

—¿Cuánta mierda me dijiste sobre Taeil?—Preguntó. —Dios, me encanta cuando los papeles se invierten.

—Disfrútalo. —Gruñó. Se agachó cuando creyó ver... ¿era un coche de policía? No, era uno con un estante de equipaje en la parte superior. De sentó de nuevo. —Estaré en la ciudad, esperando que el calor surta efecto.

Johnny se puso serio. —¿Necesitas respaldo?

¿Lo hacía? ¿Y si ese loco hijo de puta con su compañero intentaba atacarlo otra vez? ¿Realmente quería matarlo? Su oso dio un rotundo sí. Pero había habido demasiada sangre durante el último año.

Se echó hacia delante cuando el estúpido pequeño coche rojo pasó.

—Tengo que irme—Colgó, luego se apartó de la acera y mantuvo una distancia segura, mientras lo seguía.

Incluso a esta distancia, oyó la música rap golpeando en el coche. Por un segundo, pensó que iba a entrar en la estación de policía, pero el coche pasó por la estación y fue hacía la derecha. El conductor se detuvo con un chirrido en la señal de stop, el neumático del pasajero delantero rodando sobre la acera.

Jeno (Nomin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora